Capítulo III  -  Bolivia   Pre Colombina

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Desgaste del sistema gubernamental español: Los diversos levantamientos indígenas ya habían evidenciado que la situación política se encontraba en una etapa crucial. El Alto Perú y gran parte de la América hispana esperaban el momento indicado para iniciar la revuelta general y por ese medio lograr la tan ansiada independencia.

En 1776 el monarca español (Carlos III) había adjudicado la actual región boliviana al Virreinato del Río de la Plata, cuyo centro administrativo se ubicaba en la distante y lejana Buenos Aires, por lo que los vastos territorios de Potosí, Chuquisaca, Cochabamba, La Paz, Mojos y Chiquitos se mantenían casi aislados de la capital del novel virreinato.

Plaza 10 de Febrero - Oruro  - Bolivia - Criada 1940 Pero el Alto Perú contaba con cierta independencia, ya que en Charcas, Chuquisaca o La Plata residían un gran número de brillantes intelectuales y juristas, a la época ya influenciados por las ideas liberales que propugnaban solapadamente la "autodeterminación" del pueblo. A la magna Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier acudían a estudiar jóvenes de todas las latitudes del virreinato.A ello se le sumaba la situación del nativo, que era explotado en pesadas tareas mineras y de otras layas, sin recibir un trato digno, lo que "caldeaba" la situación imperante. Impactado por tal estado el fiscal de la Real Audiencia de Charcas, Victorián de Villalba, se propuso mejorar la situación, procurando un régimen más benigno y liberal para con los parajes altoperuanos en su célebre obra Apuntes para una reforma de España, sin trastorno del gobierno monárquico de la región (1797). Sus doctrinas debieron influenciar en los jóvenes porteños como Moreno que en 1810 se lanzaron en pro de la "revolución". Las dos invasiones inglesas a Buenos Aires (1806 y 1807) manifestaron claramente la "unidad" del Alto Perú para con el Virreinato – a pesar del recelo que guardaba Lima, de la que siempre habían dependido, y mostraron el potencial poderío del pueblo para la autodefensa. Aquella victoria trajo aparejado el germen determinante para los sucesivos levantamientos independencistas.- Cuando, el 17 de septiembre de 1808, se conoció en Charcas que el nuevo rey Fernando VII había abdicado a favor de José Napoleón (Rey José I), que los franceses habían invadido España, que se había instalado la Junta suprema y que llegaría el general Goyeneche a La Plata como representante de ella, los Oidores de la Real Audiencia hicieron "oídos sordos" y postergaron el reconocimiento a la Junta Suprema y al general Goyeneche, procediendo a jurar solemnemente a Fernando VII como su rey (25 de septiembre de 1808).

Torre de San Felipe de Neri. Sucre Mientras tanto, en Buenos Aires capital del virreinato la Junta Suprema ya había sido reconocida, y se aprestaban a destituir al virrey Liniers (que era de origen francés) acusado por las Audiencias de Charcas y Buenos Aires de complicidad con el invasor francés.Por fin, el general Goyeneche llegó a Chuquisaca noviembre de 1808. Fue recibido con esmerado celo por la Audiencia, el Gobernador, el Arzobispo y las personalidades más representativas de la ciudad. El funcionario español relató los hechos peninsulares, comentó sobre la posibilidad de que la princesa Carlota Reina de Portugal exiliada en el Brasil,gobernara América en nombre de su hermano el rey Fernando VII, y explicó sus objetivos. Rápidamente los Oidores expresaron su desconocimiento hacia la Junta española y juraron nuevamente la fidelidad al Rey, por lo que se produjo un leve altercado que llegó a solucionarse gracias a la intervención del Arzobispo Benito María de Moxo. El incidente fue celosamente guardado a fin de no producir más caos en la política chuquisaqueña. El general Goyeneche, continuó su rumbo por las intendencias del Alto Perú, pero dejaba tras de sí sembrado un nuevo germen productor de discordia.

Levantamientos en Chuquisaca y en La Paz: A principios de 1809 los intelectuales universitarios organizaron una asamblea para discutir sobre las pretensiones de la princesa Carlota. El resultado fue inmediata y completa descalificación para la función a la cual se había auto candidateado. Comunicado de tal hecho el Gobernador acuarteló a las tropas y pidió auxilios al Gobernador Intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz, y mientras tanto ordenó que se encarcelaran a los cabecillas del movimiento universitario. Cuando el pueblo se enteró de lo ocurrido se sublevaron contra el Gobernador Intendente Pizarro y lo obligaron a renunciar. El poder político fue asumido por la Real Audiencia, la que confirió el mando militar al general Juan Antonio Alvarez de Arenales. Rápidamente se enviaron chasquis a todas las regiones del Alto Perú con el fin de notificar lo sucedido.

Torre de la Compañía de Jesús. Potosí El 16 de julio de 1809, luego de la procesión de la Virgen del Carmen, estalló otro conflicto en La Paz, fruto de un largo proceso político que llevó a Pedro Murillo y un grupo de patriotas, a tomar el palacio de gobierno y desalojar al gobernador intendente Tadeo Dávila. El pueblo se reunió en la Plaza para aclamar con júbilo al patriota y pedir un "Cabildo Abierto". Otorgado éste, la muchedumbre se agolpó para hacer las correspondientes peticiones políticas, que fueron concedidas por la corporación municipal. Casi todas las autoridades españolas fueron depuestas y suplantadas por criollos. Al día siguiente se comunicó por bando de todo lo actuado. El 21 de julio el Cabildo de La Paz constituyó una junta encargada de tutelar los derechos civiles del pueblo, que se instaló el 24. A la cabeza se puso a Pedro Domingo Murillo, el héroe de la revolución. Cada movimiento político y militar fue notificado a la Real Audiencia, la que, como signo de rebeldía, aprobó todo. A eso el gobernador intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz, fiel a España, transmitió lo sucedido al Virrey del Perú, José Fernández de Abascal, el que a su vez comisionó a Goyeneche la sofocación de las revueltas. El general realista entró en La Paz y logró armar un movimiento contra revolucionario, que terminó por sembrar la discordia entre los patriotas. Murillo capitaneó al frente de un improvisado ejército revolucionario patriota y se batieron el 19 de octubre, obteniendo las fuerzas criollas el primer triunfo militar. Pero la suerte les fue adversa en los Valles de Yungas, donde Goyeneche venció definitivamente a Murillo en Irupana el 11 de noviembre de 1809. Los cabecillas fueron ajusticiados. El patriota Pedro Domingo Murillo murió en la horca. Goyeneche nombró gobernador al coronel Juan Ramírez, al que dejó resguardado por una fuerte tropa militar.- Coetáneamente a lo sucedido en La Paz, el Virrey del Río de La Plata, Baltazar Hidalgo de Cisneros, nombró al mariscal Vicente Nieto como Gobernador Intendente y Presidente de la Audiencia de Charcas, y lo mandó escoltado por soldados del Regimiento de Patricios. El nuevo gobernante fue recibido muy tristemente por los Oidores de la Audiencia. Las revoluciones habían fracasado. Su actuación se limitó a poner orden sin derramar sangre de nadie.- La tranquilidad nuevamente reinaba, aparentemente, en el Alto Perú.

La Revolución Argentina de Mayo de 1810 La Primera Expedición al Alto Perú: La noticia de la instalación en Buenos Aires de la Primera Junta, el 25 de mayo de 1810, llegó a Charcas el 20 de junio. El gobernador intendente, Nieto, se reunió con su par de Potosí, Paula Sanz, y convocaron una Junta que representara al Alto Perú. Reunida la misma decidió -en vista de los acontecimientos ocurridos en la capital del Virreinato someter toda la jurisdicción al virrey del Perú, Abascal.

Santuario de Copacabana Inmediatamente, Buenos Aires envió una expedición hasta el Alto Perú liderada por el general Antonio González de Balcarce ("Ejército del Norte o del Alto Perú"), por lo que Abascal organizó una contraofensiva que tendría por objeto invadir Tucumán y luego marchar hacia Buenos Aires y sofocar a las autoridades de la Primera Junta. Los dos ejércitos el realista de Abascal y el patriota de González Balcarce se batieron el 27 de octubre de 1810 en Cotagaita, obteniendo el triunfo los realistas. Un nuevo combate se sucedió el 7 de noviembre en Suipacha, del que las armas patrias salieron triunfantes. Al conocerse la victoria, el pueblo de Potosí se plegó a la causa libertaria, Chuquisaca anuló la anexión del Alto Perú al Virreinato del Perú. La Paz se pronunció a favor de la Junta de Buenos Aires el 19 de noviembre. Todo el Alto Perú se había plegado a la revolución nacida en la capital del virreinato -la que había sido gestada por numerosos abogados doctorados en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca.

El Ejército del Norte entró triunfante en Potosí, y comenzó a dictar medidas tendientes a lograr el afianzamiento de la revolución (abolió la servidumbre indígena y los equiparó al resto de los habitantes).El gobierno de Buenos Aires nombró al general Juan Martín de Pueyrredón Presidente de la Audiencia de Charcas, y éste constituyó una Junta, que estaría compuesta por criollos e indígenas. Desde Chuquisaca parte del ejército marchó hasta Oruro y se les incitó a la revolución, luego pasaron a La Paz, donde se pactó con el general Goyeneche, representante del Virreinato del Perú- un armisticio de cuarenta días (14 de mayo de 1811). Tres días antes de vencerse el acuerdo las tropas realistas y patrias se batieron en Huaqui, siendo destrozado el Ejército del Alto Perú. El desastre de Huaqui posibilitó que los españoles reasumieran el control de casi todo el territorio boliviano.

El presidente de la Junta de Buenos Aires, general Cornelio Saavedra, marchó hacia el Norte, y se hizo cargo del gobierno un triunvirato instalado en septiembre de 1811. Goyeneche comenzó su avanzada por Cochabamba rumbo a Chuquisaca, en donde un grupo de patriotas al mando del general Eustoquio Díaz Vélez hizo frente al Ejército Realista en Sipe-Sipe el 13 de agosto de 1811, donde fueron vencidos. Cochabamba quedó en manos de los representantes del Virrey del Perú. Pueyrredón abandonó Chuquisaca y se instaló en Potosí con el fin de reorganizar al Ejército. Luego marchó llevándose los caudales públicos, privando a los Españoles de cuantiosos recursos. Goyeneche tomó Potosí.

Nuevos Movimientos insurreccionales internos: Mientras tanto en La Paz, ya reconquistada para España, se organizó una nueva revuelta indígena liderada por el indio Juan Manuel Cáceres, que fue combatida por tropas indígenas realistas del Perú comandadas por el cacique Pumacahua que tenía rencor contra las paceñas. La tribu de Pumacahua venció y asoló las poblaciones diezmando a los revolucionarios.


Iglesia de Ntra. Sra. de Loreto. La Paz El 29 de octubre de 1811 tropas criollas al mando de Esteban Arce tomaron la ciudad de Cochabamba, pero al tiempo fueron sometidas en Pocoma (24 de mayo de 1812) quedando nuevamente la ciudad bajo el control español (27 de mayo).Pueyrredón se había retirado hasta Salta del Tucumán, donde logró reorganizar al Ejército del Norte. Con la finalidad de intentar una segunda expedición a Bolivia mandó a la retaguardia patria, al mando del general Díaz Vélez, pero éste fue vencido el 12 de enero de 1812 en Nazareno. Pueyrredón decidió marchar a San Miguel de Tucumán, cediendo el mando del Ejército del Norte al general Manuel Belgrano.




El Ejército del Norte o del Alto Perú:
El nuevo comandante, quizás el más puro de todos los revolucionarios, prontamente con energía y tenacidad levantó el ánimo de las milicias. El general patrio recibió la orden del gobierno porteño de replegarse hasta Córdoba. Mientras ejecutaba lo comisionado dejó San Salvador de Jujuy, el 23 de agosto de 1812, la retaguardia del Ejército Patrio se batió con la avanzada del realista comandado por el general Pío Tristán. El 3 de septiembre las tropas criollas obtenían el triunfo de Las Piedras, hecho que aumentó el espíritu y la auto estima de los revolucionarios. Llegó a Tucumán y decidió desobedecer la orden del gobierno central. En la ciudad de San Miguel se fortificó y esperó a los españoles. Allí se batió contra las tropas del general Tristán obteniendo la grandiosa victoria para la causa patria el día de la Virgen de las Mercedes de 1812 (24 de septiembre). Los realista debieron replegarse hasta Salta. Su incumplimiento había salvado a todo el norte de caer nuevamente en las manos españolas.- Belgrano reorganizó el Ejército y marchó a enfrentar a los realistas en Salta. El 20 de febrero de 1813, en el Campo de Castañares -muy cerca de la ciudad de Salta- los ejércitos chocaron nuevamente, siendo vencidos por completo los españoles y consiguiendo la liberación de todo el actual norte argentino. El gobierno revolucionario premió al general Belgrano con una importante suma de dinero, que éste donó para la construcción de cuatro escuelas una en Tarija, otra en Tucumán,y otras en Salta y Santiago del Estero.- Enterado Goyeneche de las tragedias de Tucumán y Salta, marchó de Potosí a Oruro.

Belgrano nuevamente reorganizó sus tropas e inició una nueva marcha hacia el Alto Perú. En junio de 1813 entro a Potosí. Nombró los gobernadores de: Potosí al coronel Figueroa, de Cochabamba al coronel Alvarez de Arenales, y de Santa Cruz de la Sierra al coronel Warnes. La presidencia de la Audiencia de Charcas fue encomendada a Francisco Antonio Ortiz de Ocampo. Los nuevos administradores hicieron un gobierno tan bueno que prontamente ganaron las simpatías de la población. En septiembre de 1813 el general Belgrano inició su marcha para liberar el norte. El 27 de septiembre acampó en Vilcapugio. El 1º de octubre los realistas comandados por el general Pezuela- se lanzaron al ataque doblegando al Ejército del Norte. El revés militar no desalentó al general patrio. A los pocos días se comenzó a implementar el sistema de "guerra de guerrillas", por el cual un pequeño grupo de soldados se encargaba de hostigar a grandes contingentes realistas, emboscándoles, y aprisionándolos. Un nuevo enfrentamiento se sucedió en Ayohuma el 14 de noviembre de 1814, donde nuevamente los realistas vencieron al Ejército Patrio. Belgrano decidió retroceder a Potosí y de allí marchar a Jujuy. Nuevamente el Alto Perú quedó bajo la égida de los españoles, pero la revolución ya había prendido las llamas de la independencia en la población criolla.

El general Belgrano, exhausto, entregó el mando del Ejército al general José de San Martín, el que planeó una nueva ofensiva dirigida por otras latitudes. Durante todo el tiempo de ocupación los altoperuanos lucharon encarnizadamente contra los españoles. Sublevación tras sublevación. Guerrilla tras guerrilla. El hostigamiento diezmó a las fuerzas realistas. La resistencia continuó de manos de los generales Alvarez de Arenales y Warnes gobernadores nombrados por Belgrano. El primero se batió contra una columna del ejército de Pezuela en La Florida (24 de mayo de 1814), derrotándola por completo, el 4 de julio volvió a triunfar en Postrer Valle, y el 5 de agosto fue vencido en Sumarpata.

Casa del Marqués de Villaverde. La Paz En agosto de 1814 otra insurrección paralizó los planes de Pezuela: en el Cuzco había estallado un motín de indígenas, mestizos y criollos que eran comandados por el cacique Pumachahua (realista pasado de bando) y los hermanos Angulo. Rápidamente se extendió a las provincias de Puno y Arequipa (Virreinato del Perú), y de allí a La Paz, la que quedó en poder de los revolucionarios el 24 de septiembre. La ciudad boliviana pudo ser recuperada recién a principios de noviembre de 1814.- Mientras tanto el mando del Ejército del Norte había pasado al general Rondeau. Se reconquistó Cochabamba y Chuquisaca. Los realistas comenzaron a sufrir continuos reveses que fueron debilitándolos. Pero el Ejército Criollo comenzó a desmoralizarse. A ello se le sumaban los problemas por el manejo político de Buenos Aires que paralizaba a las luchas revolucionarias. Aún así se consiguió que el general español Pezuela retrocediera a Tupiza y luego a Cotagaita. El 17 de abril de 1815 se lograba un nuevo triunfo para las armas patrias en Puesto del Marqués. Entonces Pezuela retrocedió de Cotagaita a Chollapata donde concentró todas las fuerzas militares españolas.- Potosí cayo en poder de Rondeau. Allí la indisciplina del Ejército patrio hizo peligrar la revolución. En octubre una división criolla fue derrotada en Venta y Media. Mas adelante en Sipe-Sipe o Viluma, el 29 de noviembre de 1815 los realistas liderados por Pezuela derrotaron nuevamente al Ejército de Rondeau. Los patricios retrocedieron una vez más hasta Humahuaca (Jujuy). Parecía que la revolución en el Alto Perú había fracasado. Ya la independencia había sido declarada solemnemente en San Miguel de Tucumán (9 de julio de 1816). La estrategia definitivamente no había sido acertada. Se encomendó a San Martín idear el nuevo plan libertario.

Las Republiquetas: Sipe-Sipe marcó la finalización de las expediciones del Ejército del Norte, del que nuevamente se había nombrado jefe al general Manuel Belgrano. Su función había cambiado: sería el encargado de mantener la revolución en los territorios ya liberados, por lo que lo rearmó y acuarteló en Tucumán. En el río de La Plata ya se avizoraban las luchas civiles. En el Alto Perú, los patriotas vencidos mantuvieron vivo el ímpetu revolucionario, a pesar de la reorganización de las fuerzas de ocupación española, que había conseguido engrosar sus filas con peninsulares recién llegados de la guerra contra Napoleón. Pezuela fue nombrado Virrey del Perú, y delegó el mando del ejército en el general De La Serna, a quién ordenó que marchara hacia Humahuaca y ocupara Jujuy (6 de enero de 1817) y luego que fuera hacia el sur lo máximo posible, tarea en la que fracasaron por las continuas partidas guerrilleras comandadas por el general Martín Miguel de Güemes tendientes a hostilizar a los invasores. A principios de 1817 la situación de los realistas se tornó angustiosa. Las guerrillas aparecían con el viento y partían con él. De día y de noche, a toda hora eran atacados por los gauchos, pero a pesar de ello tomaron Salta el 15 de abril. Allí conocieron el triunfo del general José de San Martín en Chacabuco (12 de febrero). De La Serna emprendió la retirada mientras era atacado a toda hora por los criollos. El tiempo que tardó en llegar a Jujuy, y luego a Humahuaca fue un calvario (30 de junio de 1817).

Al mismo tiempo en el Alto Perú los caudillos revolucionaron a las poblaciones, logrando el control en desmedro de los españoles. Cada caudillo se convirtió en jefe militar y político apoyado por las poblaciones de los distritos revolucionados. Cada "republiqueta" se armó con el objeto de estorbar el accionar realista, y persistió hasta la completa caída de las huestes españolas en la zona.- De La Serna nuevamente se estableció en Tupiza, mientras una partida del coronel criollo Aráoz de la Madrid tomaba Tarija y amenazaba Chuquisaca, incentivando la resistencia en las Republiquetas. Sus correrías fueron las últimas realizadas por el Ejército del Norte en el Alto Perú.Las guerrillas y republiquetas terminaron por agotar a de De La Serna, el que fue suplantado por el brigadier general José Canterac, que en febrero de 1820 fue sustituido por el general Juan Ramírez Orozco. El nuevo comandante realista arremetió contra Jujuy. En marzo de 1820 ocupó Salta, y como anteriormente con De La Serna, los bravíos gauchos causaron innumerables pérdidas al ejército invasor. Cuando se enteró de la sublevación de las tropas en Cádiz (España), regresó a Tupiza.

San Francisco. La Paz Mientras tanto el general José de San Martín preparaba al Ejército para tomar Perú, por lo que el Virrey Pezuela ordenó que una parte del ejército de Orozco marchara a Lima. Desembarcando San Martín en Pisco, comenzaron a dar los golpes finales que harían sucumbir a los españoles en América del Sur.- De La Serna fue nombrado nuevo virrey. Olañeta, nuevamente al mando de tropas, incursionó por última vez en el suelo argentino, penetró hasta Salta, ciudad en la que sorprendió a su caudillo Güemes, quién terminó herido de muerte para fallecer el 17 de junio de 1821. A los pocos días tuvieron que marcharse debido a la hostilidad del pueblo salteño.

San Martín ya había ocupado Lima y estaba por declara su independencia, situación que fue aprovechada en Potosí para la organización de una nueva sublevación. Casimiro Hoyos declaró la independencia del Alto Perú y apresó a jefes españoles, pero muy pronto tropas realistas acudieron a la ciudad Imperial y tomaron el control, ajusticiando a Hoyos y a los demás cabecillas.

Independencia: En mayo de 1823 partieron del Callao los generales Andrés de Santa Cruz y Agustín Gamarra, desembarcaron en Arica y se dirigieron a La Paz, ocupándola nuevamente (17 de agosto). Luego Gamarra tomó Oruro. Desde Cuzco, el virrey De La Serna envió otro ejército al mando de Valdez, y simultáneamente Olañeta avanzaba desde el sur. Olañeta -que era un absolutista acérrimo- tuvo el ofrecimiento de la regencia española de ponerse al frente del ejército español absolutista, y luchar en contra de los españoles liberales y de los americanos, para lo cual será investido como Virrey del Perú. En esa situación Olañeta desconoció la autoridad de De La Serna, provocando una guerra civil entre los ejércitos españoles del Alto y Bajo Perú. El bando absolutista estuvo comandado por el último virrey Olañeta, y el liberal del Virrey De La Serna por Valdez.- Debilitado por la anarquía, el ejército realista fue vencido por el general Simón Bolívar en la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824.- El malogrado ejército realista logrará sobrevivir hasta que en la pampa de Ayacucho las tropas libertadoras comandadas por el mariscal general José Antonio de Sucre derrotaron completamente a las del rey, dando fin a la dominación española en el Alto Perú. El general Pedro Antonio de Olañeta, que no había actuado en esa batalla, sólo propuso un armisticio a Sucre, quién se negó a aceptarlo. El último Virrey del Perú terminó asesinado en Tumusla el 2 de abril de 1825.

 Representantes que Declararon la Independencia del Alto Perú

Charcas

1   José Mariano Serrano ( Presidente )
2   Casimiro Olañeta
3   Manuel María Urcullo
4   José María Dalence
5   Francisco Palazuelos
6   Ambrosio Mariano Hidalgo
7   Angel Mariano Moscoso

Potosí

  8   Melchor Daza
  9   Manuel José Calderón
10   Manuel Antonio Arellano
11   Manuel Anselmo Tapia
12   Manuel Martín
13   Manuel Argote
14   José Anto, Pallares
15   J. Eustaquio Gareca
16   Manuel María García
17   José Mariano Enriquez
18   Isidoro Trujillo
19   Juan Manuel Montoya
20   Martiniano Vargas
21   J. Ignacio de Sanjines

  La Paz

22   José María Mendizabal ( Vicepresidente )
23   José María Asin
24   Miguel Casimiro Aparicio
25   José Miguel Lanza
26   Fermin Eyzaguirre
27   José Ballivián
28   Martín Cardón
29   Juan Manuel Velarde
30   Francisco. M. Pinedo
31   José Ignacio Calderón y Sanjinés
32   Rafael Monje
33   Eusebio Gutiérrez

Cochabamba 

34   Miguel José de Cabrera
35   Francisco. Vidal
36   José Manuel Pérez
37   Nicolás de Cabrera
38   Manuel Mariano Centeno
39   Dionisio de la Borda
40   José Manuel Thames
41   Pedro Terrazas
42   Melchor Paz
43   Miguel Vargas
44   Marcos Escudero
45   Mariano Méndez
46   Manuel Cabello

  Santa Cruz

47   Antonio Vicente Seoane
48   Vicente Caballero

 

Félix Alberto Montilla Zavalía
 

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