Desgaste del sistema gubernamental español:
Los diversos levantamientos indígenas ya habían evidenciado que la
situación política se encontraba en una etapa crucial. El Alto Perú y gran parte de la
América hispana esperaban el momento indicado para iniciar la revuelta general y por ese
medio lograr la tan ansiada independencia.
En 1776 el monarca español (Carlos III) había adjudicado la actual región boliviana al
Virreinato del Río de la Plata, cuyo centro administrativo se ubicaba en la distante y
lejana Buenos Aires, por lo que los vastos territorios de Potosí, Chuquisaca, Cochabamba,
La Paz, Mojos y Chiquitos se mantenían casi aislados de la capital del novel virreinato.
Pero el Alto Perú contaba con cierta independencia,
ya que en Charcas, Chuquisaca o La Plata residían un gran número de brillantes
intelectuales y juristas, a la época ya influenciados por las ideas liberales que
propugnaban solapadamente la "autodeterminación" del pueblo. A la magna
Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier acudían a estudiar jóvenes
de todas las latitudes del virreinato.A ello se le sumaba la situación del nativo, que
era explotado en pesadas tareas mineras y de otras layas, sin recibir un trato digno, lo
que "caldeaba" la situación imperante. Impactado por tal estado el fiscal de la
Real Audiencia de Charcas, Victorián de Villalba, se propuso mejorar la situación,
procurando un régimen más benigno y liberal para con los parajes altoperuanos en su
célebre obra Apuntes para una reforma de España, sin trastorno del gobierno
monárquico de la región (1797). Sus doctrinas debieron influenciar en los jóvenes
porteños como Moreno que en 1810 se lanzaron en pro de la "revolución". Las
dos invasiones inglesas a Buenos Aires (1806 y 1807) manifestaron claramente la
"unidad" del Alto Perú para con el Virreinato a pesar del recelo que
guardaba Lima, de la que siempre habían dependido, y mostraron el potencial poderío del
pueblo para la autodefensa. Aquella victoria trajo aparejado el germen determinante para
los sucesivos levantamientos independencistas.- Cuando, el 17 de septiembre de 1808, se
conoció en Charcas que el nuevo rey Fernando VII había abdicado a favor de José
Napoleón (Rey José I), que los franceses habían invadido España, que se había
instalado la Junta suprema y que llegaría el general Goyeneche a La Plata como
representante de ella, los Oidores de la Real Audiencia hicieron "oídos sordos"
y postergaron el reconocimiento a la Junta Suprema y al general Goyeneche, procediendo a
jurar solemnemente a Fernando VII como su rey (25 de septiembre de 1808).
Mientras tanto, en Buenos Aires capital del virreinato la Junta
Suprema ya había sido reconocida, y se aprestaban a destituir al virrey Liniers (que era
de origen francés) acusado por las Audiencias de Charcas y Buenos Aires de
complicidad con el invasor francés.Por fin, el general Goyeneche llegó a Chuquisaca noviembre de 1808. Fue recibido con esmerado celo por la Audiencia, el Gobernador,
el Arzobispo y las personalidades más representativas de la ciudad. El funcionario
español relató los hechos peninsulares, comentó sobre la posibilidad de que la princesa
Carlota Reina de Portugal exiliada en el Brasil,gobernara América en nombre de su hermano
el rey Fernando VII, y explicó sus objetivos. Rápidamente los Oidores expresaron su
desconocimiento hacia la Junta española y juraron nuevamente la fidelidad al Rey, por lo
que se produjo un leve altercado que llegó a solucionarse gracias a la intervención del
Arzobispo Benito María de Moxo. El incidente fue celosamente guardado a fin de no
producir más caos en la política chuquisaqueña. El general Goyeneche, continuó su
rumbo por las intendencias del Alto Perú, pero dejaba tras de sí sembrado un nuevo
germen productor de discordia.
Levantamientos en Chuquisaca y en La Paz:
A principios de 1809 los intelectuales universitarios organizaron una
asamblea para discutir sobre las pretensiones de la princesa Carlota. El resultado fue
inmediata y completa descalificación para la función a la cual se había auto
candidateado. Comunicado de tal hecho el Gobernador acuarteló a las tropas y pidió
auxilios al Gobernador Intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz, y mientras tanto
ordenó que se encarcelaran a los cabecillas del movimiento universitario. Cuando el
pueblo se enteró de lo ocurrido se sublevaron contra el Gobernador Intendente Pizarro y
lo obligaron a renunciar. El poder político fue asumido por la Real Audiencia, la que
confirió el mando militar al general Juan Antonio Alvarez de Arenales. Rápidamente se
enviaron chasquis a todas las regiones del Alto Perú con el fin de notificar lo sucedido.
El 16 de julio de 1809, luego de la procesión de la Virgen del Carmen,
estalló otro conflicto en La Paz, fruto de un largo proceso político que llevó a Pedro
Murillo y un grupo de patriotas, a tomar el palacio de gobierno y desalojar al gobernador
intendente Tadeo Dávila. El pueblo se reunió en la Plaza para aclamar con júbilo al
patriota y pedir un "Cabildo Abierto". Otorgado éste, la muchedumbre se agolpó
para hacer las correspondientes peticiones políticas, que fueron concedidas por la
corporación municipal. Casi todas las autoridades españolas fueron depuestas y
suplantadas por criollos. Al día siguiente se comunicó por bando de todo lo actuado. El
21 de julio el Cabildo de La Paz constituyó una junta encargada de tutelar los derechos
civiles del pueblo, que se instaló el 24. A la cabeza se puso a Pedro Domingo Murillo, el
héroe de la revolución. Cada movimiento político y militar fue notificado a la Real
Audiencia, la que, como signo de rebeldía, aprobó todo. A eso el gobernador intendente
de Potosí, Francisco de Paula Sanz, fiel a España, transmitió lo sucedido al Virrey del
Perú, José Fernández de Abascal, el que a su vez comisionó a Goyeneche la sofocación
de las revueltas. El general realista entró en La Paz y logró armar un movimiento contra
revolucionario, que terminó por sembrar la discordia entre los patriotas. Murillo
capitaneó al frente de un improvisado ejército revolucionario patriota y se batieron el
19 de octubre, obteniendo las fuerzas criollas el primer triunfo militar. Pero la suerte
les fue adversa en los Valles de Yungas, donde Goyeneche venció definitivamente a Murillo
en Irupana el 11 de noviembre de 1809. Los cabecillas fueron ajusticiados. El patriota
Pedro Domingo Murillo murió en la horca. Goyeneche nombró gobernador al coronel Juan
Ramírez, al que dejó resguardado por una fuerte tropa militar.- Coetáneamente a lo
sucedido en La Paz, el Virrey del Río de La Plata, Baltazar Hidalgo de Cisneros, nombró
al mariscal Vicente Nieto como Gobernador Intendente y Presidente de la Audiencia de
Charcas, y lo mandó escoltado por soldados del Regimiento de Patricios. El nuevo
gobernante fue recibido muy tristemente por los Oidores de la Audiencia. Las revoluciones
habían fracasado. Su actuación se limitó a poner orden sin derramar sangre de nadie.-
La tranquilidad nuevamente reinaba, aparentemente, en el Alto Perú.
La Revolución Argentina de Mayo de 1810
La
Primera Expedición al Alto Perú: La noticia de la instalación en Buenos Aires de la Primera Junta, el
25 de mayo de 1810, llegó a Charcas el 20 de junio. El gobernador intendente, Nieto, se
reunió con su par de Potosí, Paula Sanz, y convocaron una Junta que representara al Alto
Perú. Reunida la misma decidió -en vista de los acontecimientos ocurridos en la capital
del Virreinato someter toda la jurisdicción al virrey del Perú, Abascal.
Inmediatamente, Buenos Aires envió
una expedición hasta el Alto Perú liderada por el general Antonio González de Balcarce
("Ejército del Norte o del Alto Perú"), por lo que Abascal organizó una
contraofensiva que tendría por objeto invadir Tucumán y luego marchar hacia Buenos Aires
y sofocar a las autoridades de la Primera Junta. Los dos ejércitos el realista de Abascal
y el patriota de González Balcarce se batieron el 27 de octubre de 1810 en Cotagaita,
obteniendo el triunfo los realistas. Un nuevo combate se sucedió el 7 de noviembre en
Suipacha, del que las armas patrias salieron triunfantes. Al conocerse la victoria, el
pueblo de Potosí se plegó a la causa libertaria, Chuquisaca anuló la anexión del Alto
Perú al Virreinato del Perú. La Paz se pronunció a favor de la Junta de Buenos Aires el
19 de noviembre. Todo el Alto Perú se había plegado a la revolución nacida en la
capital del virreinato -la que había sido gestada por numerosos abogados doctorados en la
Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca.
El Ejército del Norte entró triunfante en Potosí, y comenzó a
dictar medidas tendientes a lograr el afianzamiento de la revolución (abolió la
servidumbre indígena y los equiparó al resto de los habitantes).El gobierno de Buenos
Aires nombró al general Juan Martín de Pueyrredón Presidente de la Audiencia de
Charcas, y éste constituyó una Junta, que estaría compuesta por criollos e indígenas.
Desde Chuquisaca parte del ejército marchó hasta Oruro y se les incitó a la
revolución, luego pasaron a La Paz, donde se pactó con el general Goyeneche,
representante del Virreinato del Perú- un armisticio de cuarenta días (14 de mayo de
1811). Tres días antes de vencerse el acuerdo las tropas realistas y patrias se batieron
en Huaqui, siendo destrozado el Ejército del Alto Perú. El desastre de Huaqui
posibilitó que los españoles reasumieran el control de casi todo el territorio
boliviano.
El presidente de la Junta de Buenos Aires, general Cornelio Saavedra,
marchó hacia el Norte, y se hizo cargo del gobierno un triunvirato instalado en
septiembre de 1811. Goyeneche comenzó su avanzada por Cochabamba rumbo a Chuquisaca, en
donde un grupo de patriotas al mando del general Eustoquio Díaz Vélez hizo frente al
Ejército Realista en Sipe-Sipe el 13 de agosto de 1811, donde fueron vencidos. Cochabamba
quedó en manos de los representantes del Virrey del Perú. Pueyrredón abandonó
Chuquisaca y se instaló en Potosí con el fin de reorganizar al Ejército. Luego marchó
llevándose los caudales públicos, privando a los Españoles de cuantiosos recursos.
Goyeneche tomó Potosí.
Nuevos Movimientos insurreccionales internos:
Mientras tanto en La Paz, ya reconquistada para España, se organizó
una nueva revuelta indígena liderada por el indio Juan Manuel Cáceres, que fue combatida
por tropas indígenas realistas del Perú comandadas por el cacique Pumacahua que tenía
rencor contra las paceñas. La tribu de Pumacahua venció y asoló las poblaciones
diezmando a los revolucionarios.
El 29 de octubre de 1811 tropas criollas
al mando de Esteban Arce tomaron la ciudad de Cochabamba, pero al tiempo fueron sometidas
en Pocoma (24 de mayo de 1812) quedando nuevamente la ciudad bajo el control español (27
de mayo).Pueyrredón se había retirado hasta Salta del Tucumán, donde logró reorganizar
al Ejército del Norte. Con la finalidad de intentar una segunda expedición a Bolivia
mandó a la retaguardia patria, al mando del general Díaz Vélez, pero éste fue vencido
el 12 de enero de 1812 en Nazareno. Pueyrredón decidió marchar a San Miguel de Tucumán,
cediendo el mando del Ejército del Norte al general Manuel Belgrano.
El Ejército del Norte o del Alto Perú:
El nuevo comandante, quizás el más puro de todos los revolucionarios,
prontamente con energía y tenacidad levantó el ánimo de las milicias. El general patrio
recibió la orden del gobierno porteño de replegarse hasta Córdoba. Mientras ejecutaba
lo comisionado dejó San Salvador de Jujuy, el 23 de agosto de 1812, la retaguardia del
Ejército Patrio se batió con la avanzada del realista comandado por el general Pío
Tristán. El 3 de septiembre las tropas criollas obtenían el triunfo de Las Piedras,
hecho que aumentó el espíritu y la auto estima de los revolucionarios. Llegó a Tucumán
y decidió desobedecer la orden del gobierno central. En la ciudad de San Miguel se
fortificó y esperó a los españoles. Allí se batió contra las tropas del general
Tristán obteniendo la grandiosa victoria para la causa patria el día de la Virgen de las
Mercedes de 1812 (24 de septiembre). Los realista debieron replegarse hasta Salta. Su
incumplimiento había salvado a todo el norte de caer nuevamente en las manos españolas.-
Belgrano reorganizó el Ejército y marchó a enfrentar a los realistas en Salta. El 20 de
febrero de 1813, en el Campo de Castañares -muy cerca de la ciudad de Salta- los
ejércitos chocaron nuevamente, siendo vencidos por completo los españoles y consiguiendo
la liberación de todo el actual norte argentino. El gobierno revolucionario premió al
general Belgrano con una importante suma de dinero, que éste donó para la construcción
de cuatro escuelas una en Tarija, otra en Tucumán,y otras en Salta y Santiago del
Estero.- Enterado Goyeneche de las tragedias de Tucumán y Salta, marchó de Potosí a
Oruro.
Belgrano nuevamente reorganizó sus tropas e inició una nueva marcha
hacia el Alto Perú. En junio de 1813 entro a Potosí. Nombró los gobernadores de:
Potosí al coronel Figueroa, de Cochabamba al coronel Alvarez de Arenales, y de Santa Cruz
de la Sierra al coronel Warnes. La presidencia de la Audiencia de Charcas fue encomendada
a Francisco Antonio Ortiz de Ocampo. Los nuevos administradores hicieron un gobierno tan
bueno que prontamente ganaron las simpatías de la población. En septiembre de 1813 el
general Belgrano inició su marcha para liberar el norte. El 27 de septiembre acampó en
Vilcapugio. El 1º de octubre los realistas comandados por el general Pezuela- se lanzaron
al ataque doblegando al Ejército del Norte. El revés militar no desalentó al general
patrio. A los pocos días se comenzó a implementar el sistema de "guerra de
guerrillas", por el cual un pequeño grupo de soldados se encargaba de hostigar a
grandes contingentes realistas, emboscándoles, y aprisionándolos. Un nuevo
enfrentamiento se sucedió en Ayohuma el 14 de noviembre de 1814, donde nuevamente los
realistas vencieron al Ejército Patrio. Belgrano decidió retroceder a Potosí y de allí
marchar a Jujuy. Nuevamente el Alto Perú quedó bajo la égida de los españoles, pero la
revolución ya había prendido las llamas de la independencia en la población criolla.
El general Belgrano, exhausto, entregó el mando del Ejército al
general José de San Martín, el que planeó una nueva ofensiva dirigida por otras
latitudes. Durante todo el tiempo de ocupación los altoperuanos lucharon encarnizadamente
contra los españoles. Sublevación tras sublevación. Guerrilla tras guerrilla. El
hostigamiento diezmó a las fuerzas realistas. La resistencia continuó de manos de los
generales Alvarez de Arenales y Warnes gobernadores nombrados por Belgrano. El primero se
batió contra una columna del ejército de Pezuela en La Florida (24 de mayo de 1814),
derrotándola por completo, el 4 de julio volvió a triunfar en Postrer Valle, y el 5 de
agosto fue vencido en Sumarpata.
En agosto de 1814 otra insurrección paralizó los planes de Pezuela: en el
Cuzco había estallado un motín de indígenas, mestizos y criollos que eran comandados
por el cacique Pumachahua (realista pasado de bando) y los hermanos Angulo. Rápidamente
se extendió a las provincias de Puno y Arequipa (Virreinato del Perú), y de allí a La
Paz, la que quedó en poder de los revolucionarios el 24 de septiembre. La ciudad
boliviana pudo ser recuperada recién a principios de noviembre de 1814.- Mientras tanto
el mando del Ejército del Norte había pasado al general Rondeau. Se reconquistó
Cochabamba y Chuquisaca. Los realistas comenzaron a sufrir continuos reveses que fueron
debilitándolos. Pero el Ejército Criollo comenzó a desmoralizarse. A ello se le sumaban
los problemas por el manejo político de Buenos Aires que paralizaba a las luchas
revolucionarias. Aún así se consiguió que el general español Pezuela retrocediera a
Tupiza y luego a Cotagaita. El 17 de abril de 1815 se lograba un nuevo triunfo para las
armas patrias en Puesto del Marqués. Entonces Pezuela retrocedió de Cotagaita a
Chollapata donde concentró todas las fuerzas militares españolas.- Potosí cayo en poder
de Rondeau. Allí la indisciplina del Ejército patrio hizo peligrar la revolución. En
octubre una división criolla fue derrotada en Venta y Media. Mas adelante en Sipe-Sipe o
Viluma, el 29 de noviembre de 1815 los realistas liderados por Pezuela derrotaron
nuevamente al Ejército de Rondeau. Los patricios retrocedieron una vez más hasta
Humahuaca (Jujuy). Parecía que la revolución en el Alto Perú había fracasado. Ya la
independencia había sido declarada solemnemente en San Miguel de Tucumán (9 de julio de
1816). La estrategia definitivamente no había sido acertada. Se encomendó a San Martín
idear el nuevo plan libertario.
Las Republiquetas:
Sipe-Sipe marcó la finalización de las expediciones del Ejército del
Norte, del que nuevamente se había nombrado jefe al general Manuel Belgrano. Su función
había cambiado: sería el encargado de mantener la revolución en los territorios ya
liberados, por lo que lo rearmó y acuarteló en Tucumán. En el río de La Plata ya se
avizoraban las luchas civiles. En el Alto Perú, los patriotas vencidos mantuvieron vivo
el ímpetu revolucionario, a pesar de la reorganización de las fuerzas de ocupación
española, que había conseguido engrosar sus filas con peninsulares recién llegados de
la guerra contra Napoleón. Pezuela fue nombrado Virrey del Perú, y delegó el mando del
ejército en el general De La Serna, a quién ordenó que marchara hacia Humahuaca y
ocupara Jujuy (6 de enero de 1817) y luego que fuera hacia el sur lo máximo posible,
tarea en la que fracasaron por las continuas partidas guerrilleras comandadas por el
general Martín Miguel de Güemes tendientes a hostilizar a los invasores. A principios de
1817 la situación de los realistas se tornó angustiosa. Las guerrillas aparecían con el
viento y partían con él. De día y de noche, a toda hora eran atacados por los gauchos,
pero a pesar de ello tomaron Salta el 15 de abril. Allí conocieron el triunfo del general
José de San Martín en Chacabuco (12 de febrero). De La Serna emprendió la retirada
mientras era atacado a toda hora por los criollos. El tiempo que tardó en llegar a Jujuy,
y luego a Humahuaca fue un calvario (30 de junio de 1817).
Al mismo tiempo en el Alto Perú los caudillos revolucionaron a las
poblaciones, logrando el control en desmedro de los españoles. Cada caudillo se
convirtió en jefe militar y político apoyado por las poblaciones de los distritos
revolucionados. Cada "republiqueta" se armó con el objeto de estorbar el
accionar realista, y persistió hasta la completa caída de las huestes españolas en la
zona.- De La Serna nuevamente se estableció en Tupiza, mientras una partida del coronel
criollo Aráoz de la Madrid tomaba Tarija y amenazaba Chuquisaca, incentivando la
resistencia en las Republiquetas. Sus correrías fueron las últimas realizadas por el
Ejército del Norte en el Alto Perú.Las guerrillas y republiquetas terminaron por agotar
a de De La Serna, el que fue suplantado por el brigadier general José Canterac, que en
febrero de 1820 fue sustituido por el general Juan Ramírez Orozco. El nuevo comandante
realista arremetió contra Jujuy. En marzo de 1820 ocupó Salta, y como anteriormente con
De La Serna, los bravíos gauchos causaron innumerables pérdidas al ejército invasor.
Cuando se enteró de la sublevación de las tropas en Cádiz (España), regresó a Tupiza.
Mientras tanto el general José de San Martín preparaba al
Ejército para tomar Perú, por lo que el Virrey Pezuela ordenó que una parte del
ejército de Orozco marchara a Lima. Desembarcando San Martín en Pisco, comenzaron a dar
los golpes finales que harían sucumbir a los españoles en América del Sur.- De La Serna
fue nombrado nuevo virrey. Olañeta, nuevamente al mando de tropas, incursionó por
última vez en el suelo argentino, penetró hasta Salta, ciudad en la que sorprendió a su
caudillo Güemes, quién terminó herido de muerte para fallecer el 17 de junio de 1821. A
los pocos días tuvieron que marcharse debido a la hostilidad del pueblo salteño.
San Martín ya había ocupado Lima y estaba por declara su independencia, situación
que fue aprovechada en Potosí para la organización de una nueva sublevación. Casimiro
Hoyos declaró la independencia del Alto Perú y apresó a jefes españoles, pero muy
pronto tropas realistas acudieron a la ciudad Imperial y tomaron el control, ajusticiando
a Hoyos y a los demás cabecillas.
Independencia:
En mayo de 1823 partieron del Callao los generales Andrés de Santa
Cruz y Agustín Gamarra, desembarcaron en Arica y se dirigieron a La Paz, ocupándola
nuevamente (17 de agosto). Luego Gamarra tomó Oruro. Desde Cuzco, el virrey De La Serna
envió otro ejército al mando de Valdez, y simultáneamente Olañeta avanzaba desde el
sur. Olañeta -que era un absolutista acérrimo- tuvo el ofrecimiento de la regencia
española de ponerse al frente del ejército español absolutista, y luchar en contra de
los españoles liberales y de los americanos, para lo cual será investido como Virrey del
Perú. En esa situación Olañeta desconoció la autoridad de De La Serna, provocando una
guerra civil entre los ejércitos españoles del Alto y Bajo Perú. El bando absolutista
estuvo comandado por el último virrey Olañeta, y el liberal del Virrey De La Serna por
Valdez.- Debilitado por la anarquía, el ejército realista fue vencido por el general
Simón Bolívar en la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824.- El malogrado ejército
realista logrará sobrevivir hasta que en la pampa de Ayacucho las tropas libertadoras
comandadas por el mariscal general José Antonio de Sucre derrotaron completamente a las
del rey, dando fin a la dominación española en el Alto Perú. El general Pedro Antonio
de Olañeta, que no había actuado en esa batalla, sólo propuso un armisticio a Sucre,
quién se negó a aceptarlo. El último Virrey del Perú terminó asesinado en Tumusla el
2 de abril de 1825.
Representantes que Declararon la
Independencia del Alto Perú
Charcas
1 |
José Mariano Serrano
( Presidente
) |
2 |
Casimiro Olañeta |
3 |
Manuel María Urcullo |
4 |
José María Dalence |
5 |
Francisco Palazuelos |
6 |
Ambrosio Mariano Hidalgo |
7 |
Angel Mariano Moscoso |
Potosí
8 |
Melchor Daza |
9 |
Manuel José Calderón |
10 |
Manuel Antonio Arellano |
11 |
Manuel Anselmo Tapia |
12 |
Manuel Martín |
13 |
Manuel Argote |
14 |
José Anto, Pallares |
15 |
J. Eustaquio Gareca |
16 |
Manuel María García |
17 |
José Mariano Enriquez |
18 |
Isidoro Trujillo |
19 |
Juan Manuel Montoya |
20 |
Martiniano Vargas |
21 |
J. Ignacio de Sanjines |
La Paz
22 |
José María Mendizabal
( Vicepresidente
) |
23 |
José María Asin |
24 |
Miguel Casimiro Aparicio |
25 |
José Miguel Lanza |
26 |
Fermin Eyzaguirre |
27 |
José Ballivián |
28 |
Martín Cardón |
29 |
Juan Manuel Velarde |
30 |
Francisco. M. Pinedo |
31 |
José Ignacio Calderón y Sanjinés |
32 |
Rafael Monje |
33 |
Eusebio Gutiérrez |
Cochabamba
34 |
Miguel José de Cabrera |
35 |
Francisco. Vidal |
36 |
José Manuel Pérez |
37 |
Nicolás de Cabrera |
38 |
Manuel Mariano Centeno |
39 |
Dionisio de la Borda |
40 |
José Manuel Thames |
41 |
Pedro Terrazas |
42 |
Melchor Paz |
43 |
Miguel Vargas |
44 |
Marcos Escudero |
45 |
Mariano Méndez |
46 |
Manuel Cabello |
Santa Cruz
47 |
Antonio Vicente Seoane |
48 |
Vicente Caballero |
Félix Alberto Montilla Zavalía
|