Gobernantes durante el período
- 1825 - General Simón Bolívar
- 1825-1828 - Mariscal General Antonio José de Sucre
- 1828 - General José María Pérez de Urdininea
- 1828 - General José Miguel de Velazco
- 1828-1829 - General Pedro Blanco
- 1829 - General José Miguel de Velazco
Fundación de la República:
Al apagarse el rumor bélico de Ayacucho, el mariscal Sucre, al frente
del ejército vencedor dudó si debía avanzar sobre el Alto Perú y liquidar al mínimo
ejercito realista que guarnecía la región. Sucre sabía que la marcha sobre Charcas
sería un paseo militar, pero temía meterse en los problemas políticos de la zona a los
que llamaba "barullo de las cosas del Alto Perú". A orillas del lago Titicaca
Sucre conoció al abogado Casimiro Olañeta, primo del general realista Olañeta. Este
jurisconsulto, que venía huyendo de los españoles, sugirió a Sucre la idea de crear una
república con todos los territorios del Alto Perú, y así lograr autonomía respecto del
Perú y del Río de la Plata.
El 1º de febrero de 1825 había
entrado Sucre en la localidad de Puno; luego cruzó el Desaguadero con el ejército
libertador, pese a que en cartas manifestaba al general Bolívar su repugnancia a este
cruce. Ya en La Paz, el 9 de febrero, dictó el decreto por el cual se reuniría en Oruro
durante el mes de abril una "Asamblea" para decidir sobre el futuro del Alto
Perú. Esto lo hizo como dirá a Bolivar recordando conversaciones tenidas con él. El
decreto, en resumen, hacía saber que el ejército sólo había ido a
"libertar". Por carecer Buenos Aires de un gobierno general y con autoridad
sobre el Alto Perú, éste quedará librado a su suerte. Los oficiales del ejército no
deseaban inmiscuirse en las cuestiones políticas, las que querían dejar en las manos
solamente del pueblo altoperuano. Las autoridades debían surgir de un acuerdo entre
ellas, de los congresos del Perú y del que se forme en el Río de la Plata. Siendo la
mayoría del ejército colombiano el mariscal Sucre no quería mediar, ya que configuraban
asuntos de gobierno en principio extraños a él.
El 2 de abril de 1825 muere el general Olañeta, ultimo jefe
realista de Sud América, y acéfalas las tropas españolas se dispersaron. Sucre marchó
hacia Chuquisaca y luego a Potosí, comenzando con su tarea legislativa. Allí
recibió dos decretos: uno de Buenos Aires y otro de Bolívar. El primero
reconocía y daba la completa libertad al Alto Perú para determinarse
gubernamentalmente. Por el segundo, Bolívar ordenaba la creación de una
asamblea para decidir el futuro político de la independiente nación.
Mientras tanto, Sucre asumirá el mando, y, como único centro de autoridad,
reconocerá al Perú. El Alto Perú no pertenecía al Virreinato del Perú, y no
fue libertado por los colombianos, ya que éstos luego de pasar el
Desaguadero no tuvieron ninguna actuación bélica de importancia. Bolívar, ni
como Presidente de Colombia, ni como encargado del mando del Perú podía
disponer del Alto Perú.
Dado el inicio de las conversaciones
epistolares entre Sucre y Bolívar, el primero manifestó que no quería intervenir en el
Alto Perú porque se ganaría la enemistar de los gobiernos de Buenos Aires y del Perú, a
lo que Bolívar contestó que él debía seguir lo que le ordenare y que el Alto Perú no
debía ser independiente, ya que entonces Quito exigiría lo mismo. Los casos de Chile y
Guatemala -añadía- "son excepciones". Sucre volvió a escribirle el 27 de
abril y le dijo que en el ambiente político había gran repugnancia por Buenos Aires, y
no era para menos, y que lo mejor continuaba- sería convocar a una asamblea transitoria
para determinar cual de los gobiernos sería mejor: Buenos Aires o el del Perú. En mayo,
Bolívar le respondió y le adjuntó el decreto por el que se autorizaba a que el Alto
Perú se "autodeterminare". Lo hizo argumentaba Bolívar para no disgustar a
Buenos Aires, al Perú y a las masas populares. Manifestaba también que aplazaba su viaje
al Alto Perú para no coaccionar la opinión con su presencia, y ordenó que cercanamente
al lugar de residencia de la Asamblea determinadora no hubiera tropa militar alguna, de
modo que no se ejerciera influencia. Sucre no renunciaba a su idea de convocar a la
asamblea, pero debió ceder un poco: ordenó que la decisión sólo quedaría sancionada
por la ratificación del congreso del Perú. La asamblea se reunió en Chuquisaca en julio
de 1825. En una de las reuniones se acordó enviar a Bolívar una "legación
legislativa" con encargo de pedirle el puerto de Arica y un proyecto de
constitución. Esto último debió halagar a Bolívar.
Declaración de la Independencia por la Asamblea (6 de Agosto):
En la Asamblea se perfilaron tres partidos: los defensores de la
independencia (liderados por Olañera); los partidarios de la unión con el Perú
(diputados del norte) y los de la unión a las Provincias del Río de la Plata (diputados
del sur). La votación favoreció a los independencistas que promulgaron una ley llamando
al Alto Perú "República Bolívar" en honor al libertador, y acordándole el
"supremo poder ejecutivo" cuando residiera allí. En tanto Bolívar estaba a
punto de llegar, y así el Alto Perú se declaró independiente y lo perdieron las
Provincias del Río de la Plata debido a la desidia política de los gobernantes
bonaerenses.- Según Pinilla, Bolivia es en gran parte obra de Casimiro Olañeta, pues él
fue quién haciéndose intérprete de una voluntad que no era unánime obligó a Sucre a
dar su decreto constitucional del 9 de febrero. Olañeta se negaba a que el Alto Perú se
uniera a Buenos Aires. Su deseo era: o libres formando una nueva nación, o unidos al
Perú. Sus aspiraciones de constituir una nacionalidad se basaba en las ansias políticas
de él y de un grupo de hacendados, militares, e influyentes que pensaban apoderarse del
gobierno. Sucre le comunicó a Bolívar que el decreto quería darlo en su nombre. Le
escribió esto porque todo el mundo sabía que lo que él hacía era por orden de
Bolívar. Cuando éste mostró sus dudas por lo actuado, Sucre le escribió: "mi
decreto está concebido, en cuanto a lo esencial, sobre estas palabras que tengo en dos
cartas de Ud.: que la suerte de estas provincias será el resultado de la deliberación de
ellos mismos y de un convenio entre los congresos del Perú y del Río de la Plata".
Desde los comienzos de la "República de Bolívar" no hubo
unanimidad de opinión popular. El nacimiento de Bolivia ofreció un proceso de
incertidumbre similar al de Argentina. El historiador René Moreno llega a la conclusión
-antojadiza según el crítico Arguedas- de que casi nada le debe la nueva nacionalidad a
Bolívar. Según Arguedas el "Libertador" se opuso en un principio a la
creación, pero luego la apoyó argumentando que 1º sobre Bolívar obraba el sentimiento
de respeto hacia las jurisdicciones virreinales y su deseo de no herir derechos de
posesión (uti posidetis iuris); 2º ese deseo se veía cohibido por el otro de no
intentar crear en la vecindad de su patria organismos fuertes que pudieran ser peligrosos;
3º anhelaba -Bolívar- fundir a los pueblos en uno solo muy bien organizado; 4º mareado
por la gloria en su visita al Alto Perú, cedió, le atrajo que una nación tuviera en su
exclusivo honor su nombre. Bolívar era adverso a la idea de construir Bolivia, no
obstante que al hacer el estudio del Alto Perú, y en conversaciones privadas, había
manifestado la equidad y justicia de dar libertad a esas regiones para determinarse
políticamente. Tanto Sucre como Olañeta supieron que el Libertador era enemigo de una
nueva patria. Bolívar mismo, refiriéndose a Quito y a Charcas, había escrito que para
que una y otra presidencia, dentro del concierto pacífico de la justicia, puedan formar
una soberanía independiente, era preciso que obtuvieran por consentimiento o
reconocimiento su emancipación legal. Tendrían, para ello, que entenderse con la suprema
autoridad que ha sucedido en el mando a su antiguo gobierno superior
. El Libertador comprendía que las
demarcaciones virreinales no eran exactas porque se había hecho a veces sin contar con la
geografía. Admitía tales divisiones, pero concediéndoles el valor de separaciones
internas dentro de una gran unidad. Fiel a esa idea, y empujado por Olañeta, dio Sucre el
decreto del 9 de febrero, cosa que disgustó a Bolívar pues le puso en situación
delicada ante Buenos Aires y el Perú, y significaba un valla a su plan de confederación.
Aceptó por Sucre y fue al Alto Perú en agosto siendo recibido apoteóticamente en La
Paz. Por todo el país colgaban su retrato. Halagado comenzó a redactar el proyecto de
Constitución y cuando se fue prometió autorizar la vida de la nueva nación.- Para la
creación de una república en el Alto Perú existieron amplias y contundentes razones:
1ª como zona de equilibrio continental; 2ª la presencia de militares colombianos que
determinaba un tanto la marcha de los acontecimientos, libres de los intereses que
hubieran tenido militares argentinos o peruanos; 3ª la autonomía provincial reconocida
por la república liderada por Buenos Aires, 4ª el interés argentino por la Banda
Oriental que le hizo descuidarse del Paraguay y del Alto Perú; 5ª la ambición de
prohombres locales deseosos de ocupar puestos encumbrados; 6ª cierta unidad de destino en
los avatares históricos.
Como "Presidente" del nuevo estado se designó a Sucre,
aunque éste no lo quería ya que deseaba regresar a su tierra y casarse. Aceptó
condicionado su permanencia hasta una fecha tope: 1828.- Dentro de los límites que se le
señalaron a Bolivia, se agrupaban regiones diversas, desvinculadas entre sí geográfica,
económica, cultural y etnicamente. Bajo una sola autoridad estaban y están- las cuatro
regiones: la montañosa altiplánica, la de los valles, la de los llanos orientales y la
de la selva amazónica. El sector típicamente boliviano que podía crear una nacionalidad
era el andino. Pero tal núcleo será destrozado al arrebatársele la zona comprendida
entre Mollendo y Antofagasta, su acceso natural al mar.
La Constitución de la República de Bolívar:
Bolívar salió de Chuquisaca el 10 de enero de
1826. El 2 de febrero se embarcó en Arica y el 10 entró a Lima. Su edecán partió en
marzo con la "Constitución de la República de Bolívar". Ésta establecía un
sistema electoral democrático semi directo: cada 10 ciudadanos se nombraría a un elector
que supiera leer y escribir, que ejerciese arte o ciencia para vivir y que no tuviese
vicios. El Poder Legislativo se dividía en tres cuerpos: la primera cámara se componía
de "tribunos" y se encargaba de iniciar las leyes de hacienda, paz y guerra,
inspeccionaba y controlaba los actos del Poder Ejecutivo. La segunda de
"senadores" y estaban encargados de formar los códigos y reglamentos civiles y
eclesiásticos y velaban sobre los tribunales. La tercera estaba compuesta por
"censores" y se encargaban de nombrar a propuesta del senado los altos
dignatarios que la otra cámara no podía designar por sí misma, también juzgaban sobre
la buena o mala administración del Poder Ejecutivo, celaban para que la Constitución y
los tratados fueran bien cumplidos. El "presidente viene a ser como el sol, que firme
en su cetro, da vida al universo. Esta suprema autoridad debe ser perpetua, porque en los
sistemas sin jerarquía se necesita, más que en otras, un punto fijo alrededor del cual
giren los magistrados y los ciudadanos... el presidente de Bolivia participa de las
facultades del ejecutivo de la república más democrática del mundo... Un presidente
vitalicio, con derecho a elegir sucesor, es la inspiración más sublime en el orden
republicano".- El Código boliviano fue adoptado en el Perú, Guayaquil y Quito. Lo
requería una cortesía elemental. Pero Bolívar tuvo que regresar a Colombia y salió del
Perú en septiembre de 1826. Las tropas colombianas lo debían seguir en marzo de 1827.
Quedaba como presidente del Perú el antiguo general realista Andrés de Santa Cruz. Este
jefe oyó las sugerencias que se hacían contra la constitución bolivariana, y la
revolución pudo consumarse sin dificultad. Santa Cruz llamó a una nueva asamblea y el 16
de junio de 1827 se adoptó la Constitución de 1823 con el carácter de
"provisional". La Mar era elegido presidente por cuatro años. Las fuerzas
colombianas de la nueva República de Bolivia se habían sublevado en Cochabamba el 14 de
noviembre de 1826, por lo que el Perú tenía un pretexto para invadir al Alto Perú. Esta
la efectuó el general Gamarra para que hiciera presentaciones a fin de que cesara la
"dominación extranjera" de los colombianos. Por su parte Buenos Aires cambiaba
su buena disposición sosteniendo la reacción contra Bolívar. En Bolivia la entrada de
tropas peruanas era interpretada como una reacción contra la dictadura de Bolívar. Santa
Cruz deseaba dominar a los dos países. Aquel sistema de "nacionalismos" había
llegado a un absurdo: Santa Cruz era un mestizo de Huarina, en el departamento de La Paz,
y era considerado el adversario político número uno de Bolivia. En tanto Sucre, soldado
de Cumaná, llegado al frente de una expedición Venezolana y neogranadina, era el
representante de la integridad boliviana.- Sucre no quería el poder vitalicio, y había
numerosos aspirantes a la sucesión. El pueblo a su vez no veía con buenos ojos la
presencia de fuerzas libertadoras, y éstas se quejaban de su obligada permanencia en un
país lejano, sin su paga regular ni acciones bélicas.
Comienzo de las Luchas internas:
La guarnición colombiana de La Paz se sublevó el 24 de diciembre de
1827. Sucre llegó a La Paz, y el orden se restableció, por lo que decidió marchar hacia
Chuquisaca (abril de 1828). Pero entonces se sublevaron los granaderos de Colombia. Quiso
dominar personalmente la cuartelada, y recibido a balazos cayó herido. Desalentado
dimitió. El presidente peruano Agustín Gamarra mientras tanto se posesionaba de la Paz,
Cochabamba y Potosí; los bolivianos lo aclamaban. Él se declaraba "amigo de los
bolivianos" y protector de la vida de Sucre. Las tropas que comenzaron apoyando a
Gamarra pronto lo abandonaron yéndose con el general Pedro Blanco. El altercado concluyó
con la firma del tratado de Piquiza (6 de julio de 1828). Los bolivianos recibieron sus
capitulaciones como una imposición que tenía por objeto sujetar al país al capricho del
gobierno peruano. Sucre designó a Santa Cruz para la presidencia, no por afecto personal,
sino porque sería el temible adversario de la facción triunfante en el Perú. La
maniobra no dio resultado, pues el general José María de Velazco, nombrado
vicepresidente, ocupó la presidencia con los ministros Olañeta y Blanco, impuestos por
el general peruano Gamarra.
La intriga de los generales peruanos hubiera
tenido éxito sin la complicación que hizo de Sucre, eliminado de Bolivia, un vencedor de
La Mar en el norte. Sucre procuró evitar las hostilidades en la frontera colombiana, pero
ante la obstinación de La Mar, lo derrotó en el Portete de Tarqui; pero La Mar retuvo
Guayaquil. Por su parte Gamarra puso fin a la contienda sublevándose contra La Mar y
despachándolo para Centro América. En Bolivia una serie de complicadísimos incidentes
había traído consigo el incumplimiento de lo deseado por Sucre. Ni Santa Cruz, ni
Velazco quedaron al frente. La Asamblea Convencional obediente a las instrucciones del
peruano Gamarra otorgó la presidencia al coronel Pedro Blanco. Quince días después, el
31 de diciembre de 1828, tres coroneles apresaron al presidente y lo asesinaron.
Aprovechando la ocasión, la facción contraria nombró presidente a Santa Cruz y vice a Velazco.
Félix Alberto Montilla Zavalía
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