Todos los años, el 3 de febrero, se
celebra en olor de multitudes la romería de San Blas con gran
concurrencia de fieles romeros. Son nuestras tradiciones que debemos
conservar.
Desde las primeras
horas del día de San Blas, riadas de romeros se dirigen a la
Iglesia de Santo Domingo de Guzmán por las calles de Vegueta al
Internado de San Antonio.
En la
Plaza: puestos de turrones, ex-votos y las ya populares ensaimadas
calentitas y sabrosas.
La
romería de San Blas tiene más de un siglo y medio de historia,
pero la advocación de san Blas en Canarias es anterior a su
conquista. El historiador Marín y Cubas nos dice que los mallorquines
trajeron una imagen de San Blas.
En la iglesia de Santo Domingo de Vegueta se veneran dos; una de
ellas es del escultor madrileño Tomás Antonio Calderón.
A la romería de San Blas solo la superaba en fieles la romería de
la virgen del Pino.
El Cordón de San Blas.
Unido a la romería, está el nombre de las Hermanas de la Caridad,
que son las que atendían el colegio internado de San Antonio y
quienes han mantenido vivo el recuerdo de la festividad de San Blas
cada 3 de febrero. Ellas atienden la demanda de los milagrosos
cordones de San Blas que las madres ese día adquieren para sus
hijos y los colocan en sus cuellos para los males de la garganta.
En 1885 llega a Gran Canaria sor Brígida Castelló, hija de la
Caridad de San Vicente de Paul; ella crea el internado de San
Antonio y enseña a los niños allí recogidos a confeccionar estos
cordones y que cortados se ofrecían a los fieles romeros para, una
vez bendecidos, ser llevados en el cuello.
A ella se le conocía por "la madre de los pobres", era
alta, erguida, de frente despejada, de ojos vivos, de boca
grande y sonriente. Falleció el día primero de 1910. Una
placa en el patio del internado dice de ella: "reformó esta
casa, fundó el asilo de niños y fue madre de la infancia y amparo
de los pobres, sor Brígida Castelló, hermana de la Caridad,
homenaje de la ciudad a su memoria; 9 de noviembre de 1910".
Se habla de un rito especial para deshacerse de los cordones ya
utilizados; deben hacerse tres nudos con ellos y quemarlos hasta
reducirlos a cenizas, mientras se reza tres ave marías; las cenizas
deben ser esparcidas.
DEPACA
anima a todos los gran canarios a que no se pierdan nuestras
tradiciones |