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     El último Mocán 
     
    En la esquina de las calles Pérez Galdós y Perdomo, en Las Palmas de
    Gran Canaria, dentro de la conocida casona Rodríguez Quegles, hoy sede de
    la Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, podemos
    ver el único ejemplar de Mocán de este municipio.
 Existen
    escasos ejemplares en zonas de Gran Canaria, como los Tiles de Moya y La
    Angostura. Los mocanes, hoy escasos, fueron
    abundantes en la época prehispánica. Los aborígenes canarios chupaban su
    jugo y hacían una bebida fermentada, que producía alcohol y era utilizada
    además para actos rituales, la llamaban "chercequén".  Al
    fruto le llamaban "yoya". Las aves, en
    especial el cuervo, actuaban como diseminadores de sus semillas.
    Posiblemente la recolección por los canarios de los frutos del Mocán, se
    hacían en primavera y en verano; se recogían a mano de las ramas o las caídas
    del suelo. De las ramas altas se obtenían vareando el árbol También
    obtenían de él una miel o melaza que usaban como medicamento. El
    Mocán suele tener una altura de 6 a 15 metros, hojas pequeñas de forma
    lanceolada y con bordes de sierra de 4 centímetros de largo y 2
    centímetros de ancho. La Visnea mocanera era
    utilizada por los aborígenes canarios:  "tenían
    piñones de los pinos i mocanes, que es una baquilla a modo de muirta i el
    corazoncillo como de palo" A. Cedeño Suelen habitar entre los 200
    y 500 metros de altitud. Las flores son blancas, olorosas y en racimos. Su
    fruto es del tamaño de un garbanzo, de color rojizo y al madurar se vuelve
    negro. Tiene una pulpa comestible. Los antiguos canarios estimaban mucho el
    fruto del Mocán. Cuando usted pasee por las calles
    citadas, eleve la vista y observe este último ejemplar de Mocán que nos
    habla de nuestros antepasados. DEPACA propugna la
    replantación de mocanes en los sitios adecuados para su superviviencia. SUBIR
     
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