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                     Ermita
                    canaria(*)   | 
                 
               
             
            Las islas canarias
            con Madeira, Porto Santo, Salvajes, azores y Cabo Verde, forman la
            Macronesia.
             Macronesia
            significa "afortunadas" y fue utilizado por vez primera
            por el botánico Philippe Baker Webb.
             Existe
            una similitud entre ambos archipiélagos tanto en lo botánico,
            clima y geología donde el vulcanismo es común en ellos.
             La
            primera isla descubierta fue Porto Santo en 1418 y en 1419 Madeira.
            Estas dos islas estaban despobladas.
             En
            1420 comienza la explotación económica de Madeira. El infante Don
            Enrique trae de Sicilia plantones de caña de azúcar. El trabajo en
            los ingenios azucareros exigía alta especialización: maestros
            espumeros, refinadores y purgadores. La primera exportación fue en
            1456 a Bristol.
             Según
            Cadamosto la población era en ese momento de 200 hombres de a pie y
            cien a caballo. Con este cultivo se incrementa la población con la
            llegada de mercaderes.
             Los
            esclavos comenzaron a venir en 1491 procedentes de África.
             Los
            portugueses desconfiaban de los esclavos negros.
             A
            mediados del siglo XV, los navegantes portugueses caen sobre las
            islas canarias en busca de esclavos, creando un conflicto con
            España. La expedición a Gran Canaria por parte de don Fernando de
            Castro provocó la protesta de Castilla y un conflicto diplomático.
             El
            infante Don Enrique reaccionó mandando cuatro expediciones entre
            1450 y 1453, en las que se tomaron esclavos.
             Grandes
            contingentes de guanches fueron llevados a la isla de Madeira a
            mediados del siglo XV.
             Los
            madeirenses desde hacía un tiempo comerciaban con los antiguos
            canarios productos como carne, sebo y queso.
             Los
            madeirenses necesitaban personal para los ingenios y ganado en sus
            montes para la producción de carne, leche y queso. Para esos
            ganados necesitaban ganaderos.
             Los
            portugueses que sabían lo que hacían, vieron en los guanches de
            Canarias la solución. Ellos eran ganaderos y agricultores
            consumados. A parte de la cabra canaria como productora de carne,
            leche, queso y piel.
             Hemos
            dicho que contingentes de guanches fueron llevados a Madeira donde
            se encuentran con el colectivo de negros.
             Los
            guanches son separados en dos contingentes, uno para los ingenios y
            otros a cuidar los rebaños de cabras.
             El
            madeirense confiaba en los guanches, más en los ingenios se ganaron
            la confianza de sus amos. Llegaron a ganar dinero que utilizaron en
            la compra de su libertad. Se hicieron insustituibles como maestros
            en los trapiches.
             Compran
            tierras, casas y su propia libertad. Los canarios encargados del
            cuidado de los ganados de cabras, se vieron libres en un medio
            natural similar al de su tierra natal. El sistema de pastoreo, muy
            peculiar, es el guanil, donde el ganado pastaba libremente y una vez
            al año se hacían las "apañadas" para consumir su carne.
             De
            esta forma los guanches se sienten libres y señores de la isla de
            Madeira. Ese sentimiento de libertad llegaron a transmitirlo a los
            negros de actitud sumisa, así como la idea de libertad y
            emancipación.
             Es
            de notar la preocupación de las autoridades de la isla ante este
            viraje de los acontecimientos, ya que los canarios habían llegado
            al amotinamiento.
             Se
            intentó capturarlos, cosa difícil dada su agilidad y bravura.
             El
            1481 los canarios estaban obligados a llevar una marca en el hombro
            para reconocerlos.
             De
            Portugal vinieron muchas órdenes de expulsión, pero los intereses
            de los ingenios azucareros las frenaban; más aún, cuando en 1483,
            el conquistador Pedro de Vera había pasado por Madeira en busca de
            plantones de caña de azúcar.
             Como
            la situación era insostenible, el 25 de noviembre de 1491, la
            Cámara Municipal de Funchal acuerda la expulsión de los canarios,
            que no se hizo de golpe ya que quedaron algunos grupos que siguieron
            manteniendo su rebeldía. El rey se dirige a las autoridades de la
            isla el 4 de mayo de 1503 para que se expulse a los restantes.
             Muchos
            portugueses que vinieron a trabajar a los ingenios azucareros de
            canarias, eran sencillamente guanches con apellidos portugueses.
             El
            azúcar canario eclipsó al madeirense.
             (*)
            En el Boletín de Noticias número 11 de El Museo Canario, aparece
            un interesante artículo firmado por Rafael Delgado Perera y Ma
            Isabel Quintana González titulado "Una huella de los alzados
            canarios en Madeira", que recomendamos.
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