los alimentos
 

 
 

Los alimentos

 
 

 

   
 

los alimentos, cuales son los mejores para la tercera edad

Los descubrimientos médicos
determinarán el tipo de comidas

Las perspectivas permiten hablar de dos cambios trascendentales. En primer lugar, los conocimientos médicos van a influir cada vez más en los hábitos alimentarios y va a existir una mayor preocupación por la dieta. Algo, que por supuesto, es muy positivo. En segundo lugar, las madres trabajan y esto provoca una tendencia a consumir en mayor medida los alimentos precocinados. Algo que, si elegimos lo adecuado, no es malo. La preocupación por la dieta es algo que está bien presente en el hogar del futuro de nuestra amiga María. Sus hijos tomaban cereales con leche, un desayuno habitual a finales del siglo XX y qué no tendrá por qué cambiar en épocas venideras. Ofrece unas características nutritivas notables, es sano y muy sabroso.

 

DESAYUNO, ALMUERZO Y CENA
SUFRIRÁN ALGUNAS MODIFICACIONES

Por su parte, María se comía unas rebanadas de pan con tomate y jamón serrano, aderezadas con ajo y aceite de oliva. Un desayuno fuerte, que lo convierte en la comida más copiosa de día y que lo hace ideal para empezar una dura jornada de trabajo. No en vano los alimentos están compuesto por una serie de nutrientes claramente beneficiosos : pan integral, ideal para regular el tracto digestivo; ajo, muy conveniente para la circulación según las últimas investigaciones científicas; aceite de oliva, con una elevada capacidad para regular el colesterol; y tomate, rico en vitaminas. Aparte queda el jamón curado, que no es malo si se consume con moderación y que da al desayuno el imprescindible toque de sabor.

Esto fue el desayuno, pero ¿qué tomará la familia de María a la hora de la comida y de la cena? Posiblemente, comerán algo más frugal y leve en el mismo centro de trabajo o de estudio y cenarán de forma suave, todos en casa. Y, como a ninguno le va a apetecer hacer la cena, tendrán que tomar del refrigerador productos pre-elaborados o precocinados.

De hecho, podemos fijarnos en María. Acaba de acercarse al refrigerador y , después de observar un rato unas extrañas bandejas, elige una de ellas. Ya ha decidido qué va a cenar, una exquisita ensalada de lechuga, cebolla y pepino. Sobre su bandeja, podemos ver que la ensalada ocupa el plato central y que, a los lados, tres pequeños sobres incluyen la sal, el aceite de oliva y el vinagre para que aderece a su gusto los alimentos de la cena.

El plato parece sorprendente : una ensalada con los productos ya lavados, pelados y cortados, que María ha comprado hace casi un mes en el supermercado del barrio, y que se conserva tan fresca y tan sabrosa como si la acabara de preparar. ¿Cómo es posible? Muy fácil. Gracias a los productos de cuarta gama, cuya tecnología ha comenzado a ser una realidad a finales del siglo XX.

 

Los alimentos: Los supermercados ya venden
alimentos de cuarta gama

Los alimentos de cuarta gama, en oposición a las tres gamas anteriores (alimento natural, congelación y enlatado hermético), se consumen frescos, pero han sido cortados, pelados o triturados antes de ser envasados y llegan al consumidor con las mismas características que sí acabaran de salir de la huerta. Y se mantienen así al menos durante diez u once días (un período de tiempo que se ampliará en el futuro), siempre y cuando se conserven refrigerados en un frigorífico convencional. De hecho , a comienzos de la década de los noventa esta cuarta gama ya ha empezado a aparecer en las estanterías de los supermercados y se muestra en franca progresión.

Para evitar que los alimentos de cuarta gama se estropeen tras ser cortados, hay que protegerlos con plásticos semi-impermeables, que permitan un mínimo intercambio de aire con el exterior, pero impidiendo el paso de suficiente oxígeno como para estropear los alimentos. Con estos plásticos , el fruto, que está fresco y vivo, pueden respirar, pero no tanto como para oxidarse y adquirir color pardo.

Y no sólo eso; los científicos estudian técnicas para aumentar aún a más el tiempo de conservación. Técnicas que pueden servir tanto a productos de cuarta gama como a otra clase de alimentos. Una de ellas, la irradiación ( técnica utilizada para eliminar los microorganismos perjudiciales), ya se utiliza ampliamente.

ALTAS PRESIONES PARA EVITAR
LA DEGRADACIÓN DE LOS ALIMENTOS

La irradiación consiste en bombardear los alimentos con electrones o protones, de tal manera que se eliminan microorganismos y se destruyen determinadas enzimas implicadas en el procesote una duración, gracias a lo cual éste se retarda.

La otra técnica que nos depara el futuro de la alimentación es aún más innovadora que la irradiación : se llama técnica de altas presiones. Se basa en someter a los alimentos a presiones altísimas, que disminuyen el número de microorganismos y eliminan aquellas enzimas asociadas a la degradación de los alimentos.

Entre los microorganismos que se eliminan con esta técnica figuran las temibles salmonellas, responsables da algunas de las intoxicaciones más graves. Las altas presiones, de entre 4.000 y 7.000 bares, no ocasionan la ruptura de los alimentos debido a que el producto las recibe de forma isostática; es decir, en todos los puntos por igual.

“Esta técnica permitirá conservar los productos como ahora se conservan los briks, sin necesidad de frío”, aseguran, investigadores del Instituto del Frío del Consejo de Investigaciones científicas. “El objetivo es sustituir a la pasteurización y la esterilización, gracias a que el producto tratado con altas presiones ofrece unas mejoras características organolépticas; aquellas como sabor, color y olor”.

En Japón ya se comercializan zumos, sopas y filetes de pescado tratados con esta técnica. En Francia, los estudios demuestran que el hígado de pato tratado con altas presiones permitirá recuperar el mítico foie crudo. Este producto, que sólo puede conservarse unos días a cuatro grados centígrados, podrá ahora durar meses y meses.

En el siglo XXI se podrá comer exquisitos los alimentos, exactamente iguales a los recién producidos, con sólo meter en el microondas una bandeja que puede llevar meses en la nevera. Su larga conservación no tendrá incidencias en el color, el sabor o la textura de los productos. Habrán ganado la batalla más difícil con la que se enfrenta la comida precocida de nuestro tiempo : el mantenimiento de los sabores originales.

El futuro está claro : habrá más alimentos, de mayor calidad y más sanos. Y comer seguirá siendo, como ahora, un placer.

COMER PARA SOBREVIVIR

Hasta el final del siglo XX, se consideró que la alimentación sólo servía para aportar los compuestos que nuestro organismo necesita para sobrevivir. Está claro que una forma rápida de morir consiste en no comer. Ahora, los estudios científicos han demostrado algo más : una forma segura de vivir menos es comer mal.

Gran parte de las afecciones cardiovasculares y numerosos cánceres tienen su origen en determinados tipos de alimentación. Ya se ha demostrado que la dieta mediterránea es ideal para combatir los riesgos cardiovasculares : legumbres mucha fruta y verdura, pescado, aceite de oliva, poca carne…Ahora le ha llegado el turno al temido cáncer.

Estudios epidermiológicos, como el realizado en el Centro Alemán para la Investigación del Cáncer, demuestran que las personas que la dieta es exclusivamente vegetariana tienen menor tendencia a desarrollar ciertos tipos de cáncer. Además, los investigadores de este Centro también han mostrado la relación causa-efecto entre determinados cánceres, como los de boca y esófago, y la ingestión de bebidas calientes de alta composición alcohólica.

ALGAS DEL FUTURO

En la década de los setenta, se creía que las algas iban a convertirse en el futuro en un alimento primordial de la dieta humana. Hoy día, parece bastante claro que no va a ser así. No van a ser el producto principal, aunque, eso sí, nos resultarán imprescindibles.

“En Europa, las algas no se han utilizado tradicionalmente para el consumo directo”, aseguran, los profesores de Botánica de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid. “En Asia y América sí que se utilizan como condimento o para complementar una comida. La tendencia , en los países occidentales, es a un aumento en su consumo, tanto por nuevas modas como porque las colonias de ciudadanos de origen oriental están haciendo aumentar la demanda”.

Posiblemente algún día se ponga de moda en Occidente el consumo de sopa de algas, tradicional en Japón, a imitación de sopa jardinera que saboreamos en nuestros hogares.

Sin embargo, el consumo indirecto de algas es tan elevado en todo el mundo que su cultivo se está convirtiendo en un gran negocio. Hoy día, la principal utilización de las algas en Occidente consiste en la producción de harinas y su uso como estabilizante para numerosos productos, como cerveza, helados, etc. Para todo esto , y para la cantidad de alimentos que se inventen en el futuro, las algas seguirán siendo prioritarias en el siglo XXI.

Las algas se cultivan en el mar, en granjas que pretenden imitar el hábitat natural de estos vegetales, que son zonas de litoral, con luz y rocas. Para ello, los cultivos se realizan sobre redes, u otro tipo de substrato, que permitan el crecimiento de alga y faciliten su recolección. Este tipo de cultivos será un negocio muy rentable para los acuicultoras del próximo milenio. Los expertos en algas vaticinan una apertura de los mercados occidentales a este alimento, presente desde hace siglos en la cocina oriental.

Innovaciones en los cultivos permiten producir vegetales enanos, o conseguir flores comestibles para consumir en ensaladas. Los estudios científicos harán posible conocer las mezclas de los alimentos más sanos para el organismo.

LA CIENCIA CONTRA EL HAMBRE

Se calculaba que cuando comenzara el año 2000, en el mundo más de mil millones de personas sufrirían carencias nutricionales. Las causas para ello, son muchas : mala distribución de la riqueza, falta de agua y nitrógeno en la tierra, etc.

¿Podrán estos millones de personas disfrutar de los nuevos alimentos que aparecen en esta página. Ingenieros Agrónomos de importantes Universidades en el mundo, piensan que sí. Las técnicas genéticas para prolongar la conservación de los frutos ofrecen buenos augurios para el Tercer Mundo. “En los países de clima tropical y subtropical hay enormes cantidades de frutos que se estropean rápidamente. Y es ahí donde se localizan las grandes zonas de hambruna. Desarrollos como la ingeniería genética les acabarán llegando.

Actualmente, también se está investigando la producción de plantas que, mediante inducción genética, puedan crecer con poco agua y con poco nitrógeno, que es un elemento nutritivo esencial. En el futuro, estas plantas serán una realidad. Entonces, sólo faltará el esfuerzo suficiente para que los países desarrollados cedan estas técnicas a los países más pobres.

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