ARQUEO AEGYPTOS

EGIPTO MÁGICO

La Magia En El Antiguo Egipto

 


Texto De Amenofhis III


Sin duda alguna el solo nombre de Egipto, provoca admiración y una profunda ansiedad en todo lo que respecta al país del Nilo. Ante este hecho, uno se pregunta, ¿qué hay de mágico en Egipto que atrae tanto a nuestra imaginación? Ahora, uno se vuelve a preguntar si realmente es nuestra imaginación ó realmente Egipto es pura Magia.

Al adentrarnos en lo que abarca la palabra "Magia", debemos desdeñar las penosas imágenes de televisión que nos retransmiten a la Bruja Lola, y tal vez acariciar un poco más al personaje que encarnaba Juan Tamariz y su violín. La visión del duelo de titanes que protagonizaron Moisés y Jaemwaset, tal vez sea la más indicada para el tema que nos atañe.

pero, ¿dónde comienza la magia y donde termina la religión? Ante la palabra religión, debemos colgar inmediatamente la etiqueta de "Creencia", ó lo que llamaríamos "forma de vida". No es una cuestión de fe, sino de conocimientos. 

Innegablemente, el espíritu egipcio está ligado directamente con  el universo entero. Los elementos materiales y los inmateriales, ó sea, lo que se clasifica como sobrenatural. Seguramente, si a orillas del Nilo arribase un submarino, entraría como definición de sobrenatural, y sin embargo, ahí está. Todo lo que rodea la visión de Egipto, es una perfecta unión del Cosmos. La naturaleza y sus secretos se funden con la mente humana para dar paso a un festín de cualidades por explorar.

Sin duda, las más poderosas, por razones obvias, son los textos funerarios. El mal llamado Libro de los Muertos nos desvela 190 fórmulas mágicas que el difunto debe conocer para pasar con fortuna a través de los caminos que conducen al Más Allá. También debemos  añadir a la clasificación de Textos Mágicos a determinados  encantamientos ó pociones mágicas que se usaban para dar cura a un sin fin de enfermedades y malestares, y por qué no, para curar los males del corazón. No necesariamente estas fórmulas ó pócimas eran administradas por médicos facultativos, sino que existía también la capacidad del sacerdote para hacer valer el orden sobre el caos.

Pero, ¿qué representa la figura del sacerdote? Tal vez, eran mucho más que teólogos iniciados en misterios de toda clase y naturaleza. Posiblemente, podríamos clasificar a muchos de ellos en el grupo de curanderos, conocedores de la sabiduría de la naturaleza y capaces de explotar todo lo que ésta nos ofrece en pro de la humanidad. Sin embargo, hay que decir que la figura de estos curanderos y maestros iniciados del saber perdido tuvieron papeles de fundamental trascendencia, como fue Imhotep ó el propio Jaemwaset, el hijo de Ramsés II El Grande.  Y es que desde los más remotos orígenes de la historia de Egipto, ya vemos al Maestro de Brujería, Thot, usando estas artes para ayudar a Isis. Thot enseña a Isis las artes de la magia, y por derecho propio, Isis se convierte en la Dama de la Magia. ¿Cómo sino habría podido copular con el resucitado Osiris, al cual le faltaba el pene?

Lo importante de ésta cuestión no es tomar estas leyendas al pie de la letra, sino saber valorar su contenido y saber hacer uso de él. Así pues, con toda seguridad, podríamos asegurar que la magia  egipcia es un concepto antiquísimo, tal vez elevado al rango de poder cuando el hombre se dio cuenta de que era mucho más que un mono desnudo. Y por lo tanto, podríamos definir la magia egipcia como el poder de controlar ó entender la naturaleza para mantener el equilibrio del Universo. El mago debía superar distintas pruebas de iniciación, tener un amplio concepto de espiritualidad y tener la intuición y el valor necesario para llevar a cabo su empresa. Nuevamente, podemos observar el universo egipcio tal y como fue concebido , en el cual Maat juega un papel sino fundamental, muy importante. Por esta Regla Universal, Maat la Señora del Orden y la Justicia, al mago no le bastaba con preparar la pócima ó medicación y administrársela al enfermo. Un buen mago debe saber operar en las dos fronteras, en el mundo visible y en el mundo invisible; y por lo tanto debe saber arreglar el desorden que dicha enfermedad ha producido en el universo que rodea al enfermo. En estas artes entrarían dos definiciones, que se denominan La enfermedad del cuerpo y La enfermedad del alma.

Aparte palabras ó fórmulas mágicas, el mago debe saber usar el movimiento del cuerpo, tal que para un buen efecto, Atum representa al ojo derecho, Horus al ojo izquierdo, Isis y Nefthis a los labios, Geb a las vértebras ó Nut al vientre. En otro apartado, igualmente imprescindible, hallamos a las estatuas. Ya sean de piedra, madera ó arcilla, vemos que al artista no se le llama escultor, sino que recibe el nombre de "El  que da la Vida".

En cierta ocasión, un conocido personaje del mundo de la egiptología, se hallaba en el Museo de El Cairo, junto a otro personaje desvinculado totalmente con el país del Nilo, un simple turista.  El señor X, el que no conocía ni el nombre de los dioses principales de Egipto, alardeaba de tener cierto poder de percepción ante las obras egipcias, las cuales según él, le transmitían vibraciones. Entonces, el señor A, el hombre introducido en la mayoría de los misterios egipcios, quiso poner a prueba al señor X, y lo introdujo en la Sala del Imperio Nuevo. Comenzaron a inspeccionar la sala, y el señor X pasó inadvertido ante piezas de época tardía y greco-romana. Pero de repente, se detuvo ante una vitrina y la observó durante largos minutos. Entonces le preguntó al señor A por las piezas. Y es que el señor X, que tanto alardeaba de poder captar las vibraciones del arte egipcio, se había detenido ante una maravillosa colección de estatuas de Ramsés II.

¿Será posible que realmente, estas estatuas egipcias estén dotadas de una fuerza sobrenatural? La respuesta tal vez se halle en Karnak, en el interior del Sanctasantorum.  Este santuario, construido en el Imperio Medio y reformado más tarde por Thutmosis III,  contiene unas paredes construidas con piedra de granito, en el cual se han descubierto escritos en la piedra los ritos a los que dichas estatuas eran sometidas tras haber salido del taller del escultor. Además, tenemos constancia de que en ciertas épocas del año los sacerdotes ritualistas sacaban a la terraza las estatuas de los dioses para así recargarlas con la energía del sol ó de la luna. Ante esto, debemos preguntarnos si todo es un misticismo egipcio ó si realmente dichas estatuas estaban ó están dotadas de esa poderosa energía.

Una de las estatuas de Karnak que nos llama más la atención es la estatua de la diosa leona Sejmet. En su santuario, cientos de turistas  se agolpan para hacerse una foto con la poderosa leona, y al final resulta  que la foto sale en negativo. ¿Casualidad, ó algo más? Muchos anticuarios egipcios han tenido los mismos problemas cuando han querido fotografiar simples Ushebtis, que anteriormente habían estado expuestos al sol. Pero el ejemplo más fehaciente de que dichos problemas técnicos ocurren realmente, es que incluso Howard Carter tuvo algún que otro incidente de este tipo, dependiendo que objetos y en que lugar de la morada de Tutankhamón se fotografiasen. Además, estos casos son mucho más numerosos de lo que parece.  En el Museo Británico de Londres, hay seis estatuas de la diosa leona, y más de un turista que no había oído ni visto a la diosa en su vida, experimentaron una profunda sensación de bienestar, tras haber pasado varios minutos contemplándola. Incluso se han efectuado investigaciones serias al respecto de éste fenómeno. Podríamos pensar que todo es un efecto sugestivo producido por el impacto que, sin duda recibe el visitante al encontrarse por primera vez con Sejmet. O tal vez, debamos entender que realmente el conjunto de un santuario con sus divinidades introducidas en el, causa el tan deseado Orden Establecido.

En los años ochenta, una doctora francesa, Blanche Mertz trabajó en el Santuario de Kom-Ombo. Allí, donde reside el matrimonio divino formado por Sobek y  Horus Haroeris, también llamado Horus El Anciano, la doctora Blanche preparó un trabajo: medir biométricamente el santuario. En el santuario de Haroeris, en el lado derecho del mismo, la medición daba como resultado  12.000 unidades de energía. Cerca de allí, en el lado izquierdo, Sobek emanaba  tan solo 1.000. La conclusión es sencilla. La estela de Haroeris es un centro sutil de energía concentrada, con una poderosa carga de energía que permite "recargarse" en poco tiempo. Sobek, por el contrario, emana una carga de liberación, como por ejemplo el estrés. Dado que está probado el uso de las energías naturales para una mayor sensación de bienestar, como podría ser el colocar la cabecera de la cama en favor de  las corrientes subterráneas, ¿qué nos impide pensar que realmente las estatuas egipcias no conservan aún toda su poderosa carga energética?

Si bien realmente cualquier lugar de Egipto, incluso plasmado en fotografía ó el película de vídeo, tiene la capacidad de transmitirnos ese toque mágico que lo caracteriza, no existe lugar más mágico en todo el mundo que la llanura de Gizeh, y no por nada, sino por que es la única Maravilla del Mundo que aún continúa en pie.

Dejando al margen si la Gran Pirámide es ó no es una morada de eternidad, existe otro factor más intrigante si cabe. Fue un tal Monsieur Bovis quien, mientras ascendía por la Gran Galería, se encontró con el cadáver de un ratón. Su sorpresa no fue hallar el ratón muerto, sino hallarlo literalmente momificado. De regreso en su casa, Monsieur construyó una pirámide  a escala, con todos los elementos que contiene la Gran Pirámide, es decir, con las tres cámaras, los conductos de ventilación, la Gran Galería e incluso con las cámaras de descarga. Experimentó con objetos y animales, llegando a la conclusión de que, la pirámide frenaba  la descomposición de los cuerpos por deshidratación, como ochavos de naranja que se secaban y pasados quince días no se descomponían; y objetos como pilas que transcurrido el plazo, se recargaban en un porcentaje más ó menos elevado. Aunque suene a magia, hoy cien años después, aún nadie ha podido dar explicación a este fenómeno que ha sido estudiado por más de una comunidad de científicos.

Egipto siempre ha cautivado la imaginación de viajeros, soñadores y eruditos. Tal vez, Egipto sea  una poderosa carga de energía viva que no se resigne a ser una gloria del pasado, y permanezca hoy en primera línea de investigación.

© 2005, Amenofhis III (Luis Gonzalez Gonzalez) amenofhis_29@hotmail.com