Arqueo Aegyptos

Grandes Nombres Del Antiguo Egipto

Manetón de Sebenitos

El Historiador Egipcio


 

 

Texto por Amenofhis III

 

Manetón fue un sacerdote que sirvió a los reyes Ptolomeo I y Ptolomeo II. Su nombre antiguo era Mniw'htr, que significa "El encargado de los caballos". La historia de Manetón comienza con su propio nombre, pues no ha sido nunca utilizado antes en el Antiguo Egipto. Procedente de la reigón de Sebenitos, la capital egipcia durante esta XXX Dinastía, era encargado de los ritos de Serapis y fue el artífice de una obra que convulsiona el panorama egiptológico desde el punto de vista cronológico. Esta obra, conocida como Aegyptiaca, fue encomendada al sacerdote por orden de Ptolomeo II, el cual estaba deseoso por conocer los orígenes de tan insigne pueblo que él ahora gobernaba. Manetón, contando con los accesos a los archivos de los santuarios más importantes, tomó nota de los textos más antiguos que había, y que relataban los inicios de la civilización faraónica. Sin embargo, en honor a la verdad, debemos decir que Manetón vivó en una época en la que el mito y la realidad se habían fusionado dando una visión un tanto desenfocada, pero no obstante, su obra fue decisiva para muchos aspectos.

La Aegyptiaca fue una división de reinados en treinta dinastías, en las que también había muchas lagunas. Como ejemplo, el iniciador de la XVIII Dinastía, Ahmosis, fue colocado en el orden de la XVII Dinastía, dado su lazo familiar indiscutible. Y sin embargo, Manetón ya comienza situando a Menes como el primer faraón, al igual que la lista real de Abydos. Y sin embargo, Manetón utiliza como válidos muchos aspectos mitológicos, que tal vez tengan su atisbo de realidad, pero que no se pueden asegurar a un cien por cien. Uno de esos casos es el número nueve en las dos primeras dinastías. Nueve reyes en la I Dinastía y nueve reyes en la II Dinastía, parece hacer referencia a la Enéada de Heliópolis en la que los nueve dioses dieron forma y semilla al Valle del Nilo. Pero esto todo tan solo son fragmentos diseminados y recogidos por otros autores posteriores, porque la obra de Manetón no ha llegado entera hasta nosotros. Y con todo, estos propios autores se liaron entre ellos, dando cada uno una información distinta en algunos aspectos.

Pero lo cierto es que Ptolomeo II obtuvo su listado real, así como detalles de las cosas más importantes que sucedieron durante el reinado de tal ó cual faraón. Y más tarde, su obra se vio juzgada por motivos políticos, acusándolo de falso y mentiroso. Los autores antiguos pronto se lanzaron a copiar la Aegyptiaca, y así mismo, el siguiente autor copiaría la copia realizada a la Aegyptiaca, por lo que el ovillo se hizo gigantesco. Por este hecho, se desconoce realmente si fue o no Manetón el causante de tanto desbarajuste. Por ejemplo, se coloca a Seti I y a Ramsés II en la octava dinastía, dandole a Ramsés un reinado de sesenta años. En el caso de Ajenatón y Smenjkare, une los dos reinados sin contar con la posible coregencia, lo que da lugar a la mal interpretación. Sin embargo, no hay duda de que la obra de Manetón ha sido de gran ayuda para situar la actual cronología.

Se habla a menudo de las malas sumas realizadas por Manetón, y la respuesta parece hallarse en la mala interpretación de los ajustes anuales dados por la Estrella Sothis. De la I a la VI Dinastía, Manetón otorga un número de  1497 años, de moso que la intercalación de los años solares se entremezcla con el calendario lunar. Para intentar ajustarse, Manetón se valió por los solsticios y los equinoccios, donde las estrellas varían un grado por día en setenta y dos años. Y sin embargo, la historia que Manetón redactó ha sido fuente para muchos historiadores antiguos. Cabe citar que no solo fue este el historiador que cometió errores, pues Manetón escribió un libro entero dedicado a los fallos que había cometido Heródoto en su Historias. Entre los fallos hallados por el de Sebenitos, cabe citar que mientras Heródoto da como válido el nombre de Jufu para el constructor de la pirámide de Gizeh, Manetón utiliza otro, y así mismo, Manetón se pregunta cómo el de Halicarnaso pudo obviar citar a la Esfinge de Gizeh en su obra. Con todo, el nombre de Manetón de Sebenitos fue crucial para poder desentrañar muchas incógnitas que rodeaban a la historia del Antiguo Egipto.

 

 
 

© 2005, Amenhotep III (Luis Gonzalez Gonzalez) Amenofhis_29@hotmail.com