Por
Marco Guarín
calvopeludo@yahoo.com
De roce por la carrera 23, entre clock´s, frituras;además de ventas y women. Voy rumbo a la catedral, me encuentro a un viejito con anteojos, tenia un bastón algo corto para su estatura y un saco gris, como las tardes de agosto en esta ciudad; me cuenta con su brazo estirado, tembloroso, esperando que le regalara dinero del cual carecíamos los dos, " todas las ciudades se distinguen por una bonita construcción :
Manizales lo hace con esas treinta mil toneladas de ferroconcreto, ubicadas en frente, o más bien a espaldas de escasos trescientos kilos de un cóndor libertador , que a veces trata de volar dando saltos sobre una torre cuadrada y sin ventanas ".
Comienzo entonces a preguntar: ¿qué estilo arquitectónico fue empleado para construir la Basílica de Manizales?
¿Por qué, es que usted no sabe?
Pues yo creo que es alargado como una gota.
Debe ser como medieval o algo así.
Mi abuelito dice que es gótica ¡Que bien! Pienso al escuchar a la niña.
Yo no sé hermanito.
Mijo: Que el muchacho quiere saber qué estilo tiene la catedral. Su compañero respondió de inmediato: que busque en un libro y ya ¡ Vámonos!
Poco se sabe de los 2400 metros cuadrados de regocijo y religiosidad para América Latina; de los planos de 1927, y de la primera piedra puesta en febrero de 1928 por el padre Tiberio.
Vuelvo a encontrarme, al dar algunas vueltas, con el viejito que ahora lleva el saco en el hombro y me dice que se llama "Genaro, para servirle ". Sólo carga velitas amarillas y azules, evitando a toda costa, el rojo de los malos recuerdos, porque la política esto y los ateos aquello, decía caminando entre mendigos (custodios de las nocturnas puertas de madera y metal), acompañado de un perro aún más flaco.
Lo cierto es que en el 2003 la catedral necesitó de una inversión cercana a los 800 millones, mas no fue posible que los feligreses reunieran tanto dinero.
Don Genaro levanto su vista hacia los ciento seis metros de la puntiaguda construcción y cantó desafinado entre el humo del tabaco: "ojalá consigan / los cinco mil que aquí caben/ para tener por fin, la catedral pintada / de humanidad y antojos".
Porque en la Basílica cada día piensan menos; se van los feligreses y las casas recien construidas se le parecen tanto. hay que arreglar la casa primero por dentro, lo demás en obra negra.
De las respuestas recibidas me quedo con la inspirada de aquel viejito que camina lento saludando a los lustrabotas y ahuyentando las palomas con su bastón.
Hoy regreso a la misma gris construcción, soy recibido por unas cuantas, de los cientos de palomas que habitan allí. Relojes grandes y altos dan vueltas de casi un siglo, camino hacia la parte trasera de la iglesia, los billetes de loteria permanecen en la rejas como esperando un ganador. Jaime es un “mendigo” bien informado, le faltan ambas piernas pero se basta con sus manos impulsoras. Tiene la energía de un caballo. Mira todo el tiempo directo a los ojos y sonríe bajo su gran nariz redondeada.
¿Sabe Ud. cómo van los arreglos del templo?,pregunto.
Pues van muy bien muchacho, y vuelve a sonreír.
¿Qué es lo que están construyendo?
Haber. Primero arreglaron los cimientos y las partes tarjadas fueron resanadas; le instalaron un sistema antitemblores y, haber qué más le digo Muchacho, habren a las dos de la tarde¿ Quiere entrar?.
Gracias, hasta pronto. Voy a la entrada principal, ahuyento las palomas, un aviso pegado en la pared dice que no lo haga.
Observo los santos de PITTAZZAC y el pedazo de la historia forjado en la puerta principal, repujadas montañas, el templo en medio; de pronto estoy al lado de José Abelardo, uno de los lustrabotas, señor de mirada limpia y roja, usa un pantaloncito corto, hablamos del arreglo de la estructura mientras me invita a degustar del resplandor negro en mis pálidos zapatos, motivo para tomar asiento. Cuerpo incansable, corazón de hierro, manos sutiles al moverse, toscas al mostrarse; me informó que abrirán a las dos y la cripta a las cuatro de la tarde.
Lo cierto es que las remodelaciones, los muros laterales y el polvo serán levantados, con el ánimo de tener mayor seguridad y por muchos más años Catedral, que bien o mal se encuentra en el corazón de la ciudad y vigila los que caen muy bajo, los que vuelan muy alto.
[arriba] |