Aunque originalmente se pensó que podrían ser restos de la explosión de un planeta, hoy suele aceptarse que son materia que nunca pudo consolidarse (debido al efecto gravitacional de Júpiter) al formarse el Sistema Solar. Ninguno de estos cuerpos irregulares tiene suficiente masa para retener atmósfera. El descubrimiento de estos diminutos planetas data del 1 de Enero de 1801, cuando el astrónomo italiano Giuseppi Piazzi halló el primero y le puso el nombre de Ceres. Se han catalogado aproximadamente 3.500 asteroides, y cada año se descubren más. Sus órbitas generalmente son muy elípticas, con un extremo más cerca del Sol que el otro. El asteroide más grande, Ceres, tiene aproximadamente 1.000 kilómetros de diámetro. Los que siguen a Ceres en tamaño son Palas, con aproximadamente 534 kilómetros, y Vesta, de aproximadamente 386 kilómetros. Eros, descubierto en 1898, pasa a 22,5 millones de kilómetros de la Tierra. En 1937 el asteroide Hermes pasó a 780.500 kilómetros de la Tierra; desde entonces, este asteroide se ha perdido. La primera nave espacial que se acercó y fotografió a un asteroide fue la sonda espacial Galileo, que voló muy cerca del asteroide Gaspra en 1991. Hasta entonces los científicos sólo habían podido estudiar los asteroides a través de telescopios terrestres. Hace 65 millones de años: Extinción de los dinosaurios Los dinosaurios, los reptiles (aunque actualmente se cree que eran de sangre caliente) más grandes que hayan habitado la Tierra, fueron los animales terrestres dominantes durante un período que va desde hace aproximadamente 225 millones de años hasta hace 65 millones de años, un lapso de tiempo mucho más largo de lo que los humanos hemos estado en la Tierra. Nunca se ha explicado de manera satisfactoria la súbita desaparición de estas criaturas. Una teoría atribuye la desaparición a dramáticos cambios en el clima. Pero muchos científicos creen que un asteroide chocó con la Tierra, generando tanto polvo en la atmósfera que se bloqueó el paso de la luz solar por un largo período de tiempo. Esta ruptura del equilibrio en el ambiente podría haber perturbado la cadena alimenticia por la reducción o suspensión temporal en el crecimiento de las plantas. En 1991 se obtuvo más apoyo para la teoría cuando los científicos enfocaron su atención en dos grandes y antiguos cráteres en la superficie de la Tierra: uno en Siberia del norte (Círculo Ártico), con un diámetro de aproximadamente 95 kilómetros, y el otro en la Península de Yucatán (Centroamérica), que se cree que tiene un diámetro aproximado de 160 kilómetros. Cráteres de este tamaño podrían haber sido hechos por asteroides que viajaban a varios miles de kilómetros por hora. La determinación de la edad del cráter de Siberia indica cerca de 66 millones de años, que corresponderían aproximadamente a la extinción de los dinosaurios. |