Por: Romina Llubaroff
Introducción
Mago pertenece a la serie World of Darkness, de la editorial White Wolf. Es uno de los siete juegos de rol de dicha empresa. Los otros juegos de la serie son: Vampiro: La Mascarada, Hombre Lobo: El Apocalipsis, Changeling: El Ensueño, Wraith: El Olvido, Hunter: The Reconning y uno futurista, fuera de la serie, llamado Aeon Trinity.
Primero, describamos al World of Darkness (WoD, en castellano "Mundo de la oscuridad"). Básicamente, el WoD es un universo equivalente al nuestro, pero en el cual existe lo sobrenatural. Este hecho hace al mundo aún más tenebroso y desesperado que el nuestro. En el WoD hay aún menos esperanzas, menos gente compasiva, menos Greenpeace y más fundaciones "de beneficiencia" que usan lo recaudado para conseguir yates privados para los fundadores.
En este mundo, se ambienta Mago, donde los personajes jugadores son precisamente hacedores de magia. Pero antes de proseguir entendamos qué es la magia para el universo del WoD.
Los trucos de David Copperfield y los conejos que aparecen de las galeras no pueden definirse como magia para el juego, sino como ilusionismo. Magia es el poder de alterar la Realidad. En Mago, un personaje puede hacer aparecer de una galera un conejo que antes no existía. Así de simple. Virtualmente, no existen límites para las cosas que puede hacer un mago suficientemente poderoso. Algunos ejemplos: enderezar la torre de Pisa sólo con el pensamiento, aumentar la gravedad de un lugar a quinientas veces la terrestre, teletransportarse, viajar al futuro, desintegrar literalmente a una persona con la mirada, volar, cambiar de edad a voluntad... En fin, las posibilidades son infinitas.
¿Por qué puede un mago hacer todo esto? La explicación es sencilla y complicada a la vez: ellos pueden cambiar la Realidad porque creen que no existe. Antes de preguntar ¿quéeeee? permitanme aclarar un poco. Para los magos, la Realidad consiste básicamente de dos cosas: unos ladrillos fundamentales que ellos llaman Quintaesencia, y mentes que le dan forma a esos ladrillos. La Quintaesencia está en todas partes, y todo está hecho de la misma. Nuestros cuerpos, el aire que respiramos, el piso donde estamos apoyados, el agua que bebemos, las estrellas que vemos por la noche, en definitiva todo. Existen dos tipos de Quintaesencia: la que está "presa", formando la materia que conocemos, y la que fluye libre. De ésta última se nutren los magos para hacer magia.
El segundo factor es las mentes o entidades que le dan forma a esta Quintaesencia. En este punto podría comenzar a hablar de la cosmología de Mago, pero como es bastante complicada digamos por ahora que lo que le da forma a la realidad es el consenso. Muchas mentes juntas, humanas o no, pensando de la misma manera, forman lo que se conoce como realidad. ¿A qué se debe? Bien, los magos pueden tomar la Quintaesencia, transformarla, adaptarla a sus deseos. Pero cada criatura que existe puede, en menor grado, hacer lo mismo. Tan sólo requiere voluntad y convicción. Como los seres humanos son las criaturas de este Reino (¡paciencia, ya hablaremos de los demás Reinos!) con mayor poder de voluntad, por lo que sabemos, entonces ellos forman la Realidad. Lo hacen sencillamente creyendo que la realidad es como es. Si todas las personas del mundo se convencieran internamente, de corazón, de que es posible volar, mañana las compañias aéreas se fundirían por falta de pasajeros.
Más de uno a esta altura se estará preguntando: "Entonces si yo me convenzo de que me van a crecer alitas, ¿me crecen?". La respuesta es no, por dos razones. Primero, hay 5.000 millones de personas en el mundo que creen en lo contrario. Segundo, nadie en su sano juicio creería realmente, desde lo profundo de su corazón, que tal cosa va a pasar. Si la persona de la que hablamos no está en su sano juicio, ver primera razón. Es decir, es la acumulación de gente que piensa de una determinada manera es lo que forja a la realidad, lo que moldea los ladrillos de esa energía llamada Quintaesencia en el mundo del cual formamos parte.
Un mago es una persona que no sólo se convence internamente de puede convertirse en un ser alado, sino que ve cómo hacerlo. Es decir, se aparta de la realidad, hasta que logra comenzar a verla desde afuera. En ese punto, el mago entiende que no hay una sola realidad, sino tantas realidades como personas existan. La gente común, los durmientes, como ellos los llaman, deciden amoldar sus diversas realidades a las de los demás, pero los magos tienen la suya. Por supuesto, en muchos puntos las realidades de los magos y la de los durmientes coinciden, pero en muchos otros divergen. Si no fuera así, el mago no podría hacer magia. Desde esta interpretación, no existe tal cosa como la magia para ellos. Sencillamente, ellos viven en su realidad, que no coincide con la que otros aceptan.
En verdad, esto no es tan así. Los magos se dan cuenta de que existen otras realidades, que ellos llaman paradigmas, y de que existe un paradigma único para los durmientes. Ir contra el mismo conlleva luchar contra la corriente, por lo que decíamos antes de que hay muchas mentes convencidas de hay cosas imposibles. En esa lucha, ellos fuerzan su voluntad para creer en su propio paradigma, y allí es cuando hacen magia. Algunos magos no reconocen lo que están haciendo como algo sobrenatural, otros sí.
No hay dos magos con un mismo paradigma. Si bien ellos tienen por costumbre enseñar a otros a ver la Realidad como ellos la ven, no hay un alumno que piense igual que su maestro. Aquí cabe aclarar que la Realidad con mayúsculas indica la suma de todas las realidades posibles, es decir, se trata de un ente infinito compuesto por cada paradigma que alguna vez pueda ser imaginado, y que permite todo puesto que abarca todas las combinaciones.
Si bien ser mago tiene sus ventajas obvias, como la de poder vivir aparte de la realidad y por ende conseguir cualquier cosa que se desee, dado que uno haya logrado adquirir el poder sufuciente, también tiene sus desventajas. No voy a enumeraras todas en esta sección, pero a esta altura habrá quedado claro que hacer magia no es tarea fácil. Es necesario luchar contra el paradigma único, la realidad consensuada, y no siempre se sale victorioso de esta lucha. Cuando no se consigue, es decir, cuando el mago no logra imponer su paradigma personal sobre la realidad consensuada, el efecto mágico no se produce, y se genera lo que se denomina Paradoja. La paradoja aparece porque, cuando el mago intenta imponer su realidad, muchas otras mentes menos poderosas están en cierto modo haciendo una magia contraria, si bien es inconciente. Como antes; la acumulación de muchas mentes de poder pequeño convencidas de un mismo paradigma pueden anular el predominio del paradigma de una mente poderosa. El tema de la paradoja se tratará con más detalle en una sección posterior.
¿Qué tiene que hacer entonces el mago, renunciar a la magia? No, de ninguna manera. Puede disfrazar su magia para que encaje en el paradigma consensuado. Es decir, puede hacer magia, introducir elementos nuevos, pero haciendo pasar su magia por una coincidencia perfectamente comprensible en el mundo de los durmientes. Volviendo al ejemplo del conejo en la galera: el mago puede crear un conejo dentro de la misma, pero como nadie lo vio hacerlo, la gente puede pensar que el conejo ya existía y que el mago es un hábil ilusionista. De este modo, el mago está alterando la realidad sin desafiarla abiertamente, sin violar sus reglas. Ha creado una "coincidencia", que de ningún modo es tal cosa: es magia, pura y llana, pero para el espectador no lo parece.
Claro que no necesariamente el mago tiene que disfrazar su magia como coincidencia (más adelante se explicará mejor la magia "coincidental"). Puede sencillamente hacer aparecer el conejo de la nada a la vista de todos. ¡Puf! Pero en tal caso, sí está jugando contra las reglas de la realidad consensuada, y ésta intentará impedírselo con mucha más vehemencia. Cuando se quiebran las leyes naturales con magia, ésta se llama magia vulgar, y puede conducir a consecuencias entre las cuales la muerte es la alternativa menos peligrosa. Haciendo magia coincidental, el mago se protege en parte contra uno de los tantos peligros que lo acechan, que es la paradoja.
Pero este riesgo no es el único que enfrenta el mago. De hecho, el peor su peor enemigo podría ser él mismo. En las secciones siguientes, se verá que la vida de un mago es bastante complicada. Además, hay una sección dedicada al sistema de juego y armado de personaje, y una referencia para saber, dentro de lo que está disponible, que libros conseguir, y que películas ver para entender un poco más este asunto de la magia.
El despertar
Ser un mago puede resultar bastante interesante. Ahora bien, ¿cómo se consigue un mago? ¿Los venden en botellas, los fabrica la marca ACME, nacen dotados? No, ninguna de estas cosas. Cualquier ser humano tiene potencial para ser un mago, siempre que cumpla ciertos requisitos.
Ah, conque esas tenemos, no era tan fácil. Bueno, no: imaginen que un buen dia ustedes se dan cuenta de que todo lo que estuvieron viviendo hasta ahora no era más que una interpretación posible de una realidad que no es fija. Sus recuerdos de la infancia, sus seres queridos, sus cosas más preciadas no son más que aglomeraciones de Quintaesencia que no sólo pueden desaparecer, sino que probablemente ni siquiera existen. Es como para enloquecer, ¿no? Aquellos que respondan "No, no es para enloquecer" probablemente tengan el potencial de ser magos. Pero la mayoría de la gente, la persona promedio, seguramente perdería todo dominio de su razón con sólo la mitad de eso.
Ser mago requiere, antes que nada, voluntad. Pues, ¿cómo adaptar el paradigma dominante al propio si no se tiene la fuerza de voluntad para llevarlo a cabo contra viento y marea? Lo segundo que requiere, por supuesto, es un paradigma. Pero aquí ha llegado el momento de definir con precisión qué es un paradigma.
Recuerdo una experiencia que tuve como directora de juego, en la cual un jugador insistía en que su paradigma era divertirse todo el día, y no hacer nada más de su vida. ¿Puede considerarse como un paradigma? No, porque no tiene un objetivo. Así que ya tenemos el primer requisito que cumple un paradigma. Pero aparte debe ser claro, y el mago tiene que creer ciegamente en él. Esto no quiere decir que vaya por la calle gritando "¡Yo creo que las vacas vuelan!". Quiere decir que el mago tiene un estilo de vida, una filosofía si se quiere, bajo la cual vive y se comporta. El mago está tan convencido de que su doctrina es cierta, que cada cosa que hace la hace bajo la misma.
Los magos viven una vida mística. No importa cómo haya sido su vida como durmientes; si llegan a ser magos, es porque adquieren una visión de la realidad única y especial, que acaba por forjar su paradigma personal. El momento en el cual un durmiente descubre que la realidad es subjetiva, y que por ende se puede hacer magia, se llama el Despertar.
El despertar de todo mago es siempre una experiencia traumática. Significa la ruptura con todo lo que conoció hasta el momento, con los eventos cotidianos y la seguridad que le deparaban. Existen muchos tipos de despertares, de hecho tantos como magos, pero siempre es un evento que modifica de raíz la vida de esa persona.
Las causas que pueden producir un despertar son diversas. En general, otro mago induce el despertar en una persona propicia. Para ello, desde luego, usa magia. Puede hacerlo de maneras distintas, por ejemplo, realizando frente a la otra persona un efecto de magia vulgar (tarea peligrosa si las hay) para mostrar que la realidad no es absoluta, o puede inducir en trance a su futuro discípulo para que se conecte con su realidad interna, o inclusive puede llevar a su alumno a un viaje por alguno de los reinos espirituales conectados con el nuestro (paciencia, ya llegaremos a esa parte).
Según la teoría más firme de los magos, todos los seres vivos poseen algo que se llama Avatar. Para ellos, el avatar es un fragmento de seres iluminados que existieron en el principio de los tiempos. Estos seres, llamados los Puros, tenían todo el conocimiento que pueda existir, y manejaban la magia a niveles incomprensibles aún para un mago poderoso. Eran algo así como grandes almas omniscientes y omnipotentes. Sin embargo, un buen día decidieron fragmentarse, quizás porque se aburrieron de saberlo todo, o porque quisieron reiniciar el ciclo. Cada fragmento de los Puros, o avatar, retuvo sólo un poco de su sabiduría.
Los avatares se alojaron en las criaturas vivientes que fueron encontrando a lo largo de los tiempos. Se dice que son inmortales, y que cuando su recipiente muere, pueden albergarse en otro ser. Sin embargo, cuando es alojado en cualquier ser, el avatar se encuentra en un estado de letargo. Es durante el despertar que el avatar toma conciencia de si mismo, recuerda pedazos de lo que fue su existencia como parte de un Puro, y entonces le permite al humano que habita hacer magia.
Todos las personas tienen dos partes: su alma humana y su avatar. El durmiente no los distingue, puesto que el avatar se encuentra dormido y por lo tanto no genera conflicto de intereses con el alma. Pero para el mago, las cosas son distintas. Cada avatar tiene su objetivo,y cuando despierta los recuerda. Al fin y al cabo, los avatares tienen conciencia, que sólo se manifiesta a partir del despertar.
Algunos avatares pueden ser muy exigentes, y pueden tener personalidades opuestas a la del alma del mago. Son raros los casos en los cuales el avatar y el alma van de la mano.
Los avatares tienen forma y pueden manifestarse frente al mago que los posee. Es el único que los ve, salvo en el caso de avatares muy poderosos. El avatar puede juntar poder de reencarnación en reencarnación, si estuvo despierto. Por supuesto, cuando el humano en el que estuvieron muere, y tienen que tomar un nuevo cuerpo, vuelven a caer en estado de letargo. El nuevo humano debe volver a despertar, aunque posea un avatar que ya estuvo despierto en otra encarnación. Lógicamente, entre más veces haya despertado un avatar, menos le costará volver a hacerlo, por eso los humanos con avatar poderoso tienen más chances de despertar.
Hay personas a las cuales su avatar las empuja a despertar. Esto significa que el avatar es ya tan poderoso, que en realidad no está del todo dormido, sino semiconciente. De estas personas, se dice que despiertan solas.
Algunos eventos pueden desatar un despertar. Por ejemplo, una persona que se vea obligada a presenciar la transformación de alguien en un hombre-lobo, puede reaccionar con extremo pavor y luego negarse inconcientemente lo que vio (con ello, lo olvida) o puede despertar para adecuar su paradigma a lo que está viendo ocurrir ante sus ojos. Así puede pasar ante la observación de cualquier hecho sobrenatural.
Otros despertares son inexplicables, pues la persona de pronto comienza a hacer magia sin que tenga un avatar realmente poderoso o haya presenciado un hecho que le haya obligado a replantearse la realidad. Quizás la explicación haya que buscarla en el alma, y en un inconformismo con el paradigma establecido que finalmente acaba por develar la Realidad.
Existen diversos grados de conocimiento de la Realidad. A medida que un mago se hace más poderoso, comprende mejor la Realidad, y en consecuencia puede hacer magia más potente. Sin embargo, es posible que durante el despertar se llegue a un conocimiento bastante elevado, debido al trauma. Eso depende bastante de la forma en que ocurra el despertar y de la fuerza del avatar de la persona. Se dice que en algunos casos, se produce un despertar tan violento, que el nuevo mago puede realizar en ese momento efectos mucho más potentes de los que podrá hacer tan sólo unas horas después.
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