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EL KYBALIÓN

"PRINCIPIO DE POLARIDAD"


"Todo es dual; todo tiene polos; todo tiene su par de opuestos; semejante y desemejante son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado: los extremos se encuentran; todas las verdades no son sino medias verdades; todas las paradojas pueden ser reconciliadas".
(El Kybalión)


"Este principio explica las viejas paradojas, que han dejado perplejos a tantísimos, que han sido establecidas como sigue. "Tesis y antítesis son idénticas en naturaleza, pero diferentes en grado"; "los opuestos son lo mismo, difiriendo sólo en grado"; "los pares de opuestos pueden ser reconciliados"; "los extremos se encuentran"; "todo es y no es al mismo tiempo"; "todas las verdades no son sino medias verdades"; "toda verdad es medio falsa; "hay dos lados para todo".

Explica que en todo hay dos polos, o aspectos opuestos, que los "opuestos" son realmente sólo los dos extremos de la misma cosa, con muchos grados variables entre ellos. Para ilustrar esto: calor y frío, aunque "opuestos", son realmente la misma cosa, consistiendo la diferencia meramente de grados de la misma cosas. Si miramos nuestro termómetro, cómo podemos saber dónde termina el "calor" y comienza el frío. No hay tal cosa como el "calor absoluto" o el "frió absoluto". El mismo principio se manifiesta en el caso de luz y oscuridad, duro y blando, alto y bajo, etc.

El mismo principio opera en el plano mental. Tomemos un ejemplo radical y extremo: el de "amor y odio", dos estados mentales totalmente diferentes aparentemente. Pero lo más importante de esto es que podemos cambiar las vibraciones de odio a las vibraciones de amor en la propia mente de uno y en las mentes de otros.

En breve, el arte de la polarización se convierte en una fase de la "Alquimia Mental" conocida y practicada por los maestros herméticos antiguos y modernos. Un entendimiento del principio le capacitará a uno para cambiar su propia polaridad, así como la de otros". (EL Kybalión)

Todo existe en pares complementarios

Al frío se opone el calor, al arriba el abajo, a la luz la oscuridad, al bien, el mal. Pero ambos se necesitan mutuamente; si no existiera la sombra, la luz nos sería irreconocible como tal. Si no existiera el Mal, no habría nada meritorio en hacer el Bien. Si alguna vez no fuéramos infelices, ¿cómo sabríamos cuándo somos felices?. Es lo que expresa el símbolo del "pakua" chino, quizás más, y erróneamente, conocido con el nombre de "yin y yang", ese círculo dividido por una sinusoide, blanco de un lado y negro del otro y con sendos pequeños círculos de iguales colores pero invertidos en cada mitad. Fíjense ustedes, asimismo, el profundo conocimiento psicológico encerrado en esa figura.

Según observara el gran psicólogo suizo Carl Gustav Jung, todo ser humano masculino, para realizarse y ser completo como tal, debe tener algunas leves características de las que habitualmente se atribuyen a la feminidad en su personalidad: ternura, compasión, etc., que conforman lo que Jung denominó el "ánima" del varón. Y lo contrario caracteriza a la mujer realizada, que a través de su "ánimus" expresa coraje, agresividad, etc. Un hombre o una mujer sólo dominados por lo inherente a su sexo serían algo así como extremistas psicóticos, él un "duro" a lo Bogart sobreactuando y ella una pasiva histérica. Es decir, lo "yang" masculino necesita algo de "yin" femenino para ser perfecto y viceversa. Entonces, polaridades opuestas, pero complementarias.

El uni-verso en que vivimos es una armonía de espíritus, una sinfonía etérea donde cada nota por sí sola parece carecer de valor, pero todas se necesitan -ensambladas entre sí mediante alguna Inteligencia- para que resuene la música.
Jaime Londoño

Todo es dual, todo tiene dos polos

Este cuarto principio encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas tienen dos aspectos, son un par de opuestos con innumerables grados entre ambos extremos. Aquellas antiguas y eternas paradojas que han confundido las mentes como: "Todo es y no es, al mismo tiempo", "La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza", y "Los extremos se tocan", quedan explicadas si se medita este principio.

La Ley de Polaridad explica que lo que existe entre cosas diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados, y afirma que todo par de opuestos puede reconciliarse mediante la aplicación de esta Ley. Vamos a examinar este principio vinculado especialmente con el plano mental.

Todo es cuestión de relación y grados. Todo se reduce a vibraciones. Esto lo podemos ver por ejemplo en un termómetro, en el cual no podemos encontrar ningún sitio determinado en donde termine el calor y comience el frío. Igualmente sucede con el Este y el Oeste. Si viajamos alrededor del mundo en dirección Oriente, llegamos a un punto que se llama Occidente. Marchamos lo suficiente para el Norte, y pronto nos encontramos viajando hacia el Sur.

El mismo principio se manifiesta en todos los pares de opuestos y de idéntica manera en el Plano Mental. El amor y el odio son considerados como diametralmente opuestos e irreconciliables; pero si aplicamos el principio de polaridad encontramos que no existe ni un amor absoluto ni un odio absoluto diferentes uno de otro: los dos no son sino términos aplicados a los dos polos de una misma cosa. Hay muchos grados de amor y de odio, y existe también un punto medio donde le agrado y desagrado se mezclan en tal forma, que es imposible distinguirlos.

Los pares de opuestos existen en todo. Donde encontramos una cosa encontramos también su opuesto. Esto es lo que permite transmutar un estado mental en otro, siguiendo las líneas de polaridad. Las cosas diferentes no pueden transmutarse unas a otras, pero sí las de igual clase. Por ejemplo, el amor no puede transmutarse en Este u Oeste, pero sí puede tornarse en odio, e igualmente (y esto es lo que más nos interesa).

EL ODIO, CAMBIANDO SU POLARIDAD PUEDE TORNARSE EN AMOR. EL MIEDO PUEDE TRANSMUTARSE EN VALOR Y EL PESIMISMO EN OPTIMISMO.
"El maravilloso número 7"

Seamos la Sal de la Tierra

Una vez entendido el Principio de Polaridad se ve inmediatamente que los cambios mentales que deseamos ver en nuestros enemigos, amigos, hijos, etc., son posibles aplicando la Ley. Es como producir un deslizamiento a lo largo de una escala. No se trata de transmutar una cosa en otra completamente diferente sino de reducirla a un simple cambio de grado de la misma cosa.

La práctica de este principio nos permite comprender mejor nuestros propios estados mentales, así como los de los demás, y nos cerciora de que esos estados son puramente cuestión de grados, pudiendo elevar las vibraciones interiores a voluntad, cambiando la polaridad y haciéndonos dueños de esos grados en lugar de sus esclavos.

Esta ley nos permite ayudar a otros inteligentemente, polarizando situaciones, ambientes, etc. Las frecuencias vibratorias de un metafísico entrenado, a menudo logran transformar un ambiente en que él penetra, simplemente con su presencia. Solo con la vista de sus ojos, de su sonrisa, de su paz y su alegría polariza los estados mentales. Con unas cuantas palabras positivas transmuta conceptos ajenos negativos imperantes en el ambiente, porque cambia el humor de los presentes, se llenan de esperanza donde antes estaban desesperantes. El grado de realización que tenga el aspirante, el practicante, cura completamente o mejora las condiciones. Todo depende de la fuerza de su propia fe y conocimiento. Nosotros sin ser metafísicos podemos hacer lo mismo...

El metafísico sabe que la enfermedad es una apariencia producida por una forma mental, creación del individuo. Es ignorancia y credulidad. Sabe que la Verdad eterna es Vida. Sabe que se está manifestando una enfermedad porque aquella persona está creyendo en la realidad de la forma mental que él ha creado. Creamos lo que creemos.

De acuerdo con el principio que estamos estudiando, sabemos que es posible POLARIZAR, transmutar la creación propia, deslizando la mente hacia arriba, por la línea del positivo, pensando en salud y vida.

CONTRA LO QUE TU ESCOJAS NO PUEDE NADIE SINO TU MISMO. SI PREFIERES SITUARTE EN EL POLO NEGATIVO TENDRÁS TODO LO QUE A ÉL PERTENECE. SI PREFIERES EL POLO POSITIVO TENDRÁS TODO LO QUE A ÉL PERTENECE.

Al polo positivo pertenece la sonrisa, al negativo pertenece el ceño fruncido. Si quieres cambiar de polo en plena manifestación negativa, sonríe, declara el Bien presente en la manifestación, bendícelo y agrega: "y lo quiero ver". Eso es todo. Verás transmutarse lo negro en blanco, lo triste en alegre, el mal en bien. Para dominar el arte de polarizar hay que practicarlo de a poco. Primero en uno mismo y luego en los demás.

PRUEBALO. PRACTICALO... POLARIZA TODAS LAS SITUACIONES QUE SE TE PRESENTEN, TODOS LOS AMBIENTES DONDE PENETRES, TODOS LOS SERES QUE HABLAN CONTIGO Y LOS OIRAS EXCLAMAR: "¡PERO QUE BIEN ME SIENTO!".

Polariza todo lo que puedas y a todos los que puedas y así serás lo que llamó Jesús: "La Sal de la Tierra".
"El maravilloso número 7".

AXIOMAS HERMÉTICOS I

"Para cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad vuestra vibración". (El Kybalión)

Uno puede cambiar sus vibraciones mentales, mediante el esfuerzo de la voluntad, fijando la atención deliberadamente sobre el estado deseado. La voluntad es la que dirige la atención, y ésta es la que cambia la vibración. Cultívese el arte de estar atento, por medio de la voluntad, y se habrá resuelto el problema de dominar las propias modalidades y estados de la mente.

"Para destruir un grado de vibración no deseado, póngase en operación el principio de polaridad y concéntrese la atención en el polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se mata cambiando su polaridad".
(El Kybalión)

No hay que perder el tiempo tratando de arrojar afuera la oscuridad, sino que es muchísimo mejor abrir las ventanas y dejar entrar la luz, y la oscuridad desaparecerá por sí sola. Para matar una cualidad negativa es necesario concentrarse sobre el polo positivo de esa misma cualidad, y las vibraciones cambiarán gradualmente de negativas a positivas, hasta que finalmente se polarizará en polo positivo, en vez de estarlo en el negativo. La inversa también es verdad, porque muchos han encontrado el DOLOR por haberse permitido vibrar demasiado constantemente en el polo negativo de las cosas.

"La mente, así como los metales y los elementos, pueden transmutarse de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración".
(El Kybalión)

Dominar la polaridad significa dominar los principios de transmutación o alquimia mental; porque; salvo que se adquiriera el arte de cambiar la propia polaridad, no se podrá afectar el ambiente que nos rodea. El principio es verdad, pero los resultados que se obtienen dependen de la persistente paciencia y práctica del estudiante.

(Los comentarios de los Axiomas son de Jaime Londoño)

AXIOMAS HERMÉTICOS II

"El Ritmo puede neutralizarse mediante el Arte de la Polarización".
(El Kybalión)

El hermético avanzado se polariza en el polo positivo de su ser, el YO SOY, más bien que en el polo de la personalidad, y, rehusando y negando la operación del Ritmo (al movimiento oscilante que nos arrastra de extremo a otro de la sucesión de modalidades, emociones, sentimientos y otros estados mentales), se eleva sobre su plano de conciencia, permaneciendo firme en su afirmación del ser, y la oscilación pasa en el plano inferior, sin cambiar para nada su propia polaridad. El principio del ritmo no se puede destruir, opor es indestructible. Sólo es posible sobreponerse a una Ley equilibrándola con otra. Las leyes del equilibrio operan tanto en el mental como en el físico, y la compensación de esas leyes le permiten a uno sobreponerse a ellas, contrabalanceándolas.

"Nada escapa al principio de causa y efecto, pero hay muchos planos de Causación y uno puede emplear las leyes del plano superior para dominar a las del inferior".
(El Kybalión)

Las masas se dejan arrastrar, obedeciendo al ambiente que las rodea, a las voluntades y deseos de algunos hombres más fuertes que ellas, a los efectos de las tendencias heredadas o a las sugestiones u otras causas exteriores, no siendo más que fichas en el tablero de ajedrez de la vida. Elevándose sobre esas causas, el hermético avanzado busca un plano de acción mental superior, y dominando sus propias cualidades, se crean un nuevo carácter, cualidades y poderes, mediante los cuales se sobreponen a su ambiente ordinario, haciéndose así directores en vez de dirigidos.

"El sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a las leyes que están por encima de él, pero en su propio plano y en las que están por debajo de el rige y ordena. Sin embargo, al hacerlo, forma parte del principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la Ley, y comprendiendo sus movimientos, opera en ella en vez de ser su ciego esclavo. Aquel que esto comprenda va en el buen camino que conduce al Adepto".
(El Kybalión)

"La verdadera transmutación hermética es un arte mental".
(El Kybalión)

Este axioma hermético indica que el ambiente externo se influencia mediante el poder de la mente.

"El Universo, que es totalmente mental, sólo puede ser dominado mediante la mentalidad."
(El Kybalión)

(Los comentarios de los Axiomas son de Jaime Londoño)


LEY DE SINCRONICIDAD.

Todo existe en pares, dijimos. Y cada evento, sea material, psíquico, espiritual, tiene su contrapartida. Es el caso de las partículas elementales, según apunta la física cuántica, que una vez estuvieron en contacto y a partir de lo cual mantienen una extraña "ligazón" por sobre el tiempo y el espacio. Jung llamó a esto "sincronicidad" y el físico Wolfang Pauli las llamó "coincidencias significativas". Un acto telepático sería entonces una sincronicidad eventual simbólica entre dos o más psiquis. Un evento telekinético, por su parte, es un ente psicoide entre la imagen mental de un movimiento y el fenómeno mecánico que se efectiviza en un marco material. Los antiguos filósofos medioevales decían que no cae una aguja en el mundo de los hombres sin que tiemble una estrella, y los sacerdotes aztecas hablaban de que cada hombre tiene su "náhual", una contraparte animal o vegetal, de manera tal que lo que le pase a uno le sucederá al otro. Muere un animal en el bosque y un hombre rueda víctima de un síncope. Se descompone una mujer, y un árbol cae vencido a los pies del leñador.

Los propios sucesos que acompañaron la muerte de Jung son quizás la manifestación poéticamente más contundente de la propia Naturaleza para demostrar a los hombres la realidad inapelable de esta ley.
En los años postreros de su vida, el genial psicólogo se había retirado a su mansión solariega de Klüsnacht, donde de joven había plantado un roble a cuya atención dedicara tiempo preferencial. Bajo ese árbol se retiraba a meditar, fumando su pipa, o a repasar originales de sus últimas obras. Era, a todas luces, el "roble de Carl". Ahora bien, en el preciso momento en que este gran hombre fallece de un ataque cardíaco, el 15 de junio de 1961 a las tres de la tarde, un rayo se desprende del tormentoso cielo suizo e impacta en el roble de Jung, matándolo. El rayo podría haber caído a cien kilómetros de distancia o en cualquier otro árbol, media hora antes o dos días después. Pero tuvo que ser en ese árbol en ese momento como para señalar con este acto teatral que, después de todo, Jung tenía razón y su enunciación de la Ley de Sincronicidad era un hecho. Jaime Londoño

MAS SOBRE POLARIDAD...

Si lo miramos desde otro punto de vista podemos inferir también que toda realización cuesta esfuerzo y genera una fuerza de oposición, pudiendo medirse el valor e importancia de lo que se hace por el grado de dificultad antes, durante o después. Por ello, no debemos amilanarnos cuando las cosas se nos complican pareciendo no tener solución, por cuanto todo lo que realmente vale, exige una máxima dedicación y suele ser un camino lleno de escollos, que va probando palmo a palmo nuestra voluntad y convicción.

El mundo ideal no existe, por lo tanto hay que crearlo todos los días y en todo lugar con la conciencia despierta y actitudes positivas que influyan sobre el ambiente y las demás personas.
Sixto Paz


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