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EL KYBALIÓN

"PRINCIPIO DEL RITMO"


"Todo fluye y refluye; todo tiene períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como el péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación".
(El Kybalión)


"Este principio incorpora la verdad de que en todo hay manifestada una moción medida, a un lado y otro; un flujo y un reflujo; un vaivén hacia atrás y hacia delante; una mengua y una crecida como una marea; una pleamar y una bajamar; entre los dos polos que existen de acuerdo con el principio de polaridad descrito anteriormente. Hay siempre una acción y una reacción; un avance y un retroceso; una elevación y un hundimiento. Esto es así en los asuntos del universo, soles, mundos, hombres, animales, mente, energía y materia. Esta ley está manifiesta en la creación y destrucción de mundos; en la elevación y caída de naciones; en la vida de todas las cosas; y finalmente en los estados mentales del hombre. Los hermetistas aplican la ley mental de neutralización. No pueden anular el principio, o hacerle cesar su operación, pero han aprendido cómo escapar a sus efectos sobre ellos mismos hasta un cierto grado. Han aprendido cómo USARLO, EN VEZ DE SER USADOS POR EL. El maestro de las enseñanzas herméticas se polariza en el punto en el que desea reposar, y neutraliza entonces la oscilación rítmica del péndulo que tendería a conducirle al otro polo. Todos los individuos que han alcanzado cualquier grado de auto-maestría hacen esto hasta un cierto grado, más o menos inconscientemente, pero el maestro hace esto conscientemente, y por el uso de su voluntad, y alcanza un grado de aplomo y firmeza mental casi imposible de creer por parte de las masas que son balanceadas hacia atrás y hacia delante como un péndulo".
El Kybalión

El ritmo es compensación

En el Plano Espiritual, por ejemplo, siempre hay una emanación seguida de una absorción. Nosotros emanados de Dios nacemos (descendemos a conciencia material) y luego morimos (somos absorbidos a conciencia espiritual). Este es nuestro Gran Ritmo. Es una evolución rítmica ASCENDENTE, en nuestro nacer y morir. Es la Exhalación y la Inhalación de Brahmán, según dicen los Hindúes (Mambántara y Pralaya).

Los universos se crean, alcanzan el punto más bajo de materialidad (como nosotros en este momento) y entonces comienza la oscilación de vuelta, acercándose hacia el grado más alto de espiritualidad (como nosotros en este momento, hacia allí vamos. Estamos "tocando fondo", para desde ahí agarrar impulso e iniciar nuestro camino de ascenso, una vez más. La evolución no es en línea recta sino cíclica, rítmica. Pero sí es ascendente. Aunque a veces no parezca, estamos evolucionando...).

"También lo vemos en todas las fases de la humana actividad. Las mareas de la vida fluyen y refluyen de acuerdo con la ley, y así vemos suceder nuestros estados de ánimo fluctuantes, nuestros sentimientos, nuestros estados mentales. Vemos que empezamos algo con gran entusiasmo que no sabemos cuándo ni por qué decae, y luego vuelve y así nos va manejando este Principio porque él, como toda ley, es inmutable. Siempre se cumple; pero al estudiarlo y conocerlo y saber que él siempre está en función, se aprende a usar igual que lo hacemos con el resto de las leyes. Lo que quiero decir es que estas leyes no son ni buenas ni malas. Simplemente garantizan el funcionamiento amónico del Universo y es nuestro conocimiento y uso de ellas lo que las hace buenas o malas para cada quien. Este principio, como los otros no se puede eludir, pero al conocerlo, nosotros dejamos de permitir que juegue con nosotros y nos lleve de allá para acá, logrando eludir sus efectos hasta cierto grado. Todo el que ha adquirido cierto grado de dominio sobre sí mismo ejecuta esto hasta cierto punto. Consciente o inconscientemente. Esta actitud es la que nos lleva al tan mentado EQUILIBRIO que todos deseamos alcanzar en nuestra vida. Equilibrio, estabilidad, firmeza mental, etc."
"El maravilloso número 7"

Nuestra capacidad de disfrutar...
...es la misma que nuestra capacidad de sufrir...


Este principio de movimiento es de aplicación universal. Puede ser aplicado a cualquier interrogante o fenómeno de cualquiera de las muchas fases y formas de la vida. La voluntad es superior a la manifestación consciente de este principio, aunque el principio mismo nunca pueda ser destruido. Podemos escapar a sus efectos, pero el principio opera, no obstante. El péndulo siempre oscila, aunque podamos escapar a ser arrastrados con él, en la medida en que seamos capaces de situarnos más allá del plano en el que el péndulo actúa, es decir, más allá del plano de nuestro ego...

Otro aspecto de este principio es la "compensación" es decir "contrarrestar", que es el sentido en el que los hermetistas usan el termino. Es a esta ley de compensación a la que se refiere El Kybalión cuando dice: "La medida de la oscilación hacia la derecha es la medida de la oscilación hacia la izquierda; el ritmo compensa".

Le ley de compensación es que la oscilación en una dirección determina la oscilación en la dirección opuesta o al polo opuesto. Sobre el plano físico vemos muchos ejemplos de esta ley. El péndulo del reloj oscila una cierta distancia hacia la derecha, y después una distancia igual hacia la izquierda. Las estaciones se equilibran una a la otra del mismo modo. Las mareas siguen las misma ley.

Los hermetistas van más lejos y enseñan que los estados mentales de un hombre están sujetos a la misma ley. El hombre que goza agudamente, está sujeto a agudo sufrimiento, mientras que aquel que no siente sino poco dolor no es capaz de sentir sino poco gozo. Hay temperamentos que no permiten sino bajos grados de regocijo, y grados de sufrimiento igualmente bajos; mientras que hay otros que permiten el más intenso regocijo, pero también el más intenso sufrimiento. La regla es que la capacidad para el dolor y el placer, en cada individuo, están equilibradas. La ley de compensación está en plena operación aquí.

También nos explica El Kybalión que antes de que uno sea capaz de gozar de un cierto grado de placer, debe haber oscilado igual de lejos, proporcionalmente, hacia el otro polo de sentimiento...
El Kybalión

¿Cuál es nuestro ritmo interno?

Este principio también permite entender que en el proceso de crecimiento todos habremos de pasar muchas veces de la luz a la oscuridad y viceversa. Se habrá de atravesar por períodos de cambio y de estancamiento. Y siempre uno precederá al otro, lo que nos hará estar permanentemente en guardia. El contraste de estados nos enseñará a valorar y a dominar los momentos internos cambiantes, pudiendo desarrollar cada vez un mayor equilibrio o capacidad como para modificar a voluntad la situación, o hacer más llevaderos los momentos difíciles. Al final cada uno debe llegar a conocer sus propios ritmos internos para dominarlos, llegando con ello a afectar las fluctuaciones del ambiente externo.
Sixto Paz


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