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Pinochet y los Periodistas: El Obligado Arbitraje, Explicado

Con motivo de la reanimación del caso Pinochet por la petición chilena de un acuerdo con España y eventual arbitraje a fin de determinar la jurisdicción, algunas personas me pidieron que les aclarara este asunto o les diera mi opinión.

Me resistí, debido a mi falta de tiempo para ocuparme de esto. Me fijé un umbral de veinte peticiones (muy bajo), que hace tiempo se sobrepasó, por lo que voy a tratar de este tema, pero no en un plan jurídico sino informativo. Y de paso, veremos lo que han hecho los periodistas españoles en este caso.

Algunos, izquierdistas, me llaman de todo (de todo lo malo) porque creen que estoy a favor de Pinochet. Si su cerrilidad y su dogmatismo les permitieran razonar, verían que mis páginas en mi sitio web http://www.oocities.org/CapitolHill/9700 y sucesivas están dedicadas a los jueces y a los fiscales, especialmente los prevaricadores, y no a los justiciables, sean Pinochet o cualquier otro.

Otros, me preguntan, como español, cómo ha influido la política española -y la británica- en este asunto. Tengo la impresión de que mucho: Si en España mandase todavía el "socialista" Felipe González, habría habido más probabilidades de que no se hubiese tramitado la petición de extradición de Pinochet por Garzón. Felipe González ha demostrado una visión política mucho más realista que la de sus sucesores (¿sucesores?), y los antipinochetistas difícilmente se hubieran atrevido a calificarle de "fascista", "ultraderechista", etc. como hacen con cualquier otro que no se precipite sobre la yugular de Pinochet. Es obvio que a los derechistas que gobiernan ahora les hubiera gustado no dar trámite a dicha petición de extradición, pero sólo hay que ver lo que los antipinochetistas han dicho de los fiscales Fungairiño, Rubira y Peláez, e incluso de los que no tienen arte ni parte en el asunto como el fiscal Cardenal y la ministra Mariscal de Gante. Los magistrados del Pleno de la Sala de lo Penal que dictaron la increíble, delirante, resolución que vimos en http://www.oocities.org/CapitolHill/9700/pin.htm y la siguiente, extensión pin1.htm, ya previeron la tormenta que se les venía encima, y tomaron sus precauciones, aunque sea a costa de hacer el más espantoso de los ridículos.

Quizá valga la pena aclarar estos extremos: Así como en Chile -y en Argentina- los izquierdistas son todavía bastante izquierdistas, como se les ha podido ver en sus manifestaciones, portando banderas con la hoz y el martillo y retratos de Che Guevara, en España, y en Europa en general, ya no quedan más izquierdistas que pequeños grupúsculos, puramente testimoniales. No creo que en ningún acto del llamado Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a alguien se le ocurriese llevar tales banderas o retratos. Y ni siquiera a los de Izquierda Unida -o lo que queda de ella-, que incluye a los comunistas. Éstos, ¡oh, cielos!, anatemizan por "derechistas" a los "socialistas", y en eso tienen razón; pero no se dan cuenta de que ellos también lo son. Los socialistas españoles, e incluso los comunistas españoles, son neoliberales, de derechas. La tan cacareada "tercera vía" no es más que una derechización adicional. Su clientela electoral es típicamente izquierdista, con su consabida dificultad -cuando no imposibilidad- de captar la realidad, y como para ellos la palabra "socialismo" o "comunismo" es una especie de abretesésamo, una contraseña para penetrar en la cueva de Alí Babá y gozar de todas las riquezas y venturas de este mundo, a pesar de que la realidad ha demostrado una y otra vez que no hay tal, se creen izquierdistas y siguen votando a sus neoliberales, derechistas, "socialistas" o "comunistas". Por contra, los derechistas de toda la vida, no se atreven a declararse tales, a pesar de que los hechos han demostrado hasta la saciedad que tienen razón, y abjuran de la derecha para denominarse "centristas". Y como los derechistas "socialistas" y "comunistas" los acusan de "derechistas" -como si ellos, los acusadores, no lo fuesen-, no se atreven a actuar como derechistas, es decir a no tramitar -o retirar- la petición de extradición de Pinochet.

En eso Pinochet no ha tenido suerte. Lo mismo le ha sucedido en el Reino Unido. Si hubiesen mandado los conservadores, jamás se hubiera tramitado ni siquiera la detención de Pinochet, y no digamos la petición de su extradición. La petición-amenaza de los ciento veinte diputados laboristas más izquierdistas a Jack Straw es la que ha obligado a éste, y al gobierno laborista en general, a hacer algo que tampoco les ha gustado nada: tramitar la extradición. Y ni siquiera la -tengo entendido, porque no he llegado a leer la resolución, digo, las siete resoluciones, de la segunda vuelta de la Cámara de los Lores, por los motivos expuestos en http://www.oocities.org/CapitolHill/9700/sjb.htm- clarísima invitación de los Lores a Jack Straw para que rechazara la garzoniana extradición le ha animado a hacer lo que, con seguridad casi absoluta, su sentido común -dentro de que cabe- le dicta. Dos malas suertes acumuladas contra el acusado.

Para que cualquier juez británico imparcial (Recordemos el caso de Lord Hoffman.) no concediera la extradición no harían falta argumentos jurídicos. Basta con echar una mirada a lo que pasa en España y contrastarlo con lo que pasa en el Reino Unido: En el Reino Unido un magistrado hace caso -probablemente porque no tiene más remedio- a una petición española de detención de un ciudadano el 16 de octubre de 1998. La defensa del ciudadano recurre ante la High Court, el equivalente a la Sala de la Audiencia Nacional española, y se resuelve el recurso el 28 de octubre de 1998. El fiscal británico -probablemente porque no tiene más remedio- recurre al equivalente británico del Tribunal Supremo, y éste resuelve el 25 de noviembre de 1998. El hecho de que tal resolución sea nula por la absolutamente insólita conducta de uno de los magistrados no es óbice para que contemos el tiempo empleado en la tramitación: un mes y nueve días. Comparemos con lo que ocurre en España. El juez Garzón decreta la detención de un ciudadano el 16 de octubre de 1988 en una resolución de la calidad habitual en él, que los tribunales británicos califican de "bad" (mala, nula). El fiscal recurre, como es su obligación en defensa de la legalidad. Dice que siete meses después -pero yo cuento nueve- todavía tienen que llegar a la Sala de la Audiencia Nacional, el equivalente español de la High Court británica, los papeles del recurso. Y cuando lleguen, Dios sabe cuánto tardará la Sala en dictar su resolución.

¿Qué juez en su sano juicio puede despachar a España a un anciano de 84 años para someterlo a tal "administración de justicia"?.

Sigamos viendo: Tras la Sala de la Audiencia debería resolver el Tribunal Supremo, el equivalente a la Cámara de los Lores. Y aquí no acabaría el asunto, sino que probablemente lo revisaría un tribunal fantasma que tenemos por aquí, un tribunal "de facto" -no "de jure"- llamado "Tribunal Constitucional". ¿Cuántos años en total?. ¿5, 7, 10...?.

Esto en cuanto al tiempo. En cuanto a la calidad, basta leer lo visto en http://www.oocities.org/CapitolHill/pin.htm y siguiente, y en http://www.oocities.org/CapitolHill/pin3.htm y en http://www.oocities.org/CapitolHill/pin4.htm. Unas chapuzas garzonianas absolutamente impresentables, y la escandalosa, vergonzosa, resolución de la Sala. ¿Qué juez respetable y responsable puede entregar a tales jueces a un acusado?. ¿Y para qué, si es obvio que España no tiene jurisdicción en los únicos supuestos delitos en los que el acusado no tiene inmunidad, según la decisión de los Lores?

Ítem más, y basta esto: Leí en "El País" o "El Mundo" unas declaraciones atribuidas a Garzón tras las siete resoluciones finales de los Lores en las que decía que, fueran cuales fueran las limitaciones con las que se concediera la extradición, él iba a interpretar los hechos como le viniera en gana, o sea que acusaría a Pinochet de lo que le diera la gana, y no sólo de la tortura y la conspiración para la tortura desde el 8 de diciembre de 1988. Cabe que el periodista no interpretara bien lo dicho por Garzón, pero probablemente cabe más que sí lo entendiera. Yo, juez británico, pediría confirmación o desmentido. Y en cualquier caso, no concedería la extradición. Veré si encuentro la noticia o si alguien la encuentra y me la remite para que pueda yo publicarla.

Desde un punto de vista ético-político, la actuación de España es calamitosa: Se entromete en asuntos chilenos, lo que éstá agravado por el hecho de que Chile es un país hermano. Y tal intromisión la realiza el Gobierno español a regañadientes, consciente de su injustificación, por motivos de política interior. Y tal acción la realiza contra un anciano de 84 años, lo que representa uin encarnizamiento inhumano.

La culpa de esta catastrófica actuación española se la reparten los poderes legislativo, judicial y ejecutivo españoles:

El legislativo porque, dada la calamitosa situación, en cuanto a plazos y en cuanto a calidad jurídica, de la llamada "Administración de Justicia" española, como acabamos de ver, al diablo se le ocurre dar a los jueces españoles jurisdicción para perseguir delitos cometidos por extranjeros en territorio extranjero. Como se puede ver en la resolución de la High Court británica, a los británicos, con unos plazos incomparablemente más cortos y una calidad jurídica muy superior, no se les ocurre autoconcederse tales jurisdicciones.

El judicial porque la actuación del juez Garzón, desde un punto de vista jurídico, es catastrófica, y sus superiores del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en lugar de llamarlo al orden, aún consiguen una cota más alta de catastrofismo. Sólo la Fiscalía mantiene, podríamos decir que heroicamente, un nivel decoroso. Cabría que alguien se querellase por prevaricación contra Garzón y contra los magistrados del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que dictaron dicha resolución, querella que debería ver el Tribunal Supremo, que debemos presumir que obraría dignamente. Los que critican a la Fiscalía deberían estarle extraordinariamente agradecidos por no haber promovido tal querella. Estos fiscales son unos santos varones.

Y en cuanto al ejecutivo, por dar trámite a la petición de extradición y luego por no retirarla. Es comprensible, desde el punto de vista político, su situación. Si no lo hiciera así, se le echarían encima tachándolo de "derechista" y "no centrista" no sólo los neoliberales vergonzantísimos (los "comunistas") y los neoliberales vergonzantes (los "socialistas"), sino incluso los neoliberales no vergonzantes. En el diario "El Mundo", progubernamental, se celebró recientemente una encuesta entre los lectores -neoliberales no vergonzantes-, y creo recordar que los partidarios de la extradición eran más del 76 %. La opinión pública impide al ejecutivo hacer lo que quiere y debe, so pena de perder las próximas elecciones. A no ser, claro, que alguien explique a la opinión pública lo que realmente sucede, y ésta cambie.

Aquí aparecen los periodistas, como vamos a ver en este análisis. No descenderemos a las idioteces que se oyen en esas tertulias radiofónicas en las que periodistas y no periodistas opinan de todo lo divino y lo humano, incluido, claro está, este asunto de la extradición. Me limitaré a ver lo que la prensa escrita más difundida -según la Oficina de Justificación de la Difusión- y con un nivel de seriedad alto a mediano dice sobre el caso, empezando por "El País", siguiendo "ABC" y terminando en "El Mundo", a no ser que "La Vanguardia", que va en quinto lugar, me facilite en MIME o HTML sus escritos sobre el tema para poder analizarlos. Prescindo de "El Periódico de Cataluña", que va en cuarto lugar, porque cuando lo leí, hace años, era un periódico amarillo, y no tengo noticia de que haya cambiado.

"El País"

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