Índice
Pag.14

Fantomas contra los vampiros multinacionales
Julio Cortázar

Agregar a Favoritos.

   –Aplicarlos fuera del país –repitió el narrador–. Sí, claro, no es nuevo. Pero tené cuidado, Fantomas, con noticias de este tipo deben estar tratando de lanzarte a otra pista falsa, o por lo menos inútil. Vos sabés que Susan no se caracteriza por la claridad de sus explicaciones telefonicas, y, sin embargo, me parece que entendí.

   –Yo también –dijo Fantomas, sentándose en el suelo y sacando un frasco superchato de grapa–, por eso quiero enterarme bien de lo que hicieron ustedes los hipercerebrales en el Tribunal Russell, porque según Susan ahí está el detalle.

   –Mirá en los apéndices y encontrarás lo necesario –dijo el narrador mostrando las páginas finales de este mismísimo volumen–. Si querés una síntesis, te la hago en tres palabras: las sociedades multinacionales. La ITT puede servirte de resumen; aunque suena como una marca de yerba mate brasileña viene de bastante más al norte. ¿Querés que te muestre cómo las veo vo?

   –Me sería sumamente grato –dijo Fantomas pasándome el frasco como para hacerme olvidar los pedazos de vidrio por el suelo.

   –Así las veo –dijo el narrador.

   –Parece el comienzo de Un perro andaluz –dijo Fantomas, siempre tan culto.

   –Todo en nuestra América es el comienzo de ese perro, viejo, pocas veces hemos llegado a mirar algo de frente sin que la navaja o el cuchillo vinieran a vaciarnos los ojos.

Pero a esta altura de tan amena plática, ¿serías favorito de decirme qué me combinás, qué te provoca como acción, hacia dónde vas a orientar tu rauda manera de hacer moco las ventanas?

   –Mailer me dio una lista, un amigo ecuatoriano me la completó, mis corresponsales de Londres, Munich, Nueva York y Lima están procesando electrónicamente algunas verduritas necesarias para completar el espectro, en fin, digamos que dentro de media hora llamará Libra aquí.

   –Qué placer–dijo el narrador, que después de haberla visto en la revista tenía una debilidad particular por sus muslos tan renegridos como satinados. Cuando Libra se manifestó con un murmullo de antílope al borde de una fuente, el narrador consideró de su deber tomar personalmente nota de todas las informaciones, aunque Fantomas mostraba alguna tendencia a empuñar personalmente el tubo. De tan romántico diálogo resultó una lista de nombres y direcciones que Fantomas memorizó en un segundo, tras de lo cual quemó el papel previamente mojado en grapa: Por su parte el narrador sabía lo bastante sobre el tema como para simbolizar los múltiples datos en una sola imagen cuya multiplicación no hubiera engañado ni a una gallina alcoholizada.

   –Este asunto me joroba un tantico, mano –dijo Fantomas–. Yo como sabes estoy por la acción directa, y eso de las multinacionales me compliea la estrategia en el ring, sin contar que son como esos gusanos que cuando más los cortás en pedazos, má se reproducen y saltan para todos lados. Anoche le propuse a García Márquez dedicarme exclusivamente a la CIA, porque la conozco mejor y además me tinca que fue ella la que me armó el asunto de Steiner, hijos de mil putas. Pero el Gabo me soltó una risotada necrofílica, sin hablar de la Susan hace un rato. Es una lástima, porque la CIA, tú ves

Página Anterior

Índice

Página Siguiente

Quieres que te envíe un E-mail cada vez que actualice ésta página?

Críticas ó Sugerencias