Personalmente es uno de los lugares donde
más disfruté de la estancia de Egipto. La gente es muy amable con los turistas, y no
debe tenerse ningún miedo de la insistencia de los mercaderes. Ese es su trabajo,
convencerte de que compres, y utilizarán sus tácticas para conseguirlo. Algunos te
harán alguna gracia, otros te intentarán comprar o cambiar la mujer, y otros fingirán
que se enfadan. Pero no te preocupes, todo forma parte del espectáculo. Luego, cuando
compres se hacen muy amigos tuyos.