La hospitalidad de la gente del poblado es asombrosa. Los niños
corretean a tu alrededor pidiendote caramelos, lápices, ... algunos te piden una libra.
Pero lo divertido es aprovechar esa situación. Yo conocí a Amira (nombre de princesa), una niña de 6 años
preciosa, con un caracter genial, aunque solo me pedia una libra a cambio de llevarme de
la mano por el poblado. En la foto es la más pequeña. |
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