Agamenón
Ilustre rey de Argos y Micenas, marcado por la
maldición que pesa sobre su familia, la hace incluso real cuando para recuperar
el trono de su padre Atreo, desterró a su tío Tiestes, el usurpador, y asesinó a
su hijo Tántalo y al hijo recién nacido de éste fruto de su matrimonio con Clitemnestra,
hija del rey de Esparta y contra la voluntad de ella la convierte en su esposa,
con quien engendró a Ifigenia, Electra y Orestes.
Después del rapto de Helena, hermana de Clitemnestra
y esposa de su hermano menor Menelao, es elegido jefe supremo de la expedición griega
contra Troya.
Su desmesurada ambición y métodos para lograr sus
propósitos se granjeó la enemistad de algunos dioses, como Artemisa quien para castigarlo
mandó una calma chicha que impedía la salida de la flota hacia el reino troyano.
El adivino Calcante le sugiere el sacrificio de su hija Ifigenia para calmar las
iras de Artemisa. La duda le carcome pero ante las peticiones de sus hombres y de
su propio hermano y guiado por el consejo de Ulises, accede al sacrificio.
Éste hecho acrecienta la hostilidad de Clitemnestra
hacia Agamenón, quien no dudará en su momento en devolverle la afrenta.
Decíamos que su ambición le creaba enemistades
y no sólo con los dioses. Con Aquiles tuvo dos grandes enfrentamientos: el primero
cuando Aquiles intentó evitar el sacrificio de Ifigenia -cosa que no consiguió-
y el segundo ya ante las murallas de Troya, el décimo año del inicio del asedio
Agamenón se apodera de Criseida, hija de un sacerdote de Apolo, en una incursión
a una ciudad vecina. El dios irritado mandó una epidemia de peste sobre los griegos,
y para calmarlo tuvo que devolver a Criseida, pero en desagravio pidió que se le
entregase a Briseida, la cautiva favorita de Aquiles. Éste furioso y cansado de
los abusos del jefe de la expedición se retiró a su tienda negándose a seguir combatiendo.
Agamenón, después de protagonizar grandes gestas
en el campo de batalla, herido y viendo como sus soldados sufren grandes reveses,
se ve obligado a pedir disculpas y reconciliarse con Aquiles para que regrese a
la lucha. Este gesto abrirá las puertas a la victoria final.
Agamenón victorioso consigue regresar a Micenas
pero de nuevo se hace realidad la maldición de su familia. Clitemnestra, su esposa,
no le perdonó el asesinato de su primer marido, de su bebé recién nacido y el sacrificio
de su hija Ifigenia. Su venganza se materializó convirtiéndose en amante de Egisto,
hijo incestuoso del tío de Tiestes abuelo a su vez de su bebé muerto.
Una de las versiones del asesinato de Agamenón
nos cuenta que Clitemnestra cosió las mangas de una camisa que le ofreció a éste
cuando salía del baño y que Egisto, le atravesó con su espada, estando incapaz de
defenderse por tener los brazos trabados. El odio acumulado por Clitemnestra la
llevó a asesinar por celos a Cassandra, la hija profetisa de Príamo, que Agamenón
obtuvo como botín de guerra y había convertido en su concubina.
La maldición de... pero eso es otra historia.