Troya: su historia, sus héroes...

Troya

La llamada «dueña de Asia» situada en la llanura del Escaramandro fue fundada por Ilo, hijo de Tros -fundador del mítico pueblo troyano- y nieto de Dárdano (que da nombre al estrecho de los Dardanelos, que comunica el mar Egeo y el de Mármara), hijo a su vez de Zeus y Electra -una de las siete Pléyades hijas de Atlas-. Ilo nunca pudo imaginar el final que le esperaba a la ciudad que fundó con el nombre de Ilión (y que a nosotros nos ha llegado como Troya). Final que bellamente nos dejó Homero en su poema «La Ilíada» (que significa "la epopeya troyana"). Allí descubrimos una Troya bajo el signo de la gloria y la traición, presentes divinos y promesas no respetadas hasta su destrucción final por la astucia y la fuerza.

Ilión o Troya recibió la bendición de Zeus en forma de regalo "llovido del cielo": una estatuilla de la diosa Palas Atenea, conocida como Paladio. En agradecimiento a la protección que le brindaron los dioses, Ilo mandó construir un templo que consagró a Atenea.

Poco más nos ha llegado de Ilo, salvo que inició una estirpe de héroes de diferente y opuesta suerte: la de Laomedonte (padre de Príamo) condenada a la extinción y la de su hija Temiste (abuela de Eneas) destinada a perpetuarse gloriosamente mediante la formación de Roma... pero esa es otra historia.

 

Laomedonte

Sucedió a su padre Ilo a la muerte de este. Mandó construir las murallas de Troya y para ello rogó la ayuda de Poseidón Y Apolo, que recibió a cambio de un salario. Pero llegado el momento del pago se negó y este error provocó una serie de calamidades a su pueblo, que sólo quería vivir en paz como en tiempos de Ilo. Para calmar las iras de Poseidón tuvo que sacrificar a su hija Hesíone al monstruo marino que el dios había enviado contra Troya. Pero por esas fechas Heracles o Hércules estaba realizando uno de sus famosos trabajos cerca de la zona y aceptó salvarla a cambio de que le entregara Laomedonte los dos caballos inmortales que Zeus le regaló como desagravio por haber raptado a su hijo Ganímedes. Heracles salvó a Hesíone pero, nuevamente, el rey se negó a pagar lo prometido y furioso Hércules organizó una expedición contra Troya y con la ayuda de Telamón, padre de Ayax, convirtió la ciudad en ruinas. Fue la primera destrucción de Troya y el cumplimiento del exterminio de la primera saga, como fue vaticinado. Heracles acabó con la vida de Laomedonte y todos sus hijos, menos el pequeño Podarces que se salvó gracias a las súplicas de su hermana Hesíone. El niño desde entonces pasó a llamarse Príamo («comprado mediante rescate») y Hércules le confió el reino troyano.


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