Por Alberto Bru, Jordi Pedrosa y Txema Prada (Lista GCE)
Foro Guerra Civil Española (Entrar)
Posando para el fotografo en unas posiciones "nacionales" cerca de Vizcaya
Del Cinturón al Arenal, pasando por Artxanda
No
habían cesado las demandas de Aguirre pidiendo un general a su
amigo y confidente Indalecio Prieto. Por eso, una vez éste en
el Ministerio de Defensa, envía a Bilbao a don Mariano Gámir
Ulibarri para enderezar lo ya excesivamente torcido. El Lehendakari Aguirre
recibe, como es lógico, al general Gámir con buena disposición
de ánimo, pero no sin recelos. ¿Tratará aquel de
organizar las fuerzas de Euskadi según las normas
del Ejército Popular de la República? Aguirre está
dispuesto a entregar el mando de las Divisiones, pero no su particular
Consejería. El querer sustituir el Departamento de
Defensa por el Estado Mayor lo reputó de medida equivocada,
escribirá a Prieto. El panorama que
se ofrece ante Gámir no es más optimista que el que contempló
Aguirre el 5 de mayo. El general se enfrenta con la durísima
realidad, y su primera medida es nombrar un nuevo Jefe de Estado Mayor:
el comandante don Ángel Lamas Arroyo. Llama luego a tres nuevos
reemplazos, con lo que son ya 18 los que se encuentran en armas, en
una gigantesca movilización que repercute en la vida laboral
vasca de modo netamente desfavorable. Los batallones son ya 85 (66 vascos. 12 asturianos y 7 santanderinos); las brigadas 24 (18, 4 y 2 respectivamente); las divisiones 5, mas 1 de enlace con el Cuerpo de Ejército santanderino. Las mandan, respectivamente, el comandante de Carabineros. don Ricardo Gómez García, el coronel de Infantería, don Joaquín Vidal Munárriz; el comandante de la Guardia Nacional Republicana, antes Guardia Civil, don Juan Ibarrola Orueta; el coronel de Infantería. don Daniel Irezábal Goti; un Oficial de Complemento, Beldarrain y el comandante de Infantería. Hernández del Castillo. Pero gran parte de las unidades están enormemente quebrantadas y muy mermadas en sus efectivos. La falta de mandos
competentes es absoluta, así como de un Estado Mayor que merezca
este nombre. Los jefes de las Brigadas son personas civiles, y no se
diga nada de los Jefes de batallones; en Artillería el panorama
aparece muy semejante. Dos
vistas de las fortificaciones del Cinturón, una magna obra militar
que demostró su inutilidad defensiva, El mando no siempre
disponía de los aviones necesarios, los envíos desde Rusia
eran intermitentes lo cual restaba efectividad en cuanto a la concentración
necesaria de este material que por ende llegaba despiezado con lo cual
se perdía un tiempo a veces precioso en su montaje. De qué
magnitud eran las dificultades en general que, cuando Largo Caballero
recabó apoyo aéreo a primeros de mayo para su proyectada
ofensiva en Extremadura, Prieto le dijo en el Consejo Superior de Guerra
que sólo podía ofre-cerle ocho aviones. Prieto consigue
enviar el 8 de mayo una escuadrilla de quince "Chatos", que
debía aprovisionarse en Toulousse burlando la vigilancia del
control del Comité de No Intervención; pero descubiertos
por los servicios del coronel Lunns, de este control, tuvieron que regresar
a Valencia. Era el mismo día que el bombardeo de la Legión
Cóndor llegaba a remover el relieve orográfico en los
altos del Sollube. El 17 de mayo, cuando
Prieto ya era ministro de Defensa. salió una gran expedición
entre cazas y bombarderos Natacha hacia Euzkadi. Corrieron
la misma desventura que los anteriores: parte debió retornar
a causa de un tem-poral y el resto, 17 aparatos, fue descubierto por
los agentes franquistas, que los denunciaron al Comité de No
Interven-ción, en el aeródromo de Pau-Pont Long. Dos
oficiales y un comisario republicano examinan los detalles del frente
en Sollube A partir de aquí
las fuentes son más confusas en cuanto a fechas, número
de aviones enviados y suerte que corrieron, unos en vuelo directo y
otros a través de Francia. J. y R. Sa-las hablan hasta de 45
aviones que llegaron a su destino, pe-ro sin precisar las fechas (¿desde
27 de mayo hasta finales de junio?), pero las fuentes republicanas de
muy distinta orientación (desde Ciutat hasta el Gobierno vasco)
se refie-ren sólo al envió de tres escuadrillas, una,
son sólo los restos de la Jover. que sale de la Zona centro el
27 de mayo, de la cual llegan siete aviones a Bilbao; el 12 de junio,
12 cazas. Mandados por el soviético Gregori Tjor. llegan en vuelo
di-recto a Lamiaco. pero cuatro días después seis chatos
son destrozados en un ametrallamiento del indefenso aeródro-mo
de San Martín de Somorrostro. Los defensores de
éste apenas tuvieron nunca una fuerza aérea suficiente
que oponer a la masa de la Cóndor y la Le-gionaria. que los superaba
cuando menos en una proporción 10/1. No hubo en ello la menor
mala voluntad por parte de los organismos centrales, como parece colegirse
de algunos documentos de origen nacionalista vasco. El propio Estado
Mayor Central una vez reorganizado ba-jo la dirección de! entonces
coronel Rojo, se preocupaba por esta ayuda, como lo muestra, por ejemplo,
el acta de su reu-nión del 31 de mayo que hemos podido consultar.
Se señaló dice el texto en cuestión
la forma de hacerlo (el apoyo a Bilbao) en forma (sic) material más
intensa. Sobre ese tema intervino e! general de las Fuerzas Armadas
Aéreas (Hidalgo de Cisneros) para decir que dentro de poco tiempo
se ten-drían más aparatos Douglas. Esto y el hecho de
que se acor-dase proponer al ministro la designación de una persona
pa-ra encargarse del paso de material clandestino desde Francia, parecen
indicar que los allí reunidos no se habían dado cuenta
de la extrema gravedad de la situación en las proximidades de
Bilbao. De las cartas de
Ciutat a Rojo entresacamos extensos párrafos dedicados al asunto
de la carencia de aviación. Cuatro días
después, el 27 de mayo. Ciutat escribe a Rojo, una extensa carta
dominada por el tema de la aviación, con interesantes elementos
descriptivos: Objetivamente debo decir que no obstante la enorme resistencia
que ofrecen nuestros hombres, el enemigo termina, apoderándose
de parte de Bilbao, si no podemos neutralizar su aviación. Posiblemente Aguirre
podía haber tenido una mejor idea de los errores del Estado Mayor
si llega a tener conocimiento del telegrama que el general Martínez
Cabrera envió a Prieto y que los servicios de inteligencia franquistas
interceptaron el 31 de mayo: Ya Ciutat, en Relatos
y reflexiones de la guerra de España reconocía el
problema del ejército: A continuación, el informe se hace preciso y hasta pormenorizado. ganando en interés: "Créame, mi coronel, que es grande, día ha habido que posiciones nuestras se han mantenido debajo de un bombardeo de nueve horas sin apenas soluciones de continuidad en ruido del motor. Continuamente, de sol a sol casi. los trimotores volando sobre la posición atacada, los aviones se relevaban y de tiempo en tiempo soltando bombas..."
El
17, la capital queda envuelta por el Sur, mientras la evacuación
sigue su ritmo acelerado y febril. Y a fin de que pueda llevarse a cabo
en la medida deseada por los dirigentes, Aguirre pide un último
y desesperado esfuerzo a tres de sus batallones de mayor confianza;
nacionalistas, por supuesto. Y el sacrificio se consuma: aquella mañana
ha sido ocupado el Casino de Archanda y aquella noche, en una marcha
hacia la muerte, es reconquistado el edificio, bien que por breve tiempo.
Antes, esto es, en la tarde de este dramático 17, el Presi-dente
y los suyos han abandonado la ciudad. El 18 los restos
destrozados de las últimas unidades que defendieron las alturas
sobre Bilbao se repliegan, entre Santa Marina y San Bernabé,
pasando por Santo Domingo. Nada resta por hacer y así, al atardecer,
Gámir entrega al francés Putz la suerte de la plaza, imposible
ya de toda defensa. Noche del 18 al 19: Bilbao casi solitario, en la mayor oscuridad. Los últimos gudaris cruzan los puentes sobre el Nervión a las tres de la madrugada. Leizaola ordena su voladura, ya totalmente inútil. La ocupación de la que fue capital de Euzkadi durante nueve meses escasos se lleva a cabo a lo largo del día 19, Mientras, desde las montañas, las Brigadas Navarras se descuelgan sobre Deusto, Begoña, El Arenal e Indauchu; Gámir envía a Prieto un dramático mensaje, que comienza así Vista la carencia absoluta de moral y acometividad en casi totalidad de estas unidades por tantos días de seguida operación con abrumadora inferioridad de medios y huida de mandos militares... Es el final. |