Dios y la Mística

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¿Cuál es el concepto válido de Dios? ¿Cuáles de las religiones o filosofías existentes o del pasado contienen la verdadera descripción de la naturaleza de Dios? ¿Existe Dios realmente? ...

Pascal mencionó: "Yo no creo que Dios exista, pero si existiera ÉL perdonará mi duda". Luego, agregaba: "Apuesta, siempre, que Dios existe. Si es que existe, ganarás todo; si no existe, no perderás nada"

Para la Mística este tipo de razonamiento se refiere a la descripción de un dios físico, un dios concebible y analizable, un dios inventado por la mente humana.

Dioses que aceptaban sacrificios animales, como si pareciera que gustaban del olor de la carne carbonizada; dioses que predican la paz pero no impugnan la guerra, como si pudiera agradarles el sufrimiento y el dolor... esas son concepciones demasiado humanas de épocas en que el nivel evolutivo entendía y entiende, de aquel modo, las supuestas leyes de la salvación y expiación.

Todas las culturas, desde la más primitiva, han tenido dioses. Todos ellos, diferentes; todos ellos, similares. Las diferencias eran sólo los nombres, las imágenes, ídolos, ritos de adoración... La similitud estaba en la omnipotencia que se atribuía a cada uno. Esos dioses eran tan poderosos que todo lo podían, excepto vencerse entre sí, unos a otros... salvo que utilizaran a sus ‘inventores’, los seres humanos, para que les ayudasen a ganar las guerras santas, en nombre suyo.

Si los antiguos dioses eran fieros y no benévolos se debía, probablemente, a la necesidad de investir de temor y respeto al poder. Dios y el poder siempre han caminado juntos, de la mano. Dioses como el rayo y el trueno, con la dualidad aterradora de su ruido estruendoso y luz enceguecedora, debieron estar asociados mentalmente a la creencia en fuerzas muy poderosas, indomeñables. Pobre de aquél impío que no creyera en el poder del rayo, es decir del sacerdote o jefe de tribu o de clan... que oficiaban de intermediarios entre la divinidad y los humanos.

El paganismo descrito en el Antiguo Testamento refleja un mundo politeísta plagado de una bien surtida variedad de altares en los que se adoraba a dioses crueles, vengativos, genocidas, que ordenaban matar, expoliar, maldecir, odiar, vengarse cobrando ojo por ojo y diente por diente... Se desconocía el perdón; nadie hasta entonces había hablado de algún dios de amor y de paz. Tuvieron que transcurrir milenios de barbarie antes que el Cristianismo civilizador apareciera para alumbrar la conciencia de la Humanidad con las enseñanzas de Jesús.

En ese largo interregno acaecieron chispazos de lucidez dentro de civilizaciones tan distintas y distantes como la egipcia, griega, india, romana, china, inca, maya... Entre aquellas débiles luces, surgieron abstracciones interpretativas ostensiblemente más evolucionadas, mejor elaboradas. Eran mitos, es decir relatos fabulosos, alegóricos sobre interpretaciones propias del nivel evolutivo, que ahora nuestra época califica de falsas; sin embargo, ¿es lícito seguir siendo renuentes a reconocer la validez que, en sus respectivas épocas, tuvieron esos conceptos de dios Sol, ‘paccha mama’ (madre Tierra), dios Zeus (Júpiter), Brahma, Siva y Visnú (la ‘trimurti’’ indostana de ‘creación-muerte-regeneración’), etc., etc?

Los dioses orientales han sido y son dioses reflexivos, sabios. Oriente tiene deidades en conformidad con su manera peculiar de aceptar el sufrimiento, el dolor, la adversidad; y también con el modo de expresar la belleza de su arte. Los orientales son dibujantes natos, desde su escritura ideográfica hasta la arquitectura y decoración de sus templos, palacios, hogares, utensilios.

La sabiduría oriental, como la de Tao, en China, es inconmensurable. Dios no tiene una forma definida, todas sus representaciones ostentan la máxima belleza y, a veces, fiereza,... pero también sabiduría, siempre.

En India no se discute sobre Dios; simplemente es brahma, conciencia... como decir "Dios ES". Dios es una mezcla del arte, de las energías tántricas, del Cosmos tan inmenso. (Además, aún se le atribuyen antiguos atributos, propios de lejanos tiempos, que quizá ellos, los indios, consideren válidos para su religiosidad... pero resultan ser anacrónicos y motivadores de atraso socioeconómico y cultural.)

¿Cuál es, entonces, el verdadero Dios? ¿Por qué no podemos los humanos estar de acuerdo y alcanzar consenso en nuestras creencias?

Intentaremos, mediante un ejemplo por analogía, explicar nuestro punto de vista. Sabemos que los números son infinitos, es decir aceptamos que los números no tienen final, pero... no sabemos cómo es el número infinito ni podemos saber su inicio. Nunca sabremos si el último número será par o impar, si tendrá raíz cuadrada exacta, etc., etc. En conclusión: sí nos es posible mencionar el concepto de número infinito, pero nada más; no sabemos cuál es. Si esto ocurre con los números, y también con otros conceptos, ¿por qué no puede ocurrir con el concepto Dios?

Un número cualquiera, es decir cualquier número conocido, es parte de la infinitud de los números y, sin embargo, sí podemos analizarlo. Pero, al analizar un número ¿no es también parte de Dios... el número y los que lo analizamos? Y, como ‘parte’ o porción de Dios, ¿somos, también, Dios?

Una gota del océano es agua; el océano es agua. Una astilla de madera, sigue siendo madera. Nosotros somos, todos, parte de Dios... ¿no seremos, también, Dios y no nos damos cuenta? Estos razonamientos, sutiles y a la vez profundos, no dejan de ser primarios e incompletos; para complementarlos es preciso ingresar al mundo de las sensibilidades y ese tema se abordará en momento más oportuno.

¿Cómo ha de ser Dios, el concepto de Dios, dentro de unos mil años? Queremos imaginar que será totalmente diferente. Dios hasta la fecha es o viene a ser como nuestros miedos, nuestras esperanzas y quizás de alguna manera nuestra ignorancia. Todo aquello que el ser humano aún no ha alcanzado, eso es Dios. Dios se ha transformado en un modelo infinito a donde tenemos que llegar. En occidente se considera que uno debe llegar a Dios para estar a su lado; en oriente se trabaja para fundirse en ÉL, para reintegrarse al Todo, despertando del maya (sueño ficticio o ilusión del mundo físico) y percibiendo la iluminación de los chakras.

En occidente se llega a Dios; en oriente Dios se hace uno con el hombre y el hombre, uno con Dios.

En Mística, no se discute sobre Dios, sólo se le Realiza...

Te invitamos a cambiar lo teoría por la acción, la teoría sólo tiene importancia académica terrenal que cada cierto tiempo varía, realicemos a Dios, nunca ha cambiado, dejemos de discutir, pensar y razonar sobre El para ir a su encuentro...