CAPITULO III
LA CONFESIÓN
"¡Preparados para impacto!" gritó Kirk, al tiempo que las alarmas de aviso
resonaban por los corredores de la Enterprise. "¡Scotty, máxima potencia a
los escudos!".
Scotty recién acababa de obedecer la orden del Capitán, cuando una especie de
láser de alta densidad, golpeó el escudo lateral derecho de la nave. Como
respuesta inmediata, la estructura del Enterprise se estremeció y la alteración
de su momentum la hizo desplazar algunos metros de su posición de anclaje
forzado. "¡Reporte!", urgió Kirk.
"Nos han golpeado con un arma de origen fotónico, tal vez un láser concentrado",
respondió Spock. "La fuerza del impacto no hubiera dañado la nave, aún con
los escudos a una menor intensidad lo que sugiere que tal vez ha sido un
disparo de advertencia. Sin embargo, debido a nuestra incapacidad para
producir un anclaje seguro, esta clase de impactos resuenan con mayor fuerza
que lo esperado. Sugiero que actuemos con cautela, Capitán".
"Tanta como podamos, Spock". Kirk apretó los puños. "¡Maldición! No tenemos
potencia de impulso para estacionar la nave, mucho menos para maniobras
evasivas. No me había sentido tan impotente desde cuando... perdí a mi hijo
a manos del Khan... o cuando tuve que sacrificar la anterior Enterprise".
Este pensamiento lleno de valor a Kirk, antes que desmoralizarlo, porque
"no perderé esta nave, de una forma u otra, saldremos de esta con vida".
Activó el intercomunicador y citó a Scotty, Spock, McCoy y Kemra a la sala de
reuniones con carácter urgente.
Kemra estaba ya de regreso en su habitación cuando el impacto del láser hizo
estremecer la nave. "¿Qué ha sido eso?", preguntó. "Parece un impacto de Turboláser",
respondió el androide que acompañaba a Kemra en todas sus misiones con la
Federación, y prosiguió:
"sin embargo, la probabilidad de que haya sido eso en este sector de la
Galaxia, es de un mill..." "A menos", interrumpió Kemra, "que finalmente
hayamos..., C-3QA, esto es...". En ese momento, Kemra fue convocado a una
reunión con el Capitán.
La sala de reuniones estaba adornada por las gloriosas imágenes de las anteriores
versiones de Enterprise, cada una de ellas tenía una historia y un pasado de
grandeza. Al centro, una enorme mesa ovalada de material sintético, rodeada
de 9 sillas ergónomicas. En esta ocasión varias de esas sillas estaban desocupadas,
muchos de sus habituales ocupantes en estas reuniones de comando eran imprescindibles
en sus puestos dada la crítica situación a la que estaban sometidos. El último, o
mejor, los últimos, fueron Kemra y su robot compañero.
Kemra había sido reclutado por la Federación 12 años atrás, cuando introdujo un nuevo
sistema de refrigeración para los impulsores Warp, lo que aceleró notablemente el ingreso
de la raza humana al reservado grupo de razas con capacidad de exploración interespacial.
Las posteriores modificaciones a los sistemas introducidos por Kemra permitieron a los
humanos adquirir una posición destacada en dicha comunidad, al punto de considerar
presidir la Federación Unida de Planetas. Tan destacado científico aparentaba unos 47
años de edad, era de lo más respetado entre los suyos y nunca se despegaba del
robot al que llamaba C-3QA. Este robot de cuerpo metálico, ojos brillantes, de apariencia
humanoide y único en su especie, fue desarrollado --
según Kemra-- por la gente de una Galaxia distante y encontrado por él en uno de sus poco
afortunados viajes de prueba. Aunque muchos deseaban evaluar el cerebro electrónico de
C3 y conocer sus secretos, Kemra se oponía y con su poder, tal oposición significaba
un escollo verdaderamente difícil de superar.
"Capitán, no sabe cuanto lamento lo ocurrido", dijo Kemra luego de los saludos de protocolo.
"No se preocupe, Kemra. No había forma..."
"Pero es que si la había, Capitán", interrumpió. "Esto no ha sido un accidente, yo realmente
esperaba poder generar el impulso para traernos hasta aquí".
La declaración del científico sorprendió a Kirk. La sorpresa dio rápido paso a la ira. ¿Cómo
podía haber confiado en alguien tan demente para arriesgar a 300 personas a un viaje por
encima de las máximas velocidades tolerables, llevándolas a un lugar desconocido y evidentemente
hostil?. "¡¿Es que acaso ha estado usted fuera de juicio?!", fue lo único que habría podido decir,
de no haber sido McCoy quien tomó la palabra.
"¿Cómo pudo premeditadamente hacerlo, y después venir a disculparse?".
"Entiendan, su nave era la única capaz de soportar un viaje por el hiperespacio.
Y lo que realmente lamento, es haber agotado las reservas de combustible... era una consecuencia
que no esperaba".
"¡Esto es una locura!", exclamó McCoy. "¿Tiene idea de cuántas personas han tenido que ser
llevadas a enfermería? Muchos han colapsado como consecuencia de este viaje suyo por el...
¿cómo dijo que se llamaba?"
"Hiperespacio", contestó Spock, con una serenidad que chocaba con las explosivas expresiones
del buen doctor McCoy. "Un concepto bastante interesante. Desde mucho hace, se ha planteado la
hipótesis de viajar por el espacio a través de caminos reducidos, existentes en un plano
espacial diferente. Pero no han dejado de ser conjeturas".
"Pues de acuerdo con Kemra, eso fue lo que hicimos", dijo por fin Kirk. "Pero, ¿por qué?. ¿Qué
lo ha motivado a tomar tan altos riesgos?".
"Verá, Capitán. Hace 20 años, está Galaxia era una noble República, pero después de las
guerras Clón, la corrupción en los políticos que la dirigían comenzó a acabar con ella,
y finalmente, un senador de nombre Palpatine urdió y ejecutó un plan que llevó a la
República a su fin, convirtiéndola en un Imperio regido por él. Como parte de su
oscuro plan, Palpatine convirtió a su causa a muchos caballeros Jedi, defensores
de la antigua República y aquellos que no nos sometimos, fuimos perseguidos. Algunos
menos afortunados fueron asesinados en combate por un Jedi renegado de nombre Darth
Vader. Sus ropas negras podían ser fácilmente opacadas por la negrura en su alma..."
Kemra recordó la sensación de ansiedad que lo embargó durante su único encuentro
con el señor del Sith. El lado oscuro de la Fuerza, fuertemente presente en Vader, le
infundió temor, como nada antes lo había hecho. Retomando el hilo de su narración,
continúo: "Durante mi confrontación con Vader, la suerte intervino ayudándome a
escapar de un duelo inclinado a su favor. Tomé una nave y escape al hiperespacio.
C-3QA estaba en esa nave, pero ni él ni yo pudimos evitar que un corto circuito en
los controles nos arrojara a una ruta supra-dimensional que finalmente nos trajo a
su Galaxia, Capitán".
"Intenté regresar, pero los hiperimpulsores estaban demasiado dañados para realizar
el viaje. Durante años, vagué de planeta en planeta buscando cómo volver, pero por
ningún lado encontré la tecnología necesaria para efectuar el viaje hiperespacial.
Luego, con ayuda de mis conocimientos y de C-3QA un primitivo sistema que ayudará
a generar un impulso mayor a una de sus naves. Infortunadamente, el impulso no fue
el que buscaba, sin embargo, el motor me sirvió para entrar en la Federación Unida
de Planetas y esperar hasta que crearan la nave que pudiera traerme de regreso. Y
esa nave, Capitán, fue la Enterprise".
"Una interesante historia, Kemra. Pero a diferencia de Maquiavelo, yo no creo que el
fin justifique los medios". Kirk estaba molesto y decidido a que el científico de una
forma u otra respondiera ante la Federación por sus actos. "No me deja otra opción
que ordenar que sea arrest..."
La Enterprise fue atrapada en un rayo tractor proveniente de la descomunal nave que
Spock acertadamente describió como un "Destructor de Estrellas". Y poco a poco, incapaz
de ofrecer resistencia alguna, comenzó a avanzar hacia el compartimiento de carga de
su captora. Una vez más, las alarmas resonaron abordo.
"Reporte, señor Sulu", ordenó Kirk en cuanto hubo entrado en el puente. Más atrás,
entraron Kemra y C3.
"Nos han enganchado en un rayo de tracción, Capitán. Y en las actuales circunstancias,
no podremos librarnos sin atacar".
"Quizás baste un disparo de advertencia, para mostrarles que no estamos tan indefensos
como aparentamos". Activó el intercom. "Sala de torpedos, preparen una carga de baja
potencia y disparen hacia la nave agresora".
"¡No!". Kemra estaba pálido. En cuanto vio la imagen en la pantalla frontal, reconoció
la nave destructor de clase imperial y de lo que recordaba, estaba convencido que la
Enterprise no podría ser rival para sus armas. "Capitán, esa nave podría vaporizar al
Enterprise, usted no puede arriesgarse a..."
"Me temo, Kemra, que Ud. es la persona menos indicada para decir qué puedo arriesgar.
Y de lo que nos acaba de decir, puedo asumir que una nave de guerra tan grande difícilmente
podría no ser de este... Imperio del que huyó. Nuestra suerte de seguro no será mucho
mejor que ahora, si nos dejamos atrapar".
Un torpedo de fotón abandonó la Enterprise y se dirigió al destructor estelar. Los
bajos escudos del destructor fueron sorprendidos por el impacto. Pero Kirk tuvo que
reconocer que Kemra tenía razón, y esperar que los imperiales reconocieran aquello
como otra cosa diferente a un acto hostil, fue algo realmente estúpido. Lo que siguió
se salió completamente de las manos de cualquiera de los involucrados, conforme las
dos naves se vieron inmersas en un desigual intercambio de poder destructivo.
"¡Capitán!", llamó Scotty, "Los generadores del campo de fuerza están cediendo y ese
último impacto afectó seriamente los sistemas generadores de ambiente artificial.
Si no salimos rápido de la zona de fuego...". "Entiendo", dijo Kirk y cerró el canal
de comunicación. "Sala de torpedos, preparen una carga de máximo poder. Señor Spock,
determine el punto más vulnerable de esa cosa".
Kemra estaba sorprendido. ¿Por qué razón los imperiales no los habían ya destruido?.
¿Sabían que él estaba abordo y lo querían vivo?. No, improbable. Tal vez la nave les
producía curiosidad y deseaban mermar su capacidad ofensiva con un ataque de baja
escala. Recordó entonces, que un modelo como el de la Enterprise era algo nuevo para
cualquier desprevenido observador de esta Galaxia, y recordó que una de las razones
por las que escogió esta nave para su viaje, fue la alta tecnología empleada en la
generación de sus escudos, lo que los dotaba de mejor desempeño ante situaciones
difíciles, como lo fue sin duda un viaje hiperespacial. "¿Eh?"
"He determinado el blanco, Capitán. Pero... un momento. Parece que una pequeña nave se
aproxima..."
Ansiedad e inquietud alteraron la tranquilidad que durante años vivió
Kemra. Casi había olvidado la sensación que producía la presencia de alguien en quien
la Fuerza se manifestara fuerte. Más aún, casi había olvidado la
sensación de estar cerca de alguien en quien el lado oscuro de la Fuerza fuera tan
fuerte. Alguien como "¡Vader!".
"... Capitán, la nave enemiga ha cesado el fuego. Recomiendo que hagamos lo mismo".
"Correcto, Spock". De nuevo activó el intercom. "Sala de torpedos, aborten el lanzamiento".
Entonces se volvió hacia Kemra. Su palidez se había acrecentado, estaba como ido.
"Puede calmarse, Kemra. Parece que nos han dado un respiro. Esperemos poder hacer
algún plan antes de..."
"El está aquí, Capitán". La voz de Kemra era tan grave que casi podía
afirmarse que no le pertenecía. "Lo que sea que vayamos a hacer tendremos que hacerlo rápido,
antes que él se recupere".
Kirk no entendió a qué se refería Kemra, pero sabía que el científico tenía razón
en eso de actuar con prisa. La Enterprise no podría resistir un segundo round contra el
destructor estelar.
FIN DEL CAPITULO