

CAPITULO IV
UNIVERSOS EN COLISIÓN
"Quédense con el líder", ordenó Vader a los pilotos de los dos cazas TIE que le servían de
escolta. Adelante de ellos, dos cazas ala-X rebeldes avanzaban a gran velocidad por el corredor que
llevaba al ducto de ventilación principal de la Estrella de la Muerte. Un tercero acaba de
retirarse seriamente averiado por un disparo láser hecho desde el caza TIE personal de Lord
Darth Vader, quien ajusta los giroscopios para enfocar al segundo caza ala-X. Un nuevo disparo, y
esta vez la nave enemiga queda convertida es basura espacial. Sólo un caza rebelde permanece
en la búsqueda de su objetivo: el ducto de ventilación. Vader calibra de nuevo su equipo, pero...
"¡La Fuerza se interpone!". Vader estaba asombrado. El piloto de ese ala-X realmente tenía la
Fuerza de su lado. Se esforzó para superar la barrera que se le imponía, acrecentando su propia aura
de Fuerza por encima de la del rebelde. Disparó y falló. Escuchó una explosión tras él. Uno de sus
TIE escolta había sido destruido.
"¿Qué fue eso?". No hubo respuesta. Buscando al escurridizo atacante, una nave
Corelliana que se lanzaba en forma suicida sobre ellos, los TIE tocaron sus alas. El escolta se precipitó
contra el muro derecho del corredor, mientras Vader salió expulsado hacia el vacío del espacio. Lo último
que vio fue un inmenso brillo, y la completa certidumbre que la última arma del Imperio había dejado de
existir.
"La Fuerza en ese piloto... había algo familiar en ella... ¿qué?". La pregunta
resonaba una y otra vez en la mente de Vader, mientras su cuerpo permanecía sumergido en una
solución curativa. Su imagen desnuda, vista a través del cilindro que lo contenía, era un
espectáculo bizarro. Era imposible distinguir donde comenzaba la máquina y terminaba el
hombre. Y sus cicatrices... como fuera, su aspecto era algo que no importaba al robot médico que
supervisaba su recuperación.
Afuera de la enfermería, el Capitán Needa esperaba los resultados de los exámenes a Lord Vader.
El segundo oficial Skeele se acercó y saludó. "Capitán, tengo el reporte de daños. Lo que sea
que nos hayan lanzado produjo daños severos al sistema de defensa. Nuestros escudos no estarán
completamente funcionales hasta dentro de algunas horas".
"Eso confirma, que esa nave alienígena posee una tecnología que definitivamente debemos poseer.
Si...". Needa fue interrumpido por un llamado desde el puente de mando. Los oficiales se apresuraron
a regresar al puente y una vez allí, uno de los encargados de los sistemas de comunicación del
Destructor les informó: "Es una transmisión originada en la nave intrusa, Señor". "Bien, era
hora. Póngala en los altoparlantes".
"Saludos, señores imperiales", la voz sonaba mecánica. Sin duda el hablante era alguno de los
muchos robots traductores existentes, un modelo C3 quizás. "Esta es la nave espacial USS Enterprise,
estamos aquí en misión pacífica. Nuestro Capitán solicita audiencia con un alto funcionario
imperial para negociar nuestra sobrevivencia en sus dominios".
"Skeele", llamó Needa luego de meditarlo rápidamente, "haga los arreglos para que los intrusos
vengan abordo. Con su Capitán aquí, podremos capturar su nave sin dañarla aún más". "Si señor,
pero qué si es una trampa...". "Somos el Imperio", interrumpió, "esta nave posee el arsenal para arrasar
cualquier amenaza que ellos puedan representar. Hay más de 17 mil hombres abordo. Dígame Skeele,
qué peligro cree podrían representar un puñado de intrusos temerosos de nuestro poder".
"Ninguno, señor". Skeele bajó la cabeza y procedió a cumplir con su deber.
Los preparativos de la visita de Kirk al crucero imperial fueron establecidos por C-3QA con el
segundo oficial del Destructor. Finiquitados los preparativos para la visita, la comunicación con el
Destructor se cerró y un aire de intranquilidad se apoderó de todos los presentes en el
puente de la Enterprise. Sólo Kemra y Spock permanecían serenos.
"No entiendo por qué debemos usar el transbordador para llegar al Destructor", dijo McCoy. "Sería
mucho más rápido si usáramos los tubos de teletransporte". La pregunta fue respondida por
Kemra: "Durante años las razas en esta galaxia se concentraron en desarrollar la tecnología
necesaria para cubrir grandes distancias en poco tiempo y en el desarrollo de armas de guerra.
Fue así como se llegó a un alto dominio de la navegación hiperespacial y a la creación de naves
de guerra como la que vemos allí", señaló la imagen en la pantalla principal del puente. "Por otro lado, en su
galaxia predominó la preocupación por la exploración del espacio, lo que los llevó a la creación de estos tubos
de teletransporte como una forma de tener fácil y rápido acceso a esos nuevos y extraños mundos.
No existe nada como eso aquí, al menos no cuando partí, y considero que lo
mejor será conservar esa ventaja para cubrir cualquier eventualidad futura".
"Comparto la opinión de Kemra, Capitán", dijo Spock. "Lo que no terminó de comprender es por qué
debemos ir en compañía del robot y no suya. Sin duda las capacidades del robot serían mucho más
valiosas para encontrar el combustible allá abajo".
"No del todo, Spock", contestó de nuevo Kemra. "Para que la Enterprise pudiera realizar el viaje
hiperespacial tuve que reconstruir el reactor, de forma que el impulso y la alimentación de los
escudos fuera realizada por procesos completamente aislados", una suerte haberlo hecho, pensó,
puesto que al aislar los sistemas de mantenimiento de escudos se protegió el armamento del
Enterprise. "Esto llevó al uso de dos reactores separados, usando para el impulso una mezcla
especial de combustible rara de encontrar en su galaxia, pero no tan difícil de elaborar con los
componentes usados para propulsión aquí. Y la búsqueda de los componentes necesarios, como la
creación de esa mezcla son labores que están fuera del alcance de C-3QA. El irá con ustedes y
les servirá como traductor. Es lo que mejor sabe hacer". Además, pensó, si voy a ese Destructor
es posible que Vader me reconozca...
"Está claro", concluyó Kirk. "McCoy, Spock, el robot y yo iremos al Destructor, donde trataremos
de ganar tiempo. Uhura estará pendiente para traernos de regreso con el teletransportador.
Mientras, Scotty y Kemra irán al planeta a buscar el combustible a la construcción que
Spock detectó hace unos minutos". Kirk dejó su puesto y antes de salir del puente con el resto
de la expedición, ordenó: "Teniente Chekov, tome usted el mando de la Enterprise".
Una corriente de energía dirigida desde el cielo alteró la paz del claro. Un remolino de átomos
se formó y momentos después, Scotty y Kemra se materializaron en el lugar donde antes sólo había
vacío. Scotty contempló el paisaje. El lugar era húmedo y los árboles llegaban hasta donde la
vista no podía mirar, cubriendo parcialmente un cielo cubierto de nubes rojizas. "Son más
grandes los árboles de Endor", comentó Kemra observando la fascinación del teniente con la
vegetación.
"¿Y ahora qué?", preguntó Scotty. "Hubiera sido más fácil si nos hubiéramos teletransportado más
cerca de esa construcción. No...". Kemra lo interrumpió solicitando silencio con un ademán.
"¿Qué?". Scotty no escuchó nada diferente a la fauna del sitio. El canto de las aves, o quizás
grillos gigantes, el viento en las ramas de los árboles, un croar de alguna especie de rana
cantando en algún estanque cercano, y el sonido característico del viento al ser cortado por
un objeto metálico desplazándose a alta velocidad.
"¡Rápido, tras esos arbustos!"
A la voz de Kemra siguió la acción, y los dos se ocultaron. Scotty cayó sobre una especie de
reptil al que aplastó, pero eso no pareció preocuparle demasiado. Entonces, dos máquinas pasaron
volando sobre ellos y tan pronto como aparecieron, se perdieron en la profundidad del bosque de
Imraad. Antes que las aeronaves desaparecieran, Kemra salió de su escondite con la intención
de ver el camino que seguían.
"¿Qué fue eso?", preguntó Scotty, limpiando los restos del reptil de su uniforme.
"Eran soldados imperiales patrullando en aeromotos. Sin duda esa construcción pertenece al
Imperio, así que es una suerte no haber llegado más cerca y habernos arriesgado a ser capturados".
Kemra posó su mano sobre el hombro de Scotty, reclamando el crédito por una afortunada acción
preventiva. "Vamos, seguiremos su camino y llegaremos a la construcción". Y dicho esto, los dos empezaron a
caminar.
En el espacio, el transbordador 3 tardó cinco minutos para superar la distancia que separaba las
dos astronaves. Siguiendo las instrucciones, Kirk y Spock dejaron el control de la nave al rayo
tractor que los llevó a los hangares del Destructor. La nave fue dejada lenta pero seguramente
sobre el piso brillante del Destructor e inmediatamente fue rodeada por un pequeño destacamento
de Storm Troopers, lo más selecto del ejercito imperial. Skeele se acercó en representación
del imperio, con un soldado escolta a cada lado. La tensión en el hangar creció cuando la compuerta
de acceso del transbordador comenzó a abrirse.
Kirk fue el primero en bajar, seguido por C-3QA y los demás miembros de la expedición.
"Saludos", dijo Kirk. C3 tradujo casi instantáneamente. "Soy el capitán James T. Kirk. Ellos son
el Doctor McCoy y mi primer oficial, el señor Spock". Cuando C3 terminó, el oficial imperial
habló y de nuevo C3 tradujo. "Bienvenido abordo del Destructor Estelar Avenger, Capitán. Soy
el primer oficial Skeele y es mi deber informarle que tanto usted como su nave, son ahora
prisioneros del Emperador".
El cerco de soldados imperiales se hizo más estrecho. Tras ellos, la compuerta del transbordador
se cerró.
En la enfermería, un cambio repentino en los reportes de las máquinas unidas a los sistemas de
soporte vivo de Darth Vader sacaron al robot médico del letargo en que se encontraba. De acuerdo
con las señales sólo una conclusión fue posible: el oscuro Señor del Sith está muriendo.
FIN DEL CAPITULO
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