Capítulos:

Introducción

1 - El Destructor de Estrellas
2 - El Sobreviviente de Yavin
3 - La Confesión
4 - Universos en Colisión
5 - En las Garras del Imperio
6 - Un día de suerte
7 - El final está cerca
8 - Emboscada

Conclusión


El entorno de Star Trek y Star Wars

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HUYENDO DEL IMPERIO

CAPITULO VIII
EMBOSCADA

Las máquinas de propulsión la Enterprise retornaban lentamente a la vida, en la medida que consumían el combustible. El suave ronroneo del reactor modificado de Kemra contrastaba con la casi imperceptible vibración que solían producir los viejos reactores materia/antimateria, todavía usados pero sólo para alimentar los escudos y las armas de la nave. Un último chequeo a los instrumentos para confirmar que todo volvía a funcionar a la perfección, y Scott llamó por fin al Capitán Kirk al puente, donde su llamada era esperada con extrema urgencia.

"¡Gracias, Scotty!", dijo Kirk al escuchar su reporte. "Señor Sulu, gire la nave de cara al espacio abierto... y vamos a casa".

La maniobra alertó inmediatamente a la tripulación del Avenger. Needa, que continuaba de frente a una de las ventanas del puente, fue de los primeros en percibir el movimiento en la nave intrusa.

"Que los artilleros se preparen", ordenó. "Seguramente su Capitán se comunicó con ellos desde el transbordador y les ordenó escapar. Un acto muy noble, pero completamente inútil", reflexionó. No escuchó los pasos que se acercaban, pero el resoplar producido por una respiración forzada a través de una máscara delató la presencia de Darth Vader a sus espaldas.

"Que nadie abra fuego", ordenó Vader. Needa quiso protestar, pero no se atrevió. No tenía las agallas para hacerlo. Nadie en el Imperio, además del Emperador, podría esperar seguir viviendo luego de protestar una orden suya.

"Sus armas están apuntándonos", reportó Spock. En el puente de la Enterprise la tensión era cortante. "Sin embargo, no parecen tener intención de disparar, Capitán".

"Algo se proponen, pero con otra poca de suerte, estaremos lejos para cuando lo hagan". Activó el intercomunicador. "¿Listos para velocidad Warp-Plus, Scotty?". Espero. La respuesta fue afirmativa. Cortó la comunicación y ordenó a Sulu y a Chekov: "¡Adelante!"

"¡Capitán!", exclamó Chekov, "¿es real esa cosa?".

Todos en el puente miraron hacia la pantalla frontal. Afuera, podían verse estrellas, pocas estrellas, porque la mayor parte del panorama era opacado por la presencia de un objeto recién salido del hiperespacio, una nave en apariencia, y tan grande que hacia ver al Destructor Estelar a sus espaldas como un obstáculo insignificante. En la sala de máquinas, la imagen de la pantalla fue transmitida a uno de los videos. Kemra no pudo disimular su impacto.

"Eso... ¡Es un SuperDestructor Estelar!". Y a toda prisa salió, tomó el ascensor y lo dirigió hacia el puente de mando.

Para cuando Kemra alcanzó el puente, las alarmas de la Enterprise ordenaban a cada oficial y civil abordo adoptar posiciones "seguras", lo cual significaba, que todo aquel prescindible para la operación de la nave, debía ir a su habitación y esperar el desenlace, cualquiera que fuera.

"De la vuelta, señor Sulu", ordenó Kirk. "Pero Capitán, el Destructor nos obstruye el paso", replicó el teniente. "Lo sé", respondió, "pero tendremos más oportunidad enfrentándolo, que batiéndonos contra ese acorazado". Kemra hizo notar su presencia.

"Capitán, un duelo con cualquiera de ellos resultaría mortal para la nave. Así que quizás debamos intentar una última incursión..."

Abordo del Avenger, la tripulación del puente de mando comenzó a evacuar, siguiendo las últimas indicaciones de Vader. Todos, excepto Needa.

"Continúe, Kemra", solicitó Kirk. "Según recuerdo, no son muchos los oficiales encargados de laborar en el puente de los Destructores, y siendo que sus escudos continúan lo suficientemente bajos como para poder bloquear la energía del teletransporte...".

"¿Está sugiriendo", interrumpió Kirk, "que envíe un comando a tomar el puente de mando de esa nave?". Kemra asintió y comentó: "Según mis cálculos, sólo necesitaré a otro hombre para...". De nuevo fue interrumpido. "¿Ud. irá? No se ofenda, pero no creo..."

"Capitán", interrumpió esta vez Kemra, "todavía conservó la destreza que adquirí durante mi entrenamiento Jedi y además conservo esto" y sacó de su uniforme un cilindro cubierto de algunos botones. Al ser presionado uno de ellos, un haz de energía surgió. "Es un sable láser. El arma de todo Jedi. Además, sólo yo puedo conseguir mover esa nave". Kirk tuvo que aceptar.

Momentos después, tan rápido como uno de los guardias de seguridad los hubo armado apropiadamente, Kirk dio la que podría se su última orden: "Transpórtenos". A su lado, Kemra musitó: "No era necesario que viniera, Capitán. Su gente lo necesita". A lo que Kirk replicó: "Spock sabrá llevar la Enterprise a casa si no regresamos. Además, no arriesgaré la vida de nadie más en esta misión". Entonces, los tubos de transporte se activaron y los dos fueron convertidos en una ráfaga de electrones.

El viaje pasaba sin ser sentido, a excepción de una sensación de nausea producto del mareo experimentado por la desorientación momentánea de los sentidos. Nada de que quejarse. En cuanto se materializaron sobre el puente, cada uno apuntó su arma en una dirección, pero no hubo necesidad alguna de disparar. Sólo Needa los esperaba.

"Me sorprende que todavía viva, Capitán Kirk", dijo Needa. Kemra, único que le entendió, fue hacia él. "¿Qué ocurre aquí?", preguntó. No hubo necesidad de responder. La respuesta vino de un oscuro corredor al final del puente. "Ha pasado mucho tiempo, Kemra. Creí que para ahora ya estarías muerto... pero mejor así". La voz fue seguida por el paso seguro de Darth Vader, quien se acercaba con su sable láser presto para el duelo.

Kirk apuntó su arma hacia el señor del Sith y disparó dos veces. Cada uno de los rayos fueron hábilmente desviados por Vader con ayuda de su sable. Dispuesto a no perder tiempo con el intruso, uso su poder para elevarlo sobre los controles y lanzarlo contra uno de los muchos paneles de control. El golpe fue duro pero no mortal y Kirk pudo levantarse de nuevo.

"Nada mal para alguien que hace sólo unas horas iba a morir", murmuró Kemra. Dejó caer su arma al suelo y de su cinturón sacó su sable láser, activándolo. Lentamente se acercó a Vader.

"Este es el final de tu camino, Kemra. Y tu destino será morir en mis manos, de la misma forma en que murió Obi-Wan". La revelación hizo que Kemra detuviera su avance. "Obi-Wan...

Obi-Wan Kenobi fue un buen amigo mío... juntos luchamos en las guerras Clon... lo vi por última vez en Tatooine, justo antes de partir hacia una misión en compañía de otros tres caballeros Jedi... Los últimos caballeros... A una misión que concluiría con su muerte y mi exilio a otra galaxia... Durante ese último encuentro, sin embargo, fui testigo de un secreto que Obi-Wan quiso compartir conmigo. El acababa de regresar de Alderaan y traía consigo a un pequeño al que llevaba para dejarlo con sus tíos... Un pequeño llamado Luke, el hijo de Anakin Skywalker...

"¡Mi hijo!", exclamó Vader con duda y sorpresa. Entonces, Kemra reparó en lo estúpido que había sido al dejar que sus pensamientos afloraran con tanta fuerza. Sin proponérselo, acababa de traicionar un secreto que había llevado consigo todo este tiempo, un secreto por el que hubiera muerto. "Maldito...", fue lo único que pudo decir.

Kemra se lanzó contra Vader. Las espadas láser chocaron y fuertes destellos se produjeron. Uno y otro se movieron por los corredores del puente, esquivando, arremetiendo... si hubiera estado en mejor forma, Kemra difícilmente hubiera conseguido resistir. Pero el poco tiempo tomado por Vader para su recuperación compensaba la diferencia de edades.

Buscando ayudar a su amo y reducir su fracaso, Needa tomó el arma que Kemra dejara. Apuntó con ella al viejo Jedi, seguro de no errar el disparo. Pero Kirk se abalanzó contra él haciéndole perder el equilibrio. Los dos cayeron y Kirk rodó para evitar un rápido contraataque. Al hacerlo, dio contra uno de los paneles de controles y descubrió bajo él una especie de control remoto. Lo tomó y se levantó.

En la sala de máquinas del Avenger, un grupo de técnicos trabajaba a toda prisa desmantelando la bomba plantada por Skeele. Ya habían conseguido reducir su potencia en un 80 por ciento, pero le quedaba suficiente fuerza como para producir un considerable daño a la nave.

"¡Deja eso!", gritó Needa. Su desesperó llamó la atención de Kemra, quien prontamente hurgó en sus recuerdos, descubriendo el incidente con Skeele y el uso para el cual construyó el control. "¡Rápido Capitán", gritó, "presione el botón!".

Sorprendido, Kirk hizo lo que Kemra dijo. Al instante, una fuerte explosión estremeció al Avenger. Los restos todavía activos de la bomba no podrían destruir la nave, pero si dejar fuertemente averiados los sistemas de estabilidad. Sin ellos, el Avenger comenzó a caer hacia el planeta. En cuanto se hubo abierto una ventana lo suficientemente grande como para dar paso a la Enterprise, Spock se comunicó con la sala de transporte. "¿Los tienen localizados?", preguntó. La respuesta pareció tardar una eternidad en llegar. Antes que el oficial terminara de hablar, Spock le ordenó: "Entonces, ¡transpórtelos de regreso!".

En el puente del Avenger, la explosión hizo que todos cayeran al suelo. Needa fue el primero en levantarse y saltar hacia una de las consolas. Activó un micrófono y ordenó por un intercomunicador: "¡Todo el personal del puente repórtese en su sitio, ahora!" y abrió las puertas del puente.

Kirk fue el segundo en levantarse. Entonces, escucho un sonido agudo salir de su aparato de comunicación. Iban a transportarlos de regreso al Enterprise. "¡Kemra..." su voz se apagó al ser convertido en un patrón de electrones que fue rápidamente vuelto a armar en los tubos de la sala de teletransportación de la Enterprise. "... nos vamos!". Al verse en la sala buscó a Kemra pero no lo encontró. Angustiado, miró al oficial encargado de los controles. Lo vio una y otra vez luchar con las lecturas recibidas y adivinó por la perplejidad en su rostro, que no volvería a ver al ingeniero.

Vader fue el tercero en levantarse. Caminó hacia las ropas que una vez Kemra usara y que ahora lo esperaban vacías en el piso del puente. Ya había visto esto ocurrir antes, cuando lucho con Obi-Wan. Y al igual que su antiguo maestro, el cuerpo de Kemra parecía haberse desvanecido en el aire justo cuando su sable láser cegó su luz y terminó con su existencia. "¿Es este el destino que me espera?", se preguntó.

En ese momento, y por segunda ocasión, el puente de mando del Avenger se estremeció. Esta vez debido a la turbulencia producida por la Enterprise al pasar a su lado a alta velocidad. Needa ordenó a los técnicos que ingresaban al puente rastrear la nave, pero todo esfuerzo resultó inútil. La nave había entrado al hiperespacio... o más allá.

FIN DEL CAPITULO


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