La
provincia de
Misiones se encuentra en el extremo nordeste de la
República Argentina, casi debajo del trópico de
Capricornio. Ocupa una superficie de 30.700 Km cuadrados,
metida como punta
entre Brasil y Paraguay , lo que le otorga la frontera
internacional más extensa de la riquísima Mesopotamia.
Sin embargo, se caracteriza por el relieve ondulado y
selvático.
Unas 900.000 personas viven en el territorio
provincial, que basa su economía en la actividad
forestal y agrícola, donde fue pionera en la
introducción de nuevos cultivos como la yerba mate,
té, tung,
tabaco, cítricos, frutales, esencias y caña de
azúcar. Misiones recibe el nombre de la
tierra colorada, por el tono rojizo ladrillo que
tiene el sustrato en casi todos los lugares de la
provincia,
algo que contrasta con el color de la tierra
en el resto del país. Ésta es una peculiaridad de la
zona que se debe a que los suelos provienen de la
disgregadacción de antiguas rocas eruptivas, ricas en
óxido de hierro, lo que le da la tonalidad a la tierra.
Está ubicada en el centro de la gran cuenca del Plata,
presenta en su subsuelo el Macizo de Brasil, que es el
sustrato básico. Éste fue recubierto por sucesivas
capas de roca eruptiva basáltica, sobre la que se
asentaron algunas areniscas rojas (ubicadas casi
exclusivamente entre San Ignacio y Candelaria). Diversos movimientos, cortes y
fallas afectaron al subsuelo misionero, influyendo mucho
en la hidrografía: los ríos siguen las líneas de
fractura.
Los cursos de agua más importantes son el
Paraná y el Uruguay.
Como
consecuencia del tipo de clima y de relieve, Misiones
presenta un sistema hidrográfico amplio, con unos 800
cursos permanentes de agua. 270 de ellos fluyen hacia el
Paraná y el Itaembé, 120 hacia el Iguazú
y San Antonio y los 400 restantes
hacia el Uruguay y el Pepirí Guazú. Las cuencas del
Paraná y del Uruguay están separadas por la Sierra
Central misionera, mientras que las del Iguazú y el Paraná las divide la Sierra
de la Victoria y sus ramales.
El clima
de Misiones es subtropical cálido sin estación seca.
Por su situación cercana al trópico de Capricornio le
correspondería un clima más cálido, pero es
atemperado, en gran parte, por los bosques y las lluvias.
Es una de las zonas argentinas con más precipitaciones
anuales: un promedio de 1.650 mm. por año. La humedad
ambiente supera casi siempre el 75%, favorecida por los
fuertes rocíos nocturnos. La temperatura media oscila
entre los 15°C invernales y los 25°C veraniegos. Estas
condiciones hacen a la provincia idónea para el
desarrollo de las formas de vida vegetales y animales en
la selva y los campos misioneros.
En Misiones, la cultura
nativa se mezcló con los usos y adelantos europeos que
trajeron los jesuitas, alumbrando un feliz mestizaje. La
provincia fue precursora y albergó la primera imprenta
instalada en Sudamérica y grandes bibliotecas. Los
jesuitas agruparon a los nativos y les enseñaron la
religión crisitana, pero también hábitos de trabajo e
ideas de organización social. Pero las poblaciones de la
región del Guayrá, no pudieron resistir los ataques
causados por los mamelucos o bandeirantes (habitantes de
San Pablo, actual Brasil) para apresar indios y venderlos
como esclavos. Por eso, el Padre Antonio Ruiz de Montoya
organizó el éxodo de los restantes habitantes de esos
pueblos. Una gran flota de canoas que transportaba por el
Río Paraná a más de 12.000 hizo puerto en las
márgenes del arroyo Yabebirí en 1631, aunque sólo
quedaban un tercio de los que saliero. Entonces se
fundaron los pueblos de San Ignacio Miní y Loreto (1632)
en Misiones. A éstos se agregaron otros pueblos que
debieron emigrar por el mismo motivo de otras zonas. De
este modo se concentró la gran parte de la actividad
misionera a lo largo de las márgenes de los Ríos
Paraná y Uruguay, y se consolidaron unos 30 pueblos
organizados con
más de 100.000 guaraníes. En los territorios de la
actual provincia de Misiones quedaron ubicados estos
asentamientos jesuiticos: San
Ignacio Miní,
Loreto,
Santa Ana, Corpus, Candelaria, San
José,
Apóstoles, Concepción, Santa
María la Mayor, Mártires y San Javier.
En lo que hoy es Corrientes: San Carlos, Santo Tomé, La Cruz
y Yapeyú.
Entre el mestizaje producido
por la llegada de los españoles, y todos los inmigrantes
europeos y asiáticos que llegaron hace unas décadas
(polacos, ucranianos, japoneses, italianos,
alemanes...) Misiones se convirtió en un destacado
ejemplo de variedad étnica.
Se puede encontrar en la
provincia todo un abanico extenso de cerca de 30 etnias:
desde la nativa guaraní hasta las llegadas de los
continentes ultramarinos o desde otros puntos de
Sudamérica.
Hoy coexisten en la provincia representantes
de todas estas razas y todas las mezclas que entre ellas
se dieron.
Las distintas colectividades conservan a
menudo su idioma, sus tradiciones, su religión y su
folclore, coexistiendo armónicamente con las
representaciones autóctonas de la provincia.
Esta
particularidad se celebra en la Fiesta Nacional del
Inmigrante que se realiza en la ciudad de Oberá.
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