EL VERSO
CON RIMA Y MEDIDA


 

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   Su obra  -  página 1   


    En esta página encontrarás las siguientes poesías:

               TENGO UNA PENA

          Tengo una pena en el pecho
          de las que rasgan el alma,
          las que aparecen ocultas
          sin asomarse a la cara;
          hacen que grite hacia adentro
          ante el temor de escucharla,
          son las que no dan salida
          y sí, un portón a la entrada.

            ¡ay pena!
            que no se olvida.
            ¡ay pena!
            que así me mata.

          De las que a nadie le importan,
          las que procuras callarlas.
          La tengo aquí tan metida
          que hiere como una garra.
          Es como aquellas que duelen
          tan sólo con recordarla;
          y me dolía tu boca
          cuando intentaba besarla.

            ¡ay pena!
            jamás se olvida
            ¡ay pena!
            que así me mata.

           

            EL ADIÓS   

          La violeta se ha estremecido
          El jardín resbala oxidado.

          Las sombras se callan esquivas
          y la hiedra disipa en lo alto.

          Un chasquido de plata corta
          al céfiro en varios pedazos.

          Se inquieta el almendro,
          solloza el naranjo,
          Y a todo, el laurel se murmura
          Discreto hacia abajo.

          Un corro de cien margaritas
          Pintadas de pómulos mayos
          adornan con negras mantillas
          sus pétalos blancos;

          las púberes rosas
          por unos zarzales descalzos
          esconden sus bellos aromas
          en tinas de barro
          y la hermosa orquídea  pinta
          su luto en los labios.

          ¡Qué hermosa me sale la luna
          por entre mi espejo de nardo!
          La violeta se ha estremecido
          Sangrante lo libre,
          Se va, cabizbajo.

           

                 Arriba

            TUS OJOS

          A menudo sorprendo tu mirada
          cómo calza sus iris de osadía
          y juega al escondite con la mía
          que tímida se queda rezagada;
          otras veces observo que, callada,
          se columpia en leve picardía
          destilando el destello de ironía
          que impide mantener mi vista alzada.
          Qué tendrán las pupilas de tus ojos
          que esconden su melaza en desafíos
          y pintan en mi piel suaves sonrojos.
          Qué tienen que me causan desvaríos;
          yo soy cautiva niña en sus antojos
          y tú, duende burlón entre los míos.

           

           

          TE QUIERO PORQUE TE QUIERO

          Te quiero porque te quiero
          mejor si me da la gana
          Por ser  rayito  de luz
          en la mañana temprana
          que asoma a darme besitos
          y pasa por mi ventana
          lamiendo con tus ardores
          el cuerpo de esta serrana.

          Te quiero porque te quiero
          mejor, si me da la gana.

          Por ser clavel oloroso
          que a mi escote se engalana
          y ser del mar la bravura
          que al hacerme filigranas
          va regando enterito
          el cuerpo de esta serrana.

          Te quiero porque te quiero
          y mas, si me da la gana.

          Por ser galán y gracioso
          pero un pelín tarambana
          y tener la voz melosa
          del repique de campana
          cuando vienes a cantarme
          con esa voz que desgrana
          el susurro a la orejita
          del cuerpo de esta serrana.

          Te quiero porque te quiero
          y mas, si me da la gana.

          Pero una cosa te digo...
          que quieras con alma sana
          y que no me pintes leyes
          ni de payos ni gitanas;
          no me pongas ataduras
          ni soga, cordel o liana
          porque al igual que hoy te quiero
          después se me van las ganas
          y no tendrás si pretendes
          el cuerpo de esta serrana.

          Te quiero porque te quiero
          Por si no quiero mañana.

           


                  
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             NO ERES NADA

          No eres nada, no eres todo
          y aún así, así me llevas;
          en nudo de cielo
          con lazo de tierra
          sobre mi mundo de miedo...

          No eres nada y eres hiedra
          que asciende por mi tristeza
          y eres torrente que sube
          del agua que emana bella
          y el sol, que pinta de ocasos
          los labios de las estrellas.

          No eres todo y eres pena
          De mi silencio en ausencia,
          lágrima que se me asoma
          sin saber por qué me llega
          y ese aire que derrite
          la boca cuando la llena
          de un aliento entrecortado
          que como suspiro queda.

          No eres nada, no eres todo
          aún así, así me dejas
          con nudo de cielo
          en lazo de tierra
          y por mi mundo de miedo
          sin miedo...te quedas.

           

             QUE  BAJAN

          Que ya van bajando, madre,
          que ya bajan por el río
          los pies de mi enamorado
          que dice que están "heríos"
          y las piedritas del fondo
          los curan con su albedrío.

          Que ya van bajando, madre,
          que ya bajan por el río
          los besos de mi galante
          que vienen moraos del frío
          y son sus perlillas de agua
          quien los calientan con brío.

          Que ya van bajando, madre
          que ya bajan por el río
          los ojillos que mi mozo
          va guiñando al amorío
          y la espumita del agua
          los besa con desafío.

          Que ya van bajando, madre
          que ya bajan por el río
          y yo desde mi ventana
          todito me lo he perdío.

           

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          SERÁS, SERÉ, SEREMOS

          Serás la amanecida en la alameda
          la mañana fresca del campo en mayo
          tormenta e ímpetu del fuerte rayo
          noche clara que al romántico hospeda.

          Seré envoltorio de la suave seda
          que cubra al iluso amor con su sayo;
          Lady Godiva que en plata caballo
          galope sus crines por tu vereda.

          Serás la salada brisa del mar
          que con blanca espuma al bajel domina
          yo seré remanso de arena fina.

          Seremos sujeto del verbo amar
          pretérito perfecto a conjugar
          de doble pasión que empieza y termina.


          ROMANCE DE LA ESPOSA

          (leyenda popular de Lloret de Mar)

            Mueve gaviota
            danza  que  vuela
            la mar espera.

          El sol que se despereza
          y  ondea su rubio pelo
          cubriendo tu capa azul
          conoce que yo no quiero
          soltar de mis ojos una
          lágrima por aquel cuerpo
          que tú arrebataste un día
          por un arranque de celos.
          Un fallido conato hice
          de flotar tras su velero
          esa canoa repleta
          con un pequeño universo
          hecha de fina esperanza
          cubierta con dulces sueños
          y bordada en firmes redes
          con nudos de varios besos.

          Quizá no llegara a verla
          o quizá  no hubo el encuentro
          y navegue a la deriva
          en busca del firme puerto.

            Mueve gaviota
            Baila que vuela
            el llanto espera.

          La fina manta que cubre
          de arena tu fuero interno,
          que de tanto en tanto pare
          los frutos de tus adentros
          conocen que manos buscan
          con los dedos de un lamento
          las ánimas naufragadas
          por si llegase él ileso
          y aunque arañe la esperanza
          y aunque peine el desespero
          ya sólo traen a mis pies
          caracolas de los muertos.

          Un fallido conato hice
          al escribir mi TE QUIERO
          tras las huellas de pisadas
          de los pies del marinero;
          quizá no llegara a verla
          quizá se borró primero
          y no ansíe ya volver,
          creyendo que no lo espero.

            Mueve gaviota
            Danza que  vuela
            la muerte llega.


          La sal que llevan tus gotas
          con sabor a cristal viejo
          van lamiendo las heridas
          que el amargo y traicionero
          tiempo me ha ido dejando
          en el corazón impreso;
          son los llantos que he bebido
          a lo largo del tormento
          que secaron mis entrañas
          dejando muertas por dentro
          las fallidas esperanzas
          de verle otra vez de nuevo.

          El don del conato  que hice,
          al ir clamando a los cielos
          fue el que permitió quedarme
          el día de su regreso
          y apiadando a mi dolor
          y abogando en mi deseo
          yo,  roca que otea la mar,
          junto a la orilla lo espero.

            Mueve gaviota
            Danza que llega
            la esposa espera.
                   

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