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Su
obra - página
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En esta página encontrarás
las siguientes poesías:
P A I S A J I S T A
NIEVE
Blanca, que te caes pura
de algodón en gris mañana
blanca, que me caes fría
de cristal punzante en agua
a chalina densa en tierra
y llanto caliente en flama.
Blanca, que te caes pura
e impoluta, me derramas.
Alondra que por el día
sueñas con ser marinera
en un mar de celofán.
Que canta, cantando
y vuela
no cejes... ya llegas.
Alondra que por la tarde
flotas tu barca velera
con barbas de capitán.
Que vuela volando
y canta
no cejes... que llegas.
Que llegas... de noche llegas
con las velas desgarradas
y el tesón entre la sal.
Que vuela soñando
y vuela...
Juguetón el día se despereza
como pícaro frutal descarado,
y un beso dulce en labio encarnado
te estampa sobre la frente cereza.
Y te adorna con nube que bosteza
y te repeina con verdor trenzado
el cabello que ondulas nacarado...
¡Ay niña Natura cuánta belleza!
Bonita despiertas y cuando asoma
tu linda cara, la tierra retoma
la magia de tus primeros albores
para verter, empapando con flores,
el rocío de terciopelo aroma
en derroche por tus bellos rubores.
EL ALMENDRO Y EL RÍO
Río, si por tus venas bullen
inquietas las espumas blancas,
por qué ya no bajan risueñas
y se quedan calladas
en cuanto mi cuerpo penetra
por entre el trasluz de tus aguas
sigue... sigue el camino
que el destino señala
esos labios en flor
de tu boca con plata
es la verde esmeralda
de mi muda cascada
deja... déjame aquí,
a tu sombra, varada...
Río, eres llanto que la tierra
franca va vertiendo por mi alma;
y al paso, se enredan mis pies
azorando mis ramas
cuando por un antojo,
la noche te acuna en mi cara.
sigue... sigue el camino
que el destino te marca.
Es tu talle divino
con ardorosa savia
el que me hace bullir
las heladas entrañas
deja... déjame aquí,
a tu sombra, varada.
Que se encoja mi lecho
con las nieves tempranas
al dejar abatir
tus ardientes ramadas
y cuando los hermosos brotes
sean de almendras amargas,
será, cuando bajen llorando
hacia la mar, mis aguas.

E R Ó T I C A
CÓMO TE QUIERO
¡Y cómo te amo y te amo
y cómo te gozo y te quiero!
Entre las sementeras de astros
y campos floridos del cielo,
estrellas sabor manzanilla
y luna en terciopelo,
me anido a la esencia sutil
de tu indómito pelo;
perdida de norte y de guía
por entre tus juncos me enredo
quedándome inmóvil, prendida,
del tibio pajar de tu pecho.
¡Y cómo te amo y te amo!
Entre las marismas inmensas
Salobres de cárdenos lechos
espumas color algodones
y agua de aroma intenso
me acuno por entre el retablo
marino de tu cuerpo;
dejada de norte y de guía
por entre tus olas me pierdo
quedándome inmóvil, prendida
del fuerte timón de tu sexo.
¡Y cómo te amo y te amo
y cómo te gozo y te quiero!
Entre los estambres solares
radiantes voraces de fuegos
llamas en color de amapolas
y turba olor de incienso
se funde la piel en la hoguera
cálida de tu fuero;
perdida de norte y de guía
por entre tu abrazo me encuentro
quedándome inmóvil, prendida
del mágico edén de mi sueño.
¡Y cómo te amo y te amo
y cómo te gozo y te pierdo!
De espesa hoguera el fuego que derramas
sobre el panal de piel cuando me pillas
destellos de rubíes, cuando brillas,
en cima de los senos que encaramas.
Me abrasas a tu paso las orillas
y sabes a oro miel si desparramas
como un sinfín de lenguas amarillas
las turbas chispeantes de tus llamas;
y engulles hecho en lava las costillas
y esculpes cien torrentes cuando tocas
y estallas en pedazos esas rocas
que encienden candorosas mis mejillas
brindando de explosión con maravillas
el cráter impulsivo de tu boca.
En parcos silencios, resbalan desnudas
palabras calladas en bocas abiertas;
a veces esparcen mil perlas desiertas
que adornan con negros destellos, las dudas.
Y los soles te añoran
y las lunas me evocan
una lluvia de abrazos,
que entre cielos me tocan;
se repintan los lazos
con sus bellos momentos
y a galope desbocan
unos nudos discretos;
con sabor a secretos...
Son cuerpos que a solas destetan rutinas
y amamantan de nuevo otro halo de vida;
a veces me olvido...otras veces se olvida...
mudando las pieles por otras mas finas
y van estallando esos juegos prohibidos
dedos, caricias con sabor diferente;
desnudos de cuerpo, desnudos de mente
despertándose así los viejos sentidos
que estaban callados, que andaban dormidos...
Y los soles me arañan
y las lunas esbozan
soledades profundas
que dolientes me rozan
y mis ansias enfundas
entre viejos conceptos
que callados rebozan
los agrios sentimientos,
porque nadie es perfecto...
Son lunas que emanan y pintan de beso
las huellas de aromas y áureos encuentros,
peinando los rizos a los sentimientos,
rasgando el declive emanado de dentro
sí, mujer, tú lo sabes... tú
entiendes de eso...
En la brasas de tus ojos
danzan unos pies descalzos;
finos dedos acompasan
a tobillos adornados
con guirnaldas de jazmines
como si fuesen tatuados.
En las brasas de tus ojos
unos muslos van danzando;
lentamente se estremecen
las llamas a su contacto,
que pícaras y lascivas
la blanca piel van tocando;
un vientre plano desliza
de sensualidad colmado
suavemente.... para arriba;
dulcemente.... para abajo,
el embrujo de un rubí
en el ombligo incrustado.
En las llamas de tus ojos
un par de senos, bailando;
juguetean, se estremecen
a cada compás sonado,
con mechones de cabello
largo, negro, suave, lacio
que caen como cascadas
con intención de taparlos
y besarlos (si pudieran)
los pezones que dorados
van despuntándose al cielo
pues es el cuerpo arqueado
quien despoja del vestido
de ese cabello encrespado.
En el fuego de tus ojos
el capricho agazapado
emana fulgor intenso
en el iris reflejado;
se dilatan tus pupilas
e inclinas los párpados
en un sensual jugueteo
que vas pintando excitado
ya estremeciendo mis poros
ya humedeciendo tus labios
y esquivando la mirada
sin poder disimularlo
tras de mí, con un suspiro
incitas a liberarlo.
En el fuego de tus ojos
mi alma te va penetrando
y va dejando un embrujo
sobre la noche estampado
desplegando mil aromas
a jazmín recién cortado
por el cuerpo que desnudo
se contonea extasiado
y un resplandor ardoroso
a mi compás, va girando.
En las llamas de tus ojos
el deseo es liberado
y un brillo nuevo dibuja
sobre las ascuas quemando
los rescoldos que perduran
al éxtasis reflejado;
los pies permanecen fijos
las pieles se van trenzando
el fuego va consumiendo
la danza se va calmando...
En las brasas de tus ojos
Dos bríos ya están parados
Y solo quedan dos cuerpos
dormitando entrelazados.
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