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PROTESTA
Y OTRAS 
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En esta página encontrarás
las siguientes poesías:
MUERTE Y VIDA
Yo pretendo seguir enamorado
de la vida que muestra mi destino;
Subsistir por la muerte atenazado
es morir murmurando mi camino.
No me opongo al final de mi existencia,
no persigo el futuro ni el pasado,
no codicio sumirme en la inconsciencia
de este infierno a un cruel cielo condenado.
Siento, así, el sueño eterno
en tal manera
que hasta el ser se me antoja atormentado.
No pretendo morir en la quimera
de acabar resurgiendo en el olvido
que hoy oprime mi irrisoria calavera.
Doy ahora por zanjado lo vivido
renaciendo en la esencia de las flores
que alivian de ese infierno tan temido.
Y alejo mi lamento de terrores
y doblego el ronco eco de la muerte
asilando su razón en mis amores.
Volveré al fiel legado del inerte.
Cumpliré la sentencia oscura y
fría
por mortal prisionero de esta suerte.
Pero muerte..... aísla esta agonía
de vivir sin futuro ni presente;
deja al menos una ventana umbría
que acalle los temores de mi mente.
MADRID
Tierras altas madrileñas;
jaras, pinos y encinares
simbolizan tus lugares
dilatándose en tus peñas.
Sublimes son tus enseñas
de dura piedra y sillares.
El eco de tus cantares
es aire puro en las breñas.
Tienes, Madrid, armonía,
castillos, sueño y paisaje.
De tu sabor yo me traje,
rincón de la patria mía,
la candente poesía
de tu perdido linaje.
CELOS
El hierro en la forja
defiende la fragua
El fuego ya templa
a golpes su espada.
Cuchillos de hielo
recorren al alba
sus lacios cabellos;
su frente encrespada.
Claveles de sangre
despuntan la llama.
El aire trasluce
reflejos de plata.
Fría, en las tinieblas
de la madrugada,
su cuerpo sin vida
a solas descansa.
PENSAMIENTO
Yo pienso que trabajando
alguno se gana el pan
y que muchos otros van
por la vida aprovechando.
El trabajar murmurando
llega a ser carta de vida
y jugando la partida
uno desgasta el pellejo
para llegar hasta viejo
con la espalda dolorida.
Asumo que sin templanza
todo quehacer es muy duro
y que llegado un apuro
el trabajo da esperanza.
Yo nunca rompo una lanza
ni doy tampoco consejo
pues al tildarme de añejo,
si lo que digo no vale,
no puedo esperar que cale
mi experiencia en un espejo.
Quien trabaja todo el día
sin pensar en otra cosa
pierde fortuna y esposa
y malogra su alegría.
Y al recordar la agonía
que le salpica tormento
se aleja con el lamento
de quien comienza a estar harto,
y ve llegar el infarto
que acaba con su argumento..
El otro, que no trabaja,
pasa la vida cautivo
viviendo como mendigo
por tejer oro en la paja.
Y al opinar que no baja
el agua de fuente al trigo
pierde casaca y abrigo
y guarda recio el honor
muriendo como un señor
para cumplir su castigo.
¿Qué, el trabajo redime?......
¡Puede que sea verdad!
pero yo por lealtad
digo que a mí no me oprime.
Y si el trabajo me exime
de ser oveja perdida
está en la justa medida
encontrar la realidad
y vivir con frialdad
lo que se muere en la vida.
Yo evoco la fantasía
de no atender al concierto,
de ver que el mundo está abierto
al placer y a la alegría.
Y al sentir la vida mía
como poeta enclaustrado
esperaré del pasado
que la suerte me bendiga
hasta que alguien me diga
que el futuro es acertado.
SONETILLO A LA MUERTE
Vete ya muerte traidora,
no quiero sentir tu abrigo;
Ser tu profundo enemigo
es mi angustia redentora.
Negra eres, retadora.
¿Quieres amores conmigo?..
Yo nada quiero contigo,
¡vete!, que nadie te añora.
Yo he de volver a la tierra
pero hoy vencí la batalla
que pone fin a la guerra,
y al concebirte indolente
desde tu altiva muralla
te aparto ya de mi mente.
TIERRA INJUSTA
Qué oculto armoniza el pino
sus pesares de hoja verde.
¡Miserias despoja el clavel
en las naciones de siempre!
Madre, estoy sintiendo frío,
desnudo el viento me muerde;
los jardines de esta patria
lloran neveros de muerte.
Tengo hambre de esta tierra,
y sus señores no quieren
sembrar luz en las orillas
ni el los caminos laureles.
¡Calla, niño!, si te oyeran
los que del oscuro vienen,
trozarían con espadas
tus olivos y tus mieles,
cortarían de tu pecho
la flor roja de tu vientre,
sofocando, en esta siega,
la color gris de tus sienes.
Pero, madre, tengo sed
de soles que no calienten
los raigones de aquel árbol
nacido sin que lo siembren.
¡Calla, niño! que ellos
tienen
escopetas y lebreles
y mansos perros que dictan
silencios y duras leyes.
Yo tengo, madre, clavadas
esencias de aires silvestres,
y estrellas de oro que cantan
y avivan mi cuna inerte.
Los oscuros, por el prado,
a sangre llamando vienen.
Las flores callan al paso
de embravecidos jinetes.
Llora su pena la flauta,
llora el río su agua verde;
temblores de luna escapan
por la azulada pendiente.
Junto al estero de juncos
tarde y noche palidecen
y vuelan, desconsolados,
cielos, sueños, y laureles.
Acorralando la brisa
la vida, contra poniente
cortan la roja amapola.
de la entraña de su vientre.
Gime la noche sombría.
Entre sentidas paredes
oro y polvo, sangre llora
la madre de aquel valiente.
CASTILLA Y LEÓN
¡Ay Castilla , mi Castilla!
sol de luz y pensamiento.
Compañera, madre, hermana.
¡Castilla del Sufrimiento!
Vencida Castilla humilde,
guardas en vano tus miedos,
escondes cruel el pasado
y dormidos los recuerdos.
Comunera, gris Castilla,
saca de nuevo tu genio
que nada debes a nadie.
Tu voz es trabajo y empeño
Temprana Castilla ufana,
amada tierra de legos,
nunca te siento lejana.
¡Te llevo en mi pensamiento!
CUESTIÓN DE MORAL
Si debo pagar el precio
que conlleva su imprudencia;
¡lo pago!, a mi no me importa.
¡Quédense con sus conciencias!
Verán; en esto, señores,
media sólo la moral,
que siendo fortín del alma
les lleva a tomar con calma
su exceso de iniquidad.
Enmascararon sus faltas
(que graves fueron, por cierto),
y al ocultar sus errores
forjaron otros mayores
con su escasez de talento.
¡Observen, me causan lástima!
Cuando en la vida se yerra
no es de ser hombre honorable
negar el desliz palpable
y comenzar un guerra.
Y, por ser; es miserable
cargar su culpa en la ajena
y liberar así su alma,
pues por llevarse la palma
al mundo le causan pena.
Si debo pagar yo el precio
para suplir sus carencias;
¡lo pago!, a mi no me importa.
¡Quédense con sus conciencias!
A UN INÚTIL
Pobre necio desbarbado
hacedor de mal consejo,
no más sabio por más viejo
ni listo por ser letrado.
Siempre al dominio pegado
rondando bajas esferas;
tus hechos son las quimeras
de un trabajo mal llevado.
Director de pacotilla,
ora izquierda, ora derecha,
por mantenerte en la brecha
alivias cualquier postilla.
Si por saber quien escribe
ves que ésta letra te alude,
entiende que te desnude
y ya que diste recibe.
POESÍA A LA LUNA
Vates de prosa dormida,
haced un verso a la luna.
Cantad para que despierte,
una balada de espuma.
Llorosa en el firmamento,
sobre sus nubes de plata,
está durmiendo esta noche
la bella luna callada.
Dijo que tenía sueño,
que sus poetas de jara
se escapan entre sus brazos cual finos temblores de agua.
Prosa candente que quema
las puntillas de su enagua.
Hoy los poetas escriben
versos quebrados de fragua.
SAL EN LA CESTA
Mi sonetillo protesta
por caer en el olvido,
pues es poema perdido
cuando sale de esta testa.
Ya puedo echarme la siesta
o trabajar afligido.
¡Cifrar un verso vivido
es guardar sal en la cesta!
Sana es la envidia que quema
leyendo a los conocidos,
pues sea cual sea el tema
son por el noble aplaudidos,
ya escriban bellos poemas
o absurdos versos fingidos.
MANOS BLANCAS
Levantad las manos blancas.
Izad negras las banderas.
Doblad las roncas campanas.
De luto está nuestra tierra.
A voces un pueblo llama.
La muerte no hace fronteras.
El miedo absurdo reclama
justicia entre tanta pena.
Abrid poderes la trama.
Unid esfuerzos y quejas.
La paz ha sido robada.
La paz del pueblo se aleja.
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