|
AMOR
Y DESAMOR 
|
En esta página encontrarás
las siguientes poesías:
DECLARACIÓN
¿Querría usted, señorita,
que yo le pintase el cielo?
¿Me deja usted que le diga,
sin tapujos lo que siento?
¡Pero bueno; qué desdicha!
¡si tan sólo es sentimiento!
Yo no pretendo ofenderla,
quiero mostrarle mi sueño,
decirle que en mi cabeza
anda rondando hace tiempo,
una quimera que lleva
corazón grabado a fuego.
¡Solo intento decir algo.
Podrá marchar usted luego!
¿Sabe?, no puedo evitarlo;
¡La percibo tan bonita
que me tiene enamorado!.....
y beso el suelo que pisa,
y sus delicadas manos,
y estalla en mi alma la dicha
cuando la siento a mi lado.....
¡Hoy quiero pedirle su amor!
A la orilla de este lago
ansío alejar el dolor
que lejos de usted provoca
mi contenida pasión.
¿Querría usted señorita
brindarme su corazón?
AMOR ESCONDIDO
En una tarde de rosas,
por un caminito blanco,
la vi sublime, preciosa,
con un clavel en la mano.
Me acerco hasta su cintura
con mucho aplomo y cuidado
quitándome, en cortesía,
mi sombrero castellano.
¿Quién eres tú que
así luces
con un clavel encarnado?
¡Soy tan sólo una chiquilla
que baja a este pueblo llano!
Era tan linda su cara,
eran tan finas sus manos,
que quise que fuese mía
entre pinos y naranjos.
La tarde roja detiene.
el tiempo que va pasando
y yo la miro en las sombras.
La tarde la está mirando.
¿Quién eres tú que
me cantas
con ese tono calmado?
¡Soy tan sólo tu esperanza
que viene a este pueblo llano!
No quise que se alejara,
por el camino de álamos,
sin un beso de su boca;
fino jazmín de verano.
¡No te beso, que nos miran!
¿No ves que yo estoy temblando?
¿Qué diría si nos
viese
la virgen de los gitanos?
NO TE PERDONO
Al mar venderé tus ojos
azules y jaraneros,
pues me adulan retrecheros
para eludir mis enojos.
¡Pensaste que los abrojos
de tus labios embusteros
servirían, por traicioneros,
para cumplir tus antojos!
Lo que dijiste aquel día
desgarró mi corazón
destapando mis heridas.
¡Me mentiste, amiga mía!,
y no me implores perdón...
que lo que quieres, olvidas.
FRUSTRACIÓN
Quiera la vida en un soplo
que arrecie pronto el olvido.
¡Después de tantos recuerdos
sé que nunca me has querido!
Träe tu maleta de trapo,
la llenaré de cariño;
pondré allí mi vida entera,
mis versos y mi destino....
y guarda, por Dios, en ella
el odio que me has tenido.
Y cuando claves tus ojos
en la orilla del sentido,
con rabia y dolor recuerda
que yo siempre te he querido.
POETAS DE ANTAÑO
(Carbonerito)
Carbonerito me llaman;
carbonerito de nieve.
Traigo la canasta llena
de picón y de claveles.
(Poeta)
Yo soy trovador del mundo;
bufón de palabra inquieta,
escribo en verso tus sueños
por unas pocas monedas.
Di, carbonero, ¿qué quieres?
Quiero que me hiles en verso,
para entregar a mi amada,
un poema que en su pecho
que refleje mi esperanza.
Pues dime, carbonerito,
dime ya..., ¿cómo se llama?
Su nombre es entre las flores,
un murmullo de agua clara.
¡Entre todas es la reina!
-Rosa- se llama mi amada.
(Poema "de tu carbonerito")
En los jardines del hielo,
allá donde el sol no alumbra,
ya no existe la penumbra
si el mar refleja tu pelo.
Son tus ojos como el cielo;
¡azules!, y me deslumbra
la luz que de luna encumbra
tu ardor en tupido velo.
Tu nombre, mi vida, alcanza
el sentimiento quebrado
de ese amor que llaman ciego.
Dame sólo la esperanza
de un suspiro enamorado...,
¡que yo avivaré tu fuego!
Así marchaba el poeta
por los caminos de antaño
componiendo sonetillos
por unas piezas de estaño.
DOLOR
Hoy escribo para contarte
cómo me duele este día.
Hoy no puedo hablar de flores
ni de escarchas o sequías.
Las escaleras de antaño
se me antojan en la nada.
Los engaños, los anhelos,
desasidos de las ramas,
reviven confusas voces
que aligeran de mi espalda
la desventura de un día
plomo, roto, gris y jara.
Hoy escribo para contarte
cómo me duele, y no basta
sentir la vida desnuda.
Hoy la realidad me aplasta.
¿POR QUÉ NO VIENES?
Ella me llamó esta noche,
vagamente, entre suspiros.
Yo le pregunté; ¿qué
quieres?
¡Quiero que vengas conmigo!
Espera un poco, le dije,
espera que en mi camino
aún no lucen las estrellas.
¡Espera! Ya iré contigo.
De nuevo volvió a llamarme.
Suavemente, entre quejidos,
preguntó.. ¿por qué no vienes?
¡ven,conmigo, tengo frío!
Que espere un poco, me dije,
que espere. ¡Yo ya he cumplido!
y la noche me reclama.
¡Cuando fui se había dormido!
EL PARQUE
Amarillas, perezosas hojas,
voladoras ocres del otoño,
traedme los recuerdos dormidos
que la vieja fronda vistió de
oro.
Recuerdos de luz en las farolas
de las desnudas tardes calladas,
de los besos y tiernas caricias
en las sombras del parque robadas.
Recuerdos de los sueños vividos,
de los breves requiebros del alma,
de los dulces suspiros sentidos
entre aromas a tierra mojada.
Recuerdos del amor de quince años,
de la sonrisa plena del agua,
de aquellos viejos bancos cansados
que en momentos hicieron de cama.
Nostalgias radiantes del otoño,
de las desnudas tardes calladas.
Recuerdos del cariño vivido
entre aromas a tierra mojada
|
|
Otras
poesías de José Luis Muñoz

Copyright (c) 2001 Herrera & Muñoz. Todos los Derechos Reservados. zener@mi.madritel.es
|