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Ilustres magistrados de la Republica Bolivariana de
Venezuela, como ciudadano venezolano me siento llamado
a enviarles estas humildes pero sinceras palabras.
Después de leer un sin numero de mensajes de este
bienaventurado y apreciado "foro del tsj" que
permite: informar, intercambiar ideas, dar y pedir
orientaciones, conocer algo de leyes o simplemente
desahogar nuestras frustraciones; sobre la justicia,
se puede notar cuanta preparación nos falta para
construir una patria.
Pero también puede concluirse, que no se equivocan al
pensar que en sus manos esta el destino de Venezuela,
porque las acciones mas duras e injustas son las que
más enseñan y se quedan grabadas en la historia para
la eternidad, el pueblo es sabio, lo dijo Bolívar y no
fue un decir, a pesar de las campañas mediáticas, las
privaciones, el hambre, el terror, las intrigas y las
traiciones el pueblo se mantuvo de pie y el imperio
español fue derrotado.
Y entonces, si el pueblo es sabio, cual es la razón de
estar en esta disyuntiva sobre el antejuicio de
merito. Respuestas e hipótesis deben haber muchas y
expongo la presente a consideración:
Tanto en el pasado, como en el presente y en el
futuro, se necesitaran: los guías, los constructores
de caminos y los que rijan y corrijan los destinos de
la patria. He aquí el problema, elegir con tino si el
sistema lo permite a estos hombres, que como todo ser
humano esta en peligro de caer en cualquiera de las
trampas que se encuentran a lo largo de la vida. Jesús
ese socialista a carta cabal lo revelo francamente
"que tire la primera piedra quien este libre de
pecado" , esta verdad reduce el problema, porque
juzgarnos entre nosotros mismos no es la solución,
esto simplemente seria ventilar nuestras debilidades.
Muchos pensaron y con razón, crear leyes inexorables
para juzgar los delitos en contra del ser humano,
Bolívar fue una de ellos y trayendo a colación sus
palabras en el Congreso de Angostura les dejo a los
honorables magistrados el siguiente párrafo para que
reflexionen y como buenos bolivarianos tengan en
cuenta para su decisión la doctrina visionaria del
Libertador.
"El amor a la patria, el amor a las leyes, el amor a
los magistrados, son las nobles pasiones que deben
absorber exclusivamente el alma de un republicano. Los
venezolanos aman la patria, pero no aman sus leyes;
porque éstas han sido nocivas y eran la fuente del
mal. Tampoco han podido amar a sus magistrados, porque
eran inicuos, y los nuevos apenas son conocidos en la
carrera en que han entrado. Si no hay un respeto
sagrado por la patria, por las leyes y por las
autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo;
es un conflicto singular de hombre a hombre, de cuerpo
a cuerpo."
Honorables Magistrados, como señale en un principio
por hoy y por siempre los destinos de la patria se
encuentra en sus manos, para llevarla por los caminos
de la paz o la anarquía, porque en los libros que
consultara el pueblo para sus acciones futuras, no
debe aparecer un ejemplo que le permita horadar los
valores de la democracia y de la República, designios
que debemos defender por siempre y para siempre.
Atentamente,
Ing. Luis Díaz, un ciudadano más, de esta hermosa
Venezuela.
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