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Antes del Alzamiento, era
Brunete un apacible y tranquilo pueblo dedicado al cultivo de viñedos y la
siembra de legumbres o cereales, todo lo que podía permitir su terreno
arenoso y su clima extremo con inviernos duros y veranos secos y calurosos.
Dicen las crónicas que
contaba con dos médicos, un boticario, tres maestros. ¡y un notario!. Para
el esparcimiento estaba dotado de tres salones de baile, dos bares mas una
taberna, y como complemento disponía de tres asociaciones para fomentar las
relaciones sociales. En definitiva un vecindario que convivía en
fraternidad, aunque no era ajena a los acontecimientos que acaecían en la
España de aquel tiempo.
Pasaron varios meses tras el
comienzo de la Contienda, meses que obviamente transcurrieron bajo el signo
de la angustia y la zozobra, coyuntura extensible a toda la geografía del
Estado. De una u otra manera varios lugares habían experimentado ya el
zarpazo de la guerra. Brunete aparece por primera vez citado en los partes
nacionales el 30 de noviembre del 1936, cuando se dan por ocupadas
Villaviciosa de Odón, Móstoles, Pinto, Valdemoro y Fuenlabrada, en cualquier
caso no deja de ser un nombre mas... lo que importa es la proximidad de
Madrid. Con posterioridad, en enero del siguiente año, debido al corte de la
carretera de La Coruña entre Las Rozas y El Plantío, los leales llevan a
efecto una maniobra por el valle del Guadarrama en espera de retomar Brunete,
pero la tentativa fracasa.
¿Por qué Brunete?
No fue fruto de la casualidad
el que los parajes de Brunete se convirtieran en escenario de violentos
combates aquel tórrido verano del 37. La caída de Vizcaya y la fuerte
presión a que se vieron sometidas las tropas allí destacadas por la
República, obligaban a emprender una ofensiva que permitiera aliviar el
frente Norte, muy castigado por las luchas sostenidas. Dicha derrota,
agravada por la inminente pérdida de Santander, hizo que Juan Negrín, por
entonces Presidente de Gobierno, planteara una operación militar junto a
Indalecio Prieto (Ministro de Defensa) destinada a romper el semicerco
rebelde que en parte envolvía Madrid. La situación del pueblo, ubicado en la
intersección de dos vías de relativa importancia (El Escorial-Navalcarnero y
San Martín de Valdeiglesias- Alcorcón) abocaron a esta villa a transformarse
en futuro campo de batalla. Pero Brunete estaba destinado no sólo a ser
objetivo militar, sino también político. Descartada una posible acción sobre
Oropesa (To), y ante la imposibilidad de abarcar dos puntos alejados como
Mérida y el valle del Guadarrama (otras opciones), la situación exige
decantarse por una de las alternativas contempladas, y aquí es donde surgen
las primeras discrepancias. Mientras Miaja se resiste a la operación en la
ciudad extremeña, contando con el apoyo de Gregori Mijailovich Stern (Gregorovich),
Grigori Kulik (Kupper) y Jacob G. Schmutchkievich (Douglas), mas el del
Buró Político del PCE, Largo Caballero aboga por una rotura de la zona
nacional.
En principio el inicio de la
maniobra era el 7 de mayo, pero una serie de negativas y pretextos la
demoraron, hasta que la crisis de Barcelona abortó definitivamente la
"Operación Extremadura", triunfando pues la preferencia de los comunistas
por el frente de Madrid, único lugar donde se había derrotado al enemigo y
donde se encontraban las mejores y más disciplinadas unidades. El general
Vicente Rojo preparó en torno a 50.000 hombres, toda la aviación disponible,
100 carros de combate, 30 blindados y 164 piezas de artillería, en algunos
casos trasladadas de otras líneas.

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