Suizos

 

Estas tropas también eran mercenarias; se diferenciaron de los lansquenetes en que su alquier lo decidían las ciudades suizas o sus ligas cantonales, no eran contratados directamente por un jefe militar, como ocurría con los anteriores.

Siempre se ha creido que estas tropas siempre fueron enemigas naturales del Imperio, ya que temían ser absorbidos por él, y que preferían luchar con los franceses por motivos políticos y económicos, pero esto es falso. Durante el reinado de los Reyes Católicos ya hubo suizos al servicio de España durante la Guerra de Granada y posteriormente en Italia, o al menos como aliados de aquella monarquía.


Su arma preferida fue la pica, con la que derrotaron y dieron muerte en el siglo XV al duque de Borgoña, "Carlos el Temerario", bisabuelo paterno del Emperador. Desde ese momento adquirieron una gran reputación, ya que no podían ser derrotados por la caballería pesada de la época, el arma más terrible de un combate.

El armamento era idéntico al usado por los alemanes, la principal diferencia estribaba en que en vez de usar la espada corta, estaba más extendido el uso de un cuchillo largo. Algunas narraciones de la época también diferenciaban la longitud de la pica, la de los suizos parece ser más larga. Los suizos completaron durante más tiempo, a diferencia de españoles y alemanes, su cuadro de picas con una proporción de ballestas claramente superior a la de escopetas, espingardas y arcabuces (armas de fuego portátiles).

A principios del siglo XVI, no obstante, los suizos al servicio de la Santa Liga fueron derrotados por el ejército francés (comandado por Francisco I en persona) en la batalla de Marignano. Los franceses emplearon ampliamente los cuadros de piqueros suizos para complementar a su caballería pesada.

En repetidas ocasiones y durante las batallas de Atella, Ceriñola, Garellano, Bicoca o Pavía, el vetusto y megalítico cuadro suizo se reveló ineficaz ante los lansquenetes alemanes y los soldados españoles, que mediante el uso del rodelero propinaron sonoras palizas a los helvéticos.

Suizos eran también los soldados que defendían al papa Clemente VII durante el Sacco de Roma. Gran número de ellos, rota la defensa en los muros de la ciudad, se retiraron a la carrera mientras otros arrojaron las armas pidiendo una clemencia que no obtuerion. Tan solo un reducido número de ellos (unos 500) le defendieron en su encierro en Castillo de Sant'Angelo. Ese día, el 6 de Mayo de 1527, es conmemorado todos los años por la Guardia Suiza vaticana mediante la jura de bandera de la nuevos miembros.

 

Los tercios en las campañas del Mediterráneo. S. XVI (Italia). Eduardo Mesa & Emilio Arredondo, Editorial Almena. Texto adaptado y ampliado por David Nievas, "Targul". Ilustración de Gerry Embleton.