GRAU  El peruano del milenio

Reynaldo Moya Espinosa

Carátula

Contenido

Prólogo

Capítulo I

Capítulo II

Capítulo III

Capítulo IV

Capítulo V

Capítulo VI

Capítulo VII

Capítulo VIII

Capítulo IX

Capítulo X

Capítulo XI

Capítulo XII

Capítulo XIII

Capítulo XIV

Capítulo XV

Bibliografía

Biografía de R. Moya E.

 

CAPÍTULO VII:

EL COMBATE DE IQUIQUE

1.- Parte de Grau sobre el combate

2.- Parte del comandante Juan Guillermo Moore

3.- Los muertos y los heridos

4.- Después del combate

5.- Carta de Grau a Prado

6.- Carta a la viuda de Prat

7.- Carta a Montero

8.- Carta de la viuda de Prat a Grau

 

8.- Carta de la viuda de Prat a Grau 

Dos meses más tarde de la fecha de la carta  que Grau envió a la viuda de Prat, ésta le contestó, agradeciéndole en los siguientes términos: 

Doña Carmela Carvajal viuda de Prat

Valparaíso 1º de agosto de 1879

Miguel Grau.

Distinguido señor. 

Recibí su fina y estimada carta  fechada a bordo del monitor “Huáscar” en 2 de junio del corriente año. En ella, con la hidalguía  del caballero antiguo, se digna Ud. acompañarme  en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo;  y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que encontraron sobre la persona de mi querido Arturo; prendas  para mí de valor inestimable por ser, o consagradas por su afecto como los retratos de mi familia o consagradas por su martirio, como la espada que lleva su adorado nombre. 

Al proferir la palabra martirio, no crea Ud. señor, que sea mi intento culpar al jefe del «Huáscar» la muerte de mi esposo. Por el contrario, tengo la conciencia de que el distinguido jefe, que arrostrando el furor de innobles pasiones sobre excitadas por la guerra, tiene hoy el valor, cuando aún palpitan los recuerdos de Iquique, de asociarse a mi duelo y de poner muy alto el nombre y la conducta de mi esposo en esa jornada, y que tiene aún  el más raro valor  de desprenderse de un valioso trofeo, poniendo en mis manos una espada que ha cobrado un precio extraordinario por el hecho mismo de no haber sido jamás rendida; un jefe semejante, un corazón tan noble, se habría, estoy cierta, interpuesto, a haberlo podido, entre el matador y su víctima, y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su patria, como desastroso para mi corazón. 

A este propósito, no puedo menos de expresar a Ud. que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales, que hacen revivir en América las escenas de los hombres de la epopeya antigua. Profundamente reconocida por la caballerosidad de su procedimiento hacia mi persona y por las nobles palabras con que se digna honrar la memoria de mi esposo, me ofrezco muy respetuosamente, de usted atenta y afectísima. S.S. Carmela Carvajal de Prat. 

Sobre el combate de Iquique, hay que reconocer, que la “Esmeralda” era un barco relativamente débil de madera y con poca artillería, pero los artilleros chilenos estaban largamente entrenados y tenían muy buena puntería lo que no ocurrió con los artilleros peruanos. 

La “Esmeralda” no se rindió y se hundió con la bandera al tope y con mucho personal a bordo, los que en gran número murieron por el efecto de succión. 

Cuando el «Huáscar» alcanzó al barco enemigo con el espolón, hubo un momento en que  la cubierta del monitor se incrustó en la nave enemiga, y según algunas versiones, por efecto del golpe, Prat que estaba en lugar próximo fue impelido bruscamente a la cubierta del «Huáscar» que era mucho más baja. Eso hubiera significado que, no habría habido en Prat una acción voluntaria, lo que le quitaría mérito. Por nuestra parte la consignamos, por tratarse de una versión muy difundida, pero no la avalamos.