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En Egipto se desarrolla una cultura aislada y pacífica. A pesar de lo que muchos creen, el País de las Dos Tierras no es guerrero por naturaleza. A lo largo de su historia, todos los pueblos vecinos acosan sus fronteras con afán de apoderarse de sus riquezas, principalmente a causa el Nilo. Cuando una de éstas situaciones de emergencia aparece, se organiza una leva. Para éstas "misiones", se reclutan jóvenes, que una vez terminado el conflicto, regresan a sus oficios ó labores. A medida que el Imperio se hace fuerte, cada nomarca se procura un ejército particular. Es tan solo durante el Imperio Nuevo, con la ampliación de fronteras, es necesario constituir un ejército profesional. Durante el Imperio Antiguo, sin embargo, el ejército no existe como tal, y por ello el único grupo permanente está formado por mercenarios nubios ó libios. Su indumentaria está formada por taparrabos y adornos de cuero. A este cuerpo, a pesar de todo de élite, se unen los hombres de la tierra de Kush, país vecino y controlado por Egipto desde tiempos inmemorables. Los nubios suelen ser arqueros, dad su dote para el arco, que son bastante curvados y las flechas están fabricadas con punta de sílex. Los kemitas, no en vano llamaban a Nubia "Tierra del Arco". La infantería de egipcia, básicamente está compuesta por lanceros, arqueros y en el Imperio Nuevo se forma otro grupo, las caballerías. La gran mayoría de lanceros son egipcios, y sus ropas de guerra son simples: una simple falda blanca, puesto que el extremo clima africano no permite utilizar demasiada ropa. Durante el Imperio Antiguo y el Imperio Medio, el soldado apenas carece de armadura, si acaso algunas tiras de cuero que cubrían el torso del individuo. Sin embargo, durante el Imperio Nuevo, vemos a los faraones ataviados con espléndidas corazas de metal precioso. Algunos egiptólogos han sugerido que, tal vez, solo las hubiesen llevado en las representaciones, y para ello, toman ejemplo de muchas imágenes de Seti I, el cual aparece sin ninguna armadura en los campos de batalla. Para las ocasiones más drásticas, tomamos nota de lo que un noble de la XI Dinastía nos dejó en su morada para la eternidad. El noble Kheti muestra a una pareja de infantes protegiéndose del frío bajo una cubierta móvil. Ambos avanzan hacia la entrada de una fortaleza, y portando un espolón que está destinado a intentar derribar la puerta de entrada. Sus armas son una lanza con un extremo afilado y acabado en punta metálica, y un escudo de madera recubierto de piel pintada. El ejército está muy bien organizado, y en su cabeza está siempre el faraón, si bien es cierto que no todos los reyes van a primera línea de guerra, sino que delegan su poder en el Estado Mayor, sus generales. Sin duda, la batalla más famosa es la de Qadesh, en la que el faraón Ramsés II se enfrentó a los hititas. Los archivos de los dos bandos enfrentados, nos narran una increíble batalla, que aunque no resulte creíble....¿por que no iba a ser cierta? Los porta estandartes abren el paso a las tropas, llevando la insignia de cada división: La división de Ptah de Heliópolis, la división de Amón de Tebas, la división de Ra de Menfis, y Ramsés II creó, en honor a su padre, la división de Seth de Per-Ramsés. Largas marchas y lucha cuerpo a cuerpo forman la dura formación del soldado. El rancho consiste en pan, carne, verduras y algo dulce. Los alimentos son transportados en carros. Agua y vino en tinajas de cerámica. Montar el campamento, desarrolla una gran actividad. Infantería son los primeros en llegar, y colocan sus escudos alrededor del lugar. Los soldados buscan materiales para construir el campamento, y los encargados de la intendencia descargan los víveres, siempre bajo la atenta mirada del escriba, al cual no se le escapa ni un detalle. Durante el Segundo Período Intermedio, llegan los Hicksos, y con ellos el carro de combate. A cada carro de combate, se le coloca una aljaba ó carcaj, que es un estuche para las flechas. Este carro, es una plataforma de madera en forma de herradura, con un parapeto que cubre el frente y los laterales del carro. Un dato, más que curioso, sorprendente es el hecho de que cada acción combinada de diez carros egipcios, causa en diez minutos unas 500 bajas, una cifra enorme en proporción a los ejércitos de la antigüedad. El carro se construye con maderas ligeras. Se usa también cuero y bronce, marfíl y metales preciosos. Se forman los maestros carroceros, que solo construyen carros. Los guarnicioneros construyen los diversos elementos del tiro: frontada, muselera, collera, anteojeras, bocados de freno, riendas, sillas... etc. El carro de combate recibe el nombre de Thent-hetor. Las armas, son al principio rudimentarias, de piedra. Luego de cobre y más tarde de bronce. En el Predinástico, destaca el hacha de piedra, que estaba formada por un mango de madera y una plancha de piedra, recubierta de jeroglíficos con el nombre del faraón. Una pieza de cobre unida a un mango de madera, igualmente biselada con escritura neter. En el Segundo Período Intermedio, se adaptan nuevas armas, una de ellas, una formidable y letal espada curva, llamda Jeshep, que procede de Asia, y su uso es exclusivo para el faraón. En el combate cuerpo a cuerpo, se usan puñales: de sílex en el Antiguo Imperio, de cobre en el Imperio Medio y en el Imperio Nuevo son de bronce. Están también las jabalinas, que no sufren cambios en su aspecto, aunque si en su constitución, siendo formadas por una lanza de madera, acabada en punta, siendo en el Imperio Antiguo de sílex, en el Imperio Nuevo de cobre y en el Imperio Nuevo de bronce. La protección del soldado, es un simple escudo, que al principio se fabrica con un caparazón de tortuga, y luego de madera cubierta con piel pintada. Los arcos y flechas se usan desde el Predinástico. A partir del segundo milenio, varió el uso de las armas. El arco, por ejemplo, pasó a ser utilizado con ambas manos, y junto al arquero se incorporó un compañero que lo protegía. Se incorpora el protector alto, para que los arqueros puedan protegerse de las flechas enemigas. En el Imperio Nuevo, los escudos de metal eran mucho más pesados, por lo que se optó por escudos de cuero con placas de madera. Estos se sujetaban al cuerpo mediante una cinta de cuero. En las representaciones de la batalla de Ramsés III contra los Pueblos del Mar, vemos los escudos redondos, una importación del mundo egeo. A lo largo de su historia, el soldado egipcio apenas sí varió sus atuendos y su forma de regir los estatutos internos de esta institución que no era sino una jerarquía más dentro del sistema interno de gobierno del Rey, el Faraón de Egipto. |
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