La gerencia no puede descuidar
en ningún momento el entorno en donde labora, ese en que
participa la organización de la que es responsable, requiere
saber controlar los efectos de las variables circundantes, de
sus efectos tanto positivos como negativos, especialmente estos
últimos a fin de contrarrestar aquellos que atentan contra
la buena marcha de la empresa. Debe ser conocedor de los cambios,
características del entorno, como en el caso que nos concierne,
el venezolano que es incierto, riesgoso, impregnado de incertidumbre,
en otros términos de turbulencia, de constante amenazas,
pero también nos brinda oportunidades.
Ante esta realidad en donde
por ejemplo, la ausencia de planes económicos convincentes
del actual gobierno, conlleva a que una buena gerencia sepa contrarrestar
la crisis que actualmente se enfrenta y definir estrategias que
le garanticen a la organización el logro de su misión,
de otra forma, la amenaza puede hacerla desaparecer del mismo
entorno.
Ante la evidencia de un entorno dinámico,
turbulento, de acelerado cambios, se nota el cómo estas
surgiendo una nueva generación de ejecutivos con mentalidad
estratega, audaces, capaces de afrontar diferencias culturales
profundas, de afrontar los retos. De ahí, que justamente
se insista que esta capacidad comunicativa- especialmente entre
los japoneses- que se considera fundamental para el éxito
de empresas cada vez más internacionales.
Cuando hablamos de programas de mejora de la
gestión empresarial, de inmediato se nos viene a la mente
una serie de conceptos como Gestión de Calidad Total,
Just in Time, Reingeniería, CRM, ERP, Programas de fidelidad,
por nombrar algunos.
Quienes hayan tenido la oportunidad de participar
en la implementación de algunos de estos proyectos, conocen
en forma bastante amplia los beneficios que estas herramientas
otorgan a las empresas. No es por lo tanto extraño que
la década de los noventa se haya caracterizado por los
millones de dólares invertidos por empresas alrededor
del mundo en este tipo de programas.