Núm 27, II Época  - Octubre 2000 - Edita FE-JONS  -  La Falange  

Director: Gustavo Morales


Francia, pluralidad de la derecha

Por la unidad nacional. Pamplona 2000
Jesús López

Arriba España
Cristina de Asturias

Algo más que urnas
Enrique de Aguinaga

La verdad mediática
Gustavo Morales

Con pluma ajena Corrupción Antonio Martín Beaumont

Del palo a Rusia al palo a Falange
Francisco Otazu

Editorial FE

Corrupción en Barcelona
Redacción Cataluña

Héroes o verdugos
Emilio L. Sánchez Toro

Mujer y religión

Companys
José Mª G. de Tuñón

Justicia centrada

FE 26

Gandhi contra ETA
Manuel Parra

La verdad mediática ha sustituido a la verdad auténtica. 

El país galo ha ocupado un lugar importante en el panorama político de la derecha autoritaria. Francia, ha sido la cuna de pensadores tradicionalistas como De Maistre y Bonald; de nacionalistas, como Barres y Drummont; de nacionalistas íntegros, como Maurras y Daudet y fascistas, como Valois, Doriot, Brasillach o Deat. Pero, del mismo modo, que Francia ha demostrado ser un semillero de variadas teorías derechistas, también, ha sido señal de la profunda desunión de los derechistas franceses.

La Segunda Guerra Mundial, se saldó en el país galo con una profunda represión sobre los elementos colaboracionistas que desorganizaron a la derecha y le imposibilitaron a una gran parte de sus dirigentes por muerte o inhabilitación política. De este modo, el democristiano MRP fue quien reunió a la mayor parte del sector social derechista. Algunos grupos pudieron reorganizarse, como Reconciliación Francesa, reuniendo a los antiguos hombres del coronel La Rocque. La derecha radical tuvo el problema de la falta de dirigentes sin el pecado colaboracionista. La importancia de Andre Mutter y de Jean Ebstain, del Comité Francés por la Defensa de los Derechos Humanos, se debió a su antigua pertenencia a la resistencia.

1. El poujadismo y la guerra de Argelia

La derecha radical gala esta marcada por tres experiencias que la han rescatado de la marginalidad política. La primera fue el fenómeno poujadista, vinculado a las protestas huelguísticas contra los impuestos que se desarrollaron en el departamento de Lot-Garona. Pierre Poujade, antiguo populista de Doriot, reunió a una clientela clásica de la derecha tradicional y de la Francia de provincias. Artesanos, pequeños campesinos y comerciantes de barrio fueron los que se sumaron a la UDCA de Poujade. Pero su mensaje agresivo contra la IV República y su nacionalismo reunió a parte de los antiguos vichistas, que veían en Poujade un discurso parecido al de su Revolución Nacional y a jóvenes neofascistas animados en su nacionalismo.
En las elecciones generales de 1956, la UDCA después de varios éxitos locales consiguió elegir a cincuenta y dos diputados. Pero su mensaje anárquico y populista, defensor de una sociedad tradicional de pequeños propietarios y preindustrial, no pudo sostenerse por falta de disciplina y de liderazgo. Este voto de protesta, aunque resucitó un voto tradicionalista en La Vendee, poco después desaparecía en la corriente mayoritaria del gaullismo. 
El segundo acontecimiento que estimuló el nacionalismo francés he hizo olvidar el periodo de la colaboración fue la guerra de Argelia. Después de la pérdida de Indochina, la de Argelia con un millón de europeos y ricos pozos petrolíferos parecía embargar el futuro de Francia. La ineptitud y descrédito de la clase política de la IV República recordaba demasiado a la de la III República, numerosos grupos derechistas franceses, herederos del vichismo, junto a grupos de pies negros y a militares profesionales, antiguos miembros de la Francia Libre, coordinaron sus acciones para un golpe de fuerza el 13 de mayo de 1958, que dio lugar a entregar el poder a un nuevo Petain, el general De Gaulle.
Cuando De Gaulle permitió la independencia argelina, la derecha radical se activó apoyando el fracasado golpe del general Salan en Argel y posteriormente con la campaña terrorista de la OAS (Organización del Ejército Secreto). Entre estos apoyos, la Joven Europa fue uno de los grupos más innovadores del neofascismo. Fundado por el belga Jean Thiriart, propugnó un nacionalismo paneuropeo hasta el Mar del Japón, defensor de un materialismo pragmático que rompía con la tradición cristiana de la mayoría de los nacionalismos tradicionalistas. Pero, su activismo neofascista le llevó a la prohibición en 1958. El exilio de parte de los dirigentes derechistas en España (Pierre Lagaillarde, Maurice Gingembre y Jean Jacques Susini) por su activismo en favor de la OAS provocó a su vez un deseo de unidad en el entorno radical. Aunque, las diferencias personalistas de la derecha estaban bien claras en la familia Sidos, cuatro hijos de un fusilado por colaboracionista. Militantes en la Joven Europa: Jacques fue encarcelado por apoyar a la OAS, Francois fundo Europa-Acción y su hermano Pierre el grupo Occidente. Ambos, afínes ideológicamente, pero contrarios y enemigos en todas las campañas que patrocinaban en los años sesenta. Este deseo de unidad se intentó por primera vez con la campaña presidencial de Tixier-Vignancourt en diciembre de 1965. El antiguo funcionario vichista volvió a la actividad con su defensa de los principales dirigentes de la OAS procesados. De este modo, consiguió concentrar en su persona la atención de los numerosos grupos pro-”Argelia francesa” existentes. Pero, como entre sus apoyos estaba el ala juvenil y más neofascista del desvencijado poujadismo, tuvo la oposición del antiguo tribuno de los artesanos y comerciantes. El resultado de Jean Louis Tixier-Vignancourt fue un escaso 5%, que no contribuyó a la ansiada unidad de la derecha radical.

2. El fenómeno del Frente Nacional

La derecha radical tendría que esperar a reorganizarse en 1972 con la constitución del Frente Nacional. El FN, fundado por el antiguo diputado poujadista Le Pen, Alain Robert de Orden Nuevo, Francois Brigneau exmiembro de la OAS, Rogert Holeindre del Movimiento Nacionalista del Progreso y Pierre Bousquet de Militant y Francois Duprat del Partido Nacionalista Francés que entraron dos años después. Pero, no tuvieron el éxito esperado quedando como un grupúsculo más de los numerosos del Barrio Latino. El fracaso provocó la salida de Alain Robert quien fundó con la gente de Orden Nuevo, el Partido de Fuerzas Nuevas en 1974, consiguiendo el reconocimiento del MSI italiano y de Fuerza Nueva española a la que copió su nombre. Sin embargo, su política de infiltración le llevó al desastre, porque al no tener confianza en su propia acción movilizadora intentó introducir sus ideas en los partidos democráticos ya instalados. Pero, la insignificancia electoral del PFN no podía determinar la dirección política del RPF gaullista. En 1981, el grupo acabó desapareciendo del panorama político.
El partido de Le Pen era un movimiento sustentado en su liderazgo en torno al cual agrupaba a diferentes grupos ideológicos apartados de la política tradicional. Supervivientes de la época vichista, nacionalistas-revolucionarios, legitimistas monárquicos, integristas católicos, repatriados europeos de Argelia y nacionalizados procedentes de países del Este comunista. Toda una torre de Babel de la extrema derecha, en la cual la unidad se concretaba en la fidelidad al líder Le Pen, un hombre experimentado desde joven en las lides políticas. Además, su liderazgo se afianzó con la salida de los elementos más revolucionarios en 1981, tras el asesinato del historiador Francois Duprat en 1978. El elemento más neofascista salió con Pierre Bousquet y formó en 1983, el Partido Nacionalista Francés, una alternativa más revolucionaria y fiel al fascismo del periodo de preguerras, que se alió con la Obra Francesa de Pierre Sidos.
Por el contrario, el FN ha creado una imagen pragmática de un nacionalismo francés atrayente a las clases populares con una política preferencial hacia el trabajador galo ante el inmigrante magrebí. Su imagen derechista ha sido favorecida por la salida de Alain Robert y Pierre Bousquet, más revolucionarios, y sustituidos por gente como Bernard Anthony del Comité Cristiandad-Solidaridad, procedente del CNIP de la derecha democrática, Jacques Vaysse-Tempé del RANFRANOM de repatriados pied noirs; Bruno Megret, François Bachelot y Pascal Arrighi del RPF y Jean Roussel y Jean Durieux de la UDF en 1984. 
Con una población alógena de cuatro millones, en su mayor parte magrebies y descendientes nacionalizados, y con la crisis económica reinante. Un discurso claro sobre la preferencia al trabajo del francés "de sangre" ha tenido su éxito electoral. En las elecciones europeas de junio de 1984, el voto proporcional y la salvedad de ser un voto para unas elecciones sin consecuencias en Francia, provocó un voto en conciencia que proporcionó a FN el 10´95% y diez diputados. 
La fidelidad del voto a los partidos tradicionales lo explicó como un fenómeno pasajero de protesta que volvería a su cauce en las próximas elecciones generales, cuando la derecha democrática coaligada en el RPF-UDF tenía oportunidad de arrebatar el poder al socialismo. Pero el presidente Mitterrand introdujo el método proporcional para evitar la mayoría absoluta de la coalición derechista en una segunda vuelta. Este cambio ayudó al FN que repitió en marzo de 1986 su victoria electoral con el 9´8% y 35 diputados, que le consagró como la cuarta fuerza política gala. Le Pen había conseguido conjurar el peligro de ser un Poujade pasajero.
En las elecciones presidenciales de 1988, Le Pen con la oposición de todo el espectro político tradicional consiguió un sorprendente 14´3%. La conmoción en Francia fue grande y obligó al resto de los políticos a radicalizar sus posturas ante los inmigrantes con declaraciones sorprendentes de Jacques Chirac y Valery Giscard d´Estaing, que siempre se han opuesto a establecer alianzas con ellos, como el PSF hace, por el contrario, con el PCF. En las elecciones generales de ese año el FN mantuvo el 9´6% del voto aunque con el pase al sistema mayoritario por el gobierno de centroderecha, primero de la cohabitación, se quedó en la segunda vuelta con una diputada. En las municipales de marzo de 1989, el FN obtiene un escaso 4´6% al no tener anteriormente ninguna base municipal. A pesar de todo, en las europeas de junio de 1989, Le Pen recuperó su electorado con el 11´7% y revalidó los diez diputados. En los siguientes comicios el FN obtuvo en marzo de las cantonales de 1992 el 11´6% y en las generales de marzo de 1993 llegó al 12´4%, aunque con el sistema mayoritario y la marginación practicada por el RPF-UDF no tuvo representación en la Asamblea Nacional. Como es tradicional en Le Pen, en las europeas de 1994 revalidó los diez diputados con un 10´5%, fuerza que le sirve para ser el elemento dominante de la derecha radical en la Unión Europea. Le Pen ha conseguido su mayor éxito en las presidenciales de abril de 1995, con un 15´15% del electorado a pesar de la competencia de Philippe de Villiers. El aristócrata procedente de la UDF, con un mensaje antieuropeista y un discurso tradicionalista ha conseguido un 4´7% reclutado especialmente en la zona tradicional de la derecha, los departamentos del oeste y La Vendèe. Por el contrario, Le Pen ha obtenido sus resultados entre el electorado izquierdista desencantado del norte y del este, y especialmente en los repatriados de Argelia de la Costa Azul y Córcega. Su mensaje de seguridad, trabajo preferencial para los franceses y antieuropeismo ha conquistado a los obreros en un 25% y a los parados jóvenes en un 35%, afectados por la crisis metalúrgica. Mientras, de Villiers se ha hecho con un público acreedor del tradicionalismo vendeano, Le Pen lo hace del populismo de Doriot, el único fascismo proveniente de la reconversión de una rama comunista francesa al nacionalismo galo. En las legislativas de mayo de 1997, el FN revalidó su electorado con el 14´94%, aunque por utilizar el sistema a dos vueltas, su representación se redujo a un diputado por Marsella.

José Orella para el Instituto de Estudios Políticos