Núm 31, II Época  - Abril 2001 - Edita FE-JONS  -  La Falange  


Inmigración sí pero controlada

Julio Ruiz de Alda

      

Tolerarás al inmigrante
Antonio Martín Beaumont

España, antes monárquica que rota
Emilio L. Sánchez Toro

Editorial FE

Reconciliación
José Mª Gª de Tuñón

Una cuestión de dignidad
Miguel Ángel Loma

Puerto Rico
Redacción

      

Una prez por España
Enrique Olagüe

El problema de la llegada masiva de emigrantes a España comienza ya a vislumbrarse como unos de los problemas fundamentales al que tendrán que enfrentarse los españoles en un futuro inmediato. La llegada de ciudadanos del este de Europa, hispanoamericanos, magrebíes y subsaharianos están trasformando a ojo vista nuestra sociedad.

La sociedad española se debata entre la intransigencia racista de unos pocos y el espíritu de acogida y piedad tradicional en nuestra cultura. Grupos de izquierda radical, colectivos religiosos, jovencitos indocumentados, periodistas oportunistas apelan a nuestra conciencias y venden periódicos o logran subvenciones a costa de los hombres y mujeres que se juegan la vida en las pateras.
La sociedad está dividida en el tema de la emigración. Todos y cada uno de nosotros tenemos una parte que comprende y apoya a los emigrantes, junto a otra que los rechaza y les teme. La Falange se encuentra en está tesitura, ¿que postura adoptar? Nuestro ideario surgido en los años 30´ del siglo pasado no se planteaba la cuestión. Los azules debemos adoptar una postura oficial ante el problema y, una vez abierto el debate, llegar a una conclusión valida para todos, que acatemos como uno sólo hombre, estando dispuestos a defender conjuntamente lo acordado. Ya está bien de ser el único partido en el que todos decimos ser mitad mojes mitad soldados pero nos caracterizamos por la más absoluta indisciplina. Como decía Narciso Perales “mandar en la Falange es más difícil que llevar tres gatos en fila con una varita por la Gran Vía”.
En beneficio del debate, antes de que se llegue a una opinión azul respecto al problema de la emigración, aporto un punto de vista más. La Falange no es un movimiento racista, lo que no quiere decir que tengamos que apoyar o admitir la llegada indiscriminada de cualquier grupo de población a asentarse en nuestro país.
La emigración es uno de los factores que sin lugar a dudas enriquecen las culturas, lo que no quiere decir que el mestizaje sea un valor en si mismo. España desde hace siglos tiene una cultura, un pueblo, una religión, unas formas de estado, unos valores y una costumbres y formas de vida perfectamente definidas. Que tienen valor e importancia -sobre todo en nuestro caso- suficientes para ser conservadas por si mismas. Todo lo que hagamos para que estos valores desaparezcan es un error y una traición a nosotros mismos y a nuestros hijos.
España debe acoger emigrantes, pero entre aquellos grupos en los que la integración, la disolución en nuestro pueblo y cultura sea factible. Suecos, alemanes, ucranianos y rumanos, por ejemplo, junto a argentinos o chilenos, son más fácilmente integrables en nuestra sociedad lograndose sin grandes problemas que en la segunda o como muchos tercera generación sean tan españoles como un castellano viejo. Muy diferente ocurre con subsaharianos, asiáticos y musulmanes, así como algunos grupos de hispanoamericanos que, por sus particularidades culturales, tienden a formar getos y oponerse activamente a la integración. Esto es un realidad que podemos ver en muchas ciudades de Europa, siendo París, Londres o Berlín muy buenos ejemplos.
Una cuestión importantes es la cantidad de emigrantes de cada grupos nacional a acoger dentro de nuestra fronteras. Un numero importante y concentrado en zonas muy concretas supone un claro peligro para la pervivencia de nuestro sociedad y cultura. Tan peligrosos son varios centenares de miles de magrebíes como de europeos. Recordemos el caso de Mallorca donde ha sido necesario dar leyes para obligar a poner los carteles e informaciones en bares, hoteles, tiendas, etc. en español frente a invasión de residentes y turistas alemanes.
Los azules debemos defender una emigración controlada en el número y la procedencia, aplicándose el sistema de cupos por países. Siendo importante en la selección la raza, cultural y situación sanitaria de los individuos que aceptemos para vivir con nosotros. Recordemos que más del 50% de los delitos que se comenten en España son realizados por emigrantes, especialmente por africanos .
Otro tema importante directamente relacionado con la emigración es la aplicación de la leyes. Resulta curioso que a un ciudadano español la ley se le aplique con todo rigor, como por otra parte es lógico -se le cobren impuestos, se le incauten cuentas corrientes, se le detenga y encarcele etc.- mientras que un emigrante obtiene gratis casa, seguridad social, colegio para sus hijos, al tiempo que puede vivir en España sin papeles, conducir sin carnet, ejercer la prostitución o mendigar sin que ocurra nada. La ley debe ser igual para todos. El Estado no sólo debe obligar el cumplimiento de la leyes a aquellos que por ser ciudadanos responsables no pueden ni quieren evadirse de sus responsabilidades, como nos ocurre a casi todos los españoles de carnet, debe hacer cumplir las leyes a todos por igual, pero muy especialmente a aquellos que se encuentran ilegalmente en nuestra patria. El extranjero que se encuentre ilegal, que cometa delitos debe ser inmediatamente expulsado y nunca, nunca se le debe admitir su entrada. El Estado debe cumplir con pulcritud nuestra leyes. ¡Ya está bien de ver como la policía detiene a un emigrante ilegal tras cometer un delito y en 24 horas vuelve a estar en la calle!
Estas realidades no nos debe hacer olvidar la terrible situación en que viven otros seres humanos en sus naciones de origen. En el año 2001, tengo muy claro que, los españoles no tenemos ninguna responsabilidad de lo que ocurre en el este de Europa, en África o en Hispanoamérica. Lo que no debe hacernos olvidar la responsabilidad que tenemos con los demás seres humanos. Una cooperación verdaderamente efectiva, una inversiones en desarrollo, creación de universidades españolas en Asia y África, etc. debe ser el camino a adoptar para lograr un mejor modo de vida para todos. Seamos ecologistas, ayudémosles a conservar sus culturas y preservemos la nuestra.

Emilio Luis Sánchez Toro