Superficie de Marte. www.lanasa |
Guía Astronómica Gonzalo Duque-Escobar, P. As . Universidad Nacional de Colombia Manizales, 1992 |
GUIA Nº 6
1.
TEORÍAS ACERCA DE LA FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR
Teoría
Infinitesimal (Evolutiva), de Immanuel Kant, 1755
Supone
el proponente la existencia de polvo describiendo órbitas. Posteriormente esta nube de materia en
suspensión se compacta formando los miembros del sistema solar.
Teoría
de la Nebulosa (Evolutiva), de Simón Laplace, 1796
Supone
una bola de gas caliente en rotación; al enfriarse la masa sufre achatamiento y
de éste modo se desprenden del sistema, anillos. Por cada anillo ecuatorial,
separado de la nebulosa, se forma un planeta del sistema solar.
Teoría
Planetesimal (Catastrófica), de Chamberlan‑Moulton,
1905 Supone una estrella que se aproxima al Sol, para arrancarle hinchazones
ígneas; estas explosiones levantan materia; pero los brazos que caen chocan con
brazos en ascenso, resultando de las colisiones pequeñas esferas de tamaños
variables (planetesimales) y órbitas diferentes, que chocan para formar
planetas.
Teoría
de la Gota (Catastrófica), de Jeans‑Jeffreys, 1919
Recoge
las dos teorías anteriores; la estrella invasora que aproximarse al Sol, le
arranca una inmensa gota de gas en estado caliente que, al enfriarse, se
fragmentará produciendo esferas de tamaño ordenadamente variable (planetas).
Teoría
Magnetohidrodinámica (Evolutiva), de Hoyle, 1960
Las
teorías evolutivas habían perdido su vigencia, porque no explicaban por qué,
mientras el Sol tiene el 99.9% de la masa del sistema solar, en los planetas se
concentra el 98.0% del momento cinético; ello da origen a teorías catastróficas
que resuelven el problema, pero la magnetohidrodinámica salva la dificultad y
se regresa a las teorías evolutivas.
Dice
el principio que: "Los gases responden a las leyes de la gravedad, la
presión y la rotación, cuando se encuentran en un campo magnético sostenido por
una corriente eléctrica", y esa ley gobierna las nubes de polvo compuestas
de gases ionizados en rápida rotación.
La
teoría presupone que, a través de esos gases que invadían el espacio, corrían
líneas de fuerza magnetohidrodinámica, a manera de hilos largos y elásticos; en
las partes internas de los filamentos, el gas era más lento que en las
porciones exteriores. Con el giro no rígido, se favorecen las turbulencias
dentro del sistema, provocándose el enroscamiento y alargamiento de los hilos
en espiral, y al mismo tiempo, una transferencia del momento angular hacia las
porciones exteriores, donde se formarán posteriormente los planetas; todo, a
expensas de la parte central, enriquecida de masa y donde se formará el Sol.
2.
LOS PLANETAS
2.1
Estructura interna de los planetas
En
la figura se han igualado los radios de todos los planetas, de modo que se
exprese la extensión relativa de las estructuras.
|
Figura
25. Estructura sólida de los planetas.
2.2
Las atmósferas de los planetas
|
Atmósferas
en el Sistema Solar |
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|
Planetas |
Lunas |
|
|||||||||
|
Venus |
Tierra |
Marte |
Júpiter |
Saturno |
Urano |
Neptuno |
Io |
Ganíme- des |
Ti- tán |
|
|
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 |
N2 CO2 |
CO2
H2 He O2 N2 |
N2 O2 Ar CO2 |
He H2 |
He H2 |
He H2 |
He H2 |
SO2 |
e x o s f e r a |
N2 CH4 |
|
|
Otros gases |
HCl He HF H2SO4 |
H2O N2O CO CH4 O3 |
CO H2O (1-4%) Ne Kr Xe O3 |
CH4 NH3 CO GeH4 PH3 C2H2 C2H6 |
NH3 PH3 C2H2 C2H6 CH4 C3H4 C3H8 |
|
|
|
|
C2H2 C2H4 C2H6 HCN C3H4 C3H8 |
|
|
aero-sol |
H2SO4 Gotas |
H2O Hielo Polvo |
H2O Hielo CO2 Hielo Polvo |
NH3 Hielo |
NH3 CH4 H2O Hielo |
CH4 Hielo NH3 Hielo |
CH4 Hielo NH3 Hielo |
|
|
Hielo |
|
Figura
26. Estructura de las atmósferas del sistema solar.
Es
notable la diferencia entre las atmósferas de los planetas
"terrestres" y "jovianos". La naturaleza química de las densas
atmósferas de los segundos, se debe al hidrógeno y el helio de la nube
primogénita, que no pudo escapar de los enormes campos gravitatorios. La gran
abundancia de hidrógeno, condujo al hidrógeno molecular, metano, amoníaco y
agua resultando que no haya en la actualidad carbono, nitrógeno ni oxígeno
libres. En los primeros planetas, si la atmósfera primogénita emuló las
anteriores, en su segunda fase, salvo Mercurio que no tiene atmósfera, logran
una atmósfera que depende de la naturaleza de la actividad volcánica y de las
condiciones termodinámicas y gravitacionales, según la distancia que le separe
del Sol y las velocidades de escape y cósmica de cada gas y en cada planeta.
3.
LUNAS DEL SISTEMA SOLAR
3.1
Estructura interna de las lunas del sistema solar
|
Figura
27. En esta figura se recogen los conocimientos actuales sobre la estructura interna
de las lunas del Sistema Solar.
La
estructura de las lunas se parece a la de los planetas, por su división en
núcleo, manto y corteza. Sin embargo, la constitución química de las lunas es
muy diversa, sobre todo en las zonas externas. En las lunas, del Sistema Solar
exterior, predominan las cortezas de hielo. Fuente: Sol, Lunas y Planetas, E.
Kepler.
3.2
La Luna
La
Luna es el único satélite de la Tierra, y después del Sol, el astro más
importante en la historia de la humanidad. La intensidad de la luz solar, que
refleja la Luna sobre la Tierra durante su fase llena, es 465 mil veces menor
que la del Sol, siendo su poder reflector del orden del 12%. La atracción que
la Luna y el Sol ejercen sobre las masas líquidas de la Tierra dan lugar a las mareas,
explicadas por Lagrange y Laplace.
|
Figura
28. Efecto de marea sobre el planeta Tierra. Las masas 1 y 2 son atraídas en A
y en B, con diferente fuerza. Por ello se genera un momento, contrario en A y
favorable en B, que afecta la rotación de la Tierra, cuyo sentido se muestra en
T.
Como
la Luna dista mucho menos de la Tierra que el Sol, su acción a pesar de tener
menos masa, es 2,5 veces mayor que la de éste astro. La distancia Tierra-Luna
es, por término medio, 384.400 km, variando de 363 mil a 406 mil entre el
perigeo y el apogeo.
Esta
órbita elíptica está inclinada 5° 8' 30&qquot; sobre la eclíptica. El diámetro
de la Tierra es 3,67 veces el de la Luna su masa 81,3 veces el de ésta y su
volumen 50 veces mayor. A los anteriores valores corresponde una densidad media
mayor del 61% respecto a la Tierra y una aceleración de la gravedad en su
superficie de 1/6 la existente en la Tierra.
Dado que en el manto lunar ya no existen corrientes de convección, tampoco presenta tectónica de placas, vulcanismo activo, ni campo magnético. Las estructuras tectónicas de la Luna son de impacto y de la termofusión y termorretracción tempranas.
El
frotamiento producido por las mareas sobre la corteza de la Tierra, provoca una
aceleración aparente en el movimiento de traslación de la Luna. Esta aceleración
secular, descubierta por Halley, es del orden de los 10 segundos por siglo.
Cartografía
de la Luna
Los
detalles más gruesos de la Luna se pueden observar a simple vista. Sobre todo,
alrededor de la época de luna llena se pueden reconocer claramente varias
manchas oscuras. Tras la invención del anteojo, Galileo, Scheiner y otros,
descubrieron entre 1610 y 1620 diferencias de altura y profundidad, así como
montañas y cráteres lunares, naciendo así los primeros dibujos de la Luna,
hechos con ayuda del anteojo. Pero fue J. Hevelius quien confeccionó la
primera carta de conjunto realmente utilizable (1647), que tenía un diámetro de
25 cm. A los accidentes de la superficie lunar les puso nombres que recuerdan a
los paisajes y mares terrestres, siguiendo la antigua idea de que la Luna es
una imagen especular de la superficie terrestre. Pero sus denominaciones no se
conservan en nuestros días.
La
nomenclatura de los paisajes lunares, que hoy sigue vigente, data de G. B.
Riccioli y de su mapa lunar de 1651. El primer atlas lunar fotográfico es el de
M. Loewy y P. H. Puisex (1897).
Topografía
de la Luna
Básicamente
se pueden distinguir las siguientes estructuras:
Maria
(mares): son las regiones oscuras. No muestran ningún relieve que llame la
atención. Los maria han recibido nombres latinos: Mare Crisium, Mare
Foecunditatis, Mare Frigoris, Mare Humorum, Mare Imbrium, Mare Nectaris, Mare
Nubium, Mare Serenitatis, Mare Tranquillitatis, Mare Vaporum, Oceanus
Procellarum, Sinus Iridium, Sinus Roris, Sinus Medii.
Terrae:
se utiliza sólo por oposición terminológica al de mar, pues se sabe que en la
Luna no existe división entre mares y continentes. Los continentes o terrae son
las zonas claras de la Luna, tal y como se muestra a simple vista. Al
telescopio aparecen como regiones accidentadas de montañas y cráteres. En
general no existen nombres especiales para cada zona lunar.
Estructuras
menores
Son
los cráteres, montañas anulares y planicies amuralladas que presenta la Luna
como características de detalle a partir de las numerosas formas montañosas;
entre ellas tenemos:
1.
Formaciones circulares muy pequeñas de diámetro inferior a un kilómetro.
Son pequeños cráteres sin pico central.
2.
Cráteres en sentido estricto. El diámetro oscila entre 1 y 20 Km.
algunos poseen picos centrales.
3.
Cúpulas con diámetros de 10 a 20 Km y alturas de 250 a 500 m. Muchas
muestran en la cúspide aberturas de unos 1.000 m.
4.
Anillos montañosos. Su diámetro es de 20 a 100 Km. El perímetro puede
ser circular o poligonal.
5.
Planicies amuralladas. Son gigantescos circos circulares o poligonales
de diámetro superior a 100 Km.
Grietas,
valles y fallas
Se
trata de estructuras lineales que en ocasiones se agrupan para formar sistemas.
El nombre de grietas designa zanjas de 1 km aproximadamente de anchura y varios
de longitud, que siguen un curso en parte recto y una parte zigzagueante. Entre
las grietas más notables están la Hyginus, la grieta Ariadaeus, y la de
Hypatia, junto al cráter Delambre. El valle de Schröter, al norte de Heródoto,
es, pese a su nombre, también una grieta.
Los
valles son depresiones de gran anchura; un ejemplo es el valle Alpino,
que es una fosa tectónica. El valle Rheíta parece ser, por el contrario, la
fusión de varios cráteres vecinos.
Las
fallas son saltos del relieve en forma de escalón. El más conocido es el
Muro Recto, con una longitud de 150 km y una anchura de 300 metros.
Rayos
brillantes
Una
de las formaciones más peculiares de la superficie lunar, son los rayos
brillantes o radiaciones que salen en
forma radial de algunos cráteres: Tycho, Copérnico, Kepler, Proclus, etc. Sólo
en la cara visible a la Tierra hay más de 60 cráteres con radiaciones, aunque
la mayoría de los sistemas no son demasiado llamativos. La anchura de los rayos
llega, en algunos puntos, a varios kilómetros. Su "centro de radiación"
no siempre coincide con el punto medio del cráter. Los rayos discurren
prácticamente en línea recta y no modifican su curso al paso de otros
accidentes del relieve. Tampoco muestran efecto de sombras, de lo cual se puede
deducir, que se trata de la acumulación de materiales finos con un alto poder
de reflexión.
Cordilleras
Junto
a las formas montañosas circulares, existen también cadenas alargadas. Se
hallan, por ejemplo, los Cárpatos, los Apeninos, el Cáucaso, los Alpes y el Jura,
ordenados aproximadamente en
semicírculo. La máxima longitud la ostentan los Apeninos con 1000 km y alturas
máximas de 6500 m.
Atmósfera
La
simple inspección óptica muestra que la Luna no posee atmósfera. No se
observa la formación de nubes ni fenómenos similares y en los límites, entre el
lado diurno y nocturno, no se observa ningún efecto crepuscular. Otra prueba se
deriva de la ocultación de una estrella por el disco lunar: la estrella, que
viene a ser puntiforme, desaparece repentinamente y vuelve a emerger de un sólo
golpe, por el lado opuesto. La atmósfera lunar, de existir realmente trazas de
ella, no podría tener una densidad mayor que media bi-millonésima de la
densidad terrestre. Ciertos procesos de desgasificación en el interior de la
Luna pueden producir pasajeramente una atmósfera extremadamente tenue. Pero la
velocidad de escape de la Luna es sólo de 2,37 km/s, de modo que esos gases
escaparían enseguida de la zona de atracción lunar. La falta de atmósfera
indica también una falta de agua, porque de haberla, tendría que evaporarse y
formar una envoltura de vapor de agua, que escaparía enseguida al espacio.
Las
temperaturas lunares
La
temperatura en la superficie sufre fortísimas variaciones, entre la noche y el
día, como consecuencia de la falta de atmósfera. Los rayos solares caen,
durante el día, directamente sobre el suelo lunar y calientan los minerales
hasta +130°C>. De noche,
se vuelve a radiar el calor al espacio y la temperatura de las rocas
superficiales, baja hasta -171°C.
El
origen de los paisajes lunares
Existen
dos teorías contrapuestas, la del origen volcánico y la de origen meteorítico.
Estas dos teorías no se excluyen mutuamente. Hay signos de formas especiales de
origen volcánico en la luna, por ejemplo los "domes". No se excluye
la posibilidad de cráteres meteoríticos, teniendo en cuenta la posibilidad de
tales colisiones, en el largo período de existencia de la Luna.
Origen
volcánico de las formaciones lunares: según esta
teoría, los cráteres, por ejemplo, han surgido por erupción de un volcán, por
ascensión y explosión de pompas gaseosas en la corteza lunar (todavía plástica
en su estado primitivo) o por procesos tectónicos bajo el influjo de las mareas
sobre la Luna. El diámetro de algunos cráteres sobrepasa los 100 km de diámetro.
Origen
meteorítico de las formaciones lunares: existen
en la Tierra bastantes cráteres de meteoritos y sus formas concuerdan con los
cráteres lunares. Las estrías radiales concéntricas, parecen evidenciar esos
colapsos, sobre todo, frecuentemente, por el costado de la Luna oculto a la
Tierra, donde ésta no le sirve de escudo al satélite.
Gonzalo Duque Escobar. P. As.
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Manual de geología para ingenieros
Túneles excavados en rocas blandas
Ciencia, Tecnología & Sociedad, y Economía
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