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EL KYBALIÓN
"PRINCIPIO DE MENTALISMO"
"El TODO es Mente; el universo es mental" (El Kybalión)
"Explica que el TODO, que es la realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo diversos nombres, y en una palabra, todo cuanto es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quien en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente. Explica también que todo el mundo fenomenal o universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. El estudiante hermético puede utilizar conscientemente las grandes leyes mentales, en vez de usarlas por casualidad o ser usado por ellas. Con la clave maestra en su poder, el discípulo puede abrir las puertas del templo del conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo, libre e inteligentemente. Sin esta clave maestra el adeptado es imposible, y el estudiante que no posea, en vano llamará a la puerta del Templo."(El Kybalión)
"Este principio incorpora la verdad de que todo es mente. Explica que EL TODO (que es la realidad sustancial que subyace más allá de la materia, de la energía, etc.) es ESPIRITU, que en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado y concebido como una MENTE UNIVERSAL, INFINITA Y VIVIENTE. Explica que todo el mundo o universo fenomenal es simplemente una creación mental del TODO, en cuya mente "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser". Con la llave maestra en su posesión, el estudiante puede abrir las muchas puertas del templo mental y psíquico del conocimiento, y entrar al mismo libre e inteligentemente. Este principio explica la verdadera naturaleza de "energía", "poder" y "materia", y por qué y cómo están todos éstos subordinados a la maestría de la mente". (El Kybalión)
LA MENTE DEL HOMBRE ES COMO LA TIERRA:
POR RICA QUE SEA NO PUEDE SER PRODUCTIVA SI NO SE LA CULTIVA.
Séneca
"NO HAY NADA NI BUENO NI MALO,
SINO QUE EL PENSAMIENTO LO HACE TAL".
Hamlet (Acto 2, escena 2)
Albert Ellis llega a decirle al lector: "si los marcianos viniesen a visitarnos y estuviesen realmente sanos se morirían de risa con nosotros. Porque verían a gente inteligente como tú, insistiendo sin éxito en que pueden hacer algo que no pueden, tal como cambiar el proceso de muerte de cualquier ser humano. Mientras dicen a la vez, que no pueden hacer algo que sí que pueden, a saber cambiarse a uno mismo. Los marcianos no serían capaces de entender esto y se volverían pensando que estamos chiflados, como de hecho lo estamos". Lo que sucede es que estamos tan acostumbrados que nos parece natural querer cambiar algo que no podemos mientras que no cambiamos lo que podemos.
"No os sintáis inseguros o temerosos, estamos SOSTENIDOS FIRMEMENTE EN LA MENTE INFINITA DEL TODO, y no hay nada que nos hiera o que hayamos de temer. No hay ningún poder fuera del Todo para afectarnos. Así que debemos descansar calmos y seguros. Entonces "calmos y apaciblemente dormimos, mecidos en la cuna de lo profundo", reposando a salvo en el seno del océano de mente infinita, que es El Todo. En El Todo, en verdad, "vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser".
El Kybalión
EL TODO ES MENTE
...el universo es mental. ¿Qué significa esta frase? Escribe Jaime Lodoño al respecto: "El mentalismo ocultista sostiene que todo lo que existe en el Universo es expresión cada vez más grosera, más material, más densa, de un Primer Principio extremadamente sutil y elevado, que podemos llamar Dios, Conciencia Cósmica, Brama, inmanente en el Cosmos, y que se manifiesta en la naturaleza en distintos planos de vibración cada vez más densa, ora como psiquis, ora como espíritu, ora como materia. Vale decir que las cosas del Cosmos no son de naturaleza distinta entre sí, sino que esa Esencia Universal adopta en ocasiones la característica de la energía, en otra circunstancia la de la materia, en una tercera la del pensamiento.
Para que esto sea más entendible, imaginemos un río. Un río que nace en una cascada, donde el agua fluye rápidamente y es cristalina, desplazándose luego por la llanura formando meandros, donde aquella se torna lenta y turbia para morir en un pantano, donde el agua está quieta y oscura. A primer golpe de vista, ustedes pueden dividir el río en tres partes bien diferenciadas: aquí el agua es cristalina, más allá turbia, finalmente negra. Pero, ¿ustedes podrían decir dónde termina un tipo de agua y comienza la otra?. No, porque en un punto cualquiera el agua es más rápida y transparente que unos metros río abajo, pero todavía más lenta y turbia que otro tanto río arriba... y así en progresión infinita. Es decir, la única diferencia es de grado, de densidad, pero no de naturaleza, y en un análisis pormenorizado todos los "sectores" del río son indistinguibles entre sí.
Lo mismo ocurre en el Cosmos. Todo es una sola cosa. Y, sugestivamente, la ciencia moderna viene a demostrar que las antiguas afirmaciones esotéricas eran ciertas. De Einstein para aquí, sabemos que materia y energía no son dos cosas distintas sino esencialmente los mismos elementos comunes manifestados de distinta forma. Tengo un pedazo de carbón y sé que es materia. Lo caliento y emite calor, es decir, energía. El calor no surge de la nada, ya que se genera a partir de los elementos constitutivos del carbón. Un poco de calor inicial (el fósforo) excita y libera los átomos que coherentemente estructurados formaban la materia y, a partir de esa excitación inicial, aquellos, cumpliendo la ley de entropía, se disipan en forma de calor. Materia y energía, energía y materia son sólo dos caras de la misma moneda, son sólo una. Un trozo de uranio con un peso atómico 238 chocando con otro de peso 235, genera fisión atómica. Una explosión. Energía.
Para que esto sea más entendible, imaginemos una gigantesca olla repleta de polenta mal preparada. En algunos lugares, está grumosa; en otros, líquida. Más allá, tendrá una consistencia media. A golpe de vista, puede decirse que allá la materia es grumosa (sólida), aquí muy líquida y acullá intermedia, pero en definitiva todo es polenta. Así ocurre en el Universo".
Transmutación mental
Dice el Kybalión: "La mente (así como los metales y los elementos) puede ser transmutada, de estado a estado; de grado a grado; de condición a condición; de polo a polo; de vibración a vibración. La verdadera transmutación hermética es un arte mental".
La palabra transmutar significa "cambiar de una naturaleza, forma o sustancia a otra; transformar". Y acordemente, "transmutación mental" significa el arte de cambiar y transformar estados, formas y condiciones mentales, tanto en nosotros mismos como en quienes nos rodean.
Como dice el axioma, este principio establece que "El Todo es mente; el universo es mental". Esto significa que la realidad subyacente del universo es mente. Si el universo es mental en su naturaleza, entonces la transmutación mental debe ser el arte de CAMBIAR LAS CONDICIONES DEL UNIVERSO. Por consiguiente, podemos ver que la transmutación mental es realmente la "magia" de la que los antiguos escritores tenían tanto que decir en sus obras místicas. Si todo es mental, entonces el arte que le capacita a uno para transmutar condiciones mentales debe hacer al maestro el controlador de las condiciones materiales, así como de las mentales. (Recuerdan cuando hace poco tiempo en el amazonas hubo un gran incendio tras una gran época de sequía y la meteorología pronosticaba semanas sin ausencia de lluvias y que fueron dos chamanes los que mediante cantos y danzas hicieron que la lluvia cayera sobre ese territorio??...)
Evidentemente este principio es desarrollado por grandes maestros que trabajan en el anonimato. Pero nosotros a medida que nos adentramos en el conocimiento de la esencia de este principio, también podremos ir avanzando en la materia. Esto lo iremos haciendo a medida que tomemos conciencia de la importancia de manejar este principio en nuestras vidas.
Extractos de El Kybalión
El poder del pensamiento
"A través de la aplicación del principio del mentalismo, somos capaces de:
CREAR LO QUE CREEMOS Y DE CONCRETAR LO QUE DECRETEMOS" (Sixto Paz).
"Si orientamos nuestra mente con una actitud positiva hacia la consecución de cualquier realización, ésta llegará a materializarse. Pero si por el contrario nos dejamos llevar por el pesimismo y la negatividad, todo a nuestro alrededor será reflejo de aquello.
Los pensamientos son "cosas". Son materia. Se manifiestan en lo exterior. Se convierten en sucesos, enfermedades, tropiezos o premios, desgracias o felicidades, dependiendo de si son negativos o positivos.
Solamente nosotros somos los productores de todo lo que nos suceda. Todo depende del clima mental en el cual vivimos. Si somos constantemente malhumorados, no nos extrañe que nos traten mal. Si vivimos contentos, risueños, optimistas, no nos extrañe que seamos amados, populares y bienvenidos en todas partes y que nos ocurran todas cosas buenas.
Nos sucede lo que nosotros esperamos que nos suceda. Si no estamos de acuerdo con lo que nos sucede, cambiemos nuestro modo de pensar y la manifestación exterior se transformará. San Pablo decía: "Somos transformados por la renovación de nuestras mentes".
Cada condición y situación de nuestra vida es la encarnación de una creencia que tenemos en el subconsciente. Está alojada allí y está produciendo su igual en lo exterior.
Existe una gran diferencia entre lo que verdaderamente creemos, lo que creemos que creemos y lo que creemos que debemos creer.
Muchas veces hemos escuchado que fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios. Esto significa que somos creadores como El. Dios creó los Universos con su mente. Nosotros creamos nuestro mundo con nuestra mente."
Extractos del libro: "El maravilloso número 7"
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