|
Un remedio que ya utilizaban nuestras abuelas consiste en hervir unos pocos minutos un poco de comino con leche. Tómate la mezcla bien caliente y verás cómo las flatulencias van desapareciendo.
Si, cocinando, te han salpicado gotas de aceite caliente, coloca sobre la zona unas compresas de leche fresca. Déjalas actuar durante diez minutos y, luego, ponte una crema hidratante. Aliviarás el dolor y evitarás que te queden manchas en la piel.
Tus zapatos recuperarán todo su brillo si los frotas con un trapito empapado en leche. Te quedarán como nuevos.
|