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Dionaea muscipula : Venus Atrapamoscas / Apuntes para el cultivo
Índice de los Apuntes :
(1) Presentación
(2) Normas básicas de cultivo
(3) Una planta que caza
(4) Reproducción y Trasplante
(5) Hibernación
(6) Plagas y Enfermedades
(7) Cultivares
(8) Bibliografía
Apuntes para el cultivo :
3. Una planta que caza
Sin duda el principal atractivo de la Dionaea muscipula es su capacidad para cazar insectos. A finales del siglo XIX se divulgó esta característica y la noticia causó un auténtico impacto mundial. En la actualidad es bien conocida su existencia, pero cuando se observa directamente aún hoy en día continúa causando un gran impacto.
3.1 El descubrimiento
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El libro: "Insectivorous Plants" publicado por Charles Darwin en el año 1875 popularizó notablemente un tipo de plantas que, de alguna forma, jugaban un importante papel como prueba viviente de su teoría de la evolución de las especies: ¡Plantas capaces de comer insectos!. Por eso Darwin dedicó un buen número de años al estudio de estas plantas, realizando exhaustivos experimentos para caracterizar su comportamiento y llegando a una conclusión que, de forma muy simplificada, podemos resumir en que estas plantas han evolucionado de forma que llegan a complementar su alimentación mediante la ingestión de insectos. La comunidad científica de finales del siglo XIX, a pesar de las evidencias del trabajo de Darwin, puso en duda esta capacidad evolutiva de ciertas plantas, sin embargo, la imaginación popular acogió rápidamente la idea, hasta tal punto de que el influyente semanario American Weekly mantuvo intrigados a sus lectores con una serie de artículos que llevaban el provocativo título de "El árbol come-hombres de Mindanao". Hoy en día ya nadie pone en cuestión el trabajo de Charles Darwin, pero no deja de existir una cierta fascinación hacia unas plantas capaces de evolucionar hasta el punto de alimentarse de insectos. Algunas de veces de forma pasiva (atrayéndoles para que ellos solos caigan en la trampa) y otras veces de forma activa (participando directamente en el proceso de caza). |
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En el caso de la Dionaea muscipula el proceso de caza es completamente activo y un auténtico prodigio de la evolución. La Dionaea pertenece a la familia de las Droseras que, en efecto, son todas ellas plantas insectivoras pero, genéticamente hablando, la relación existentes entre el resto de la Droseras y la Dionaea muscipula puede ser comparable a la relación que hay entre las diversas especies de mono y los seres humanos.
3.2 Las hojas-trampa
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La Dionaea muscipula posee unas hojas modificadas, formadas por dos lóbulos en forma de mandíbula con espinas alargadas y puntiagudas en los extremos. En el centro de cada uno de los dos lóbulos tiene tres pequeños pelos sensibles que sirven para detectar las presas que llegan atraídas por el néctar dulce que segrega la planta. Cuando una presa toca dos pelos a la vez, o dos veces el mismo pelo, se activa un proceso de cambio en la presión del agua interna de la planta y esto hace que se repliegan los lóbulos, de forma que el insecto queda en el interior y las espinas de los bordes impiden que escape. Después, el propio movimiento de la presa estimula la secreción de jugos digestivos que servirán para que el insecto sea digerido por unas glándulas durante varios días, más o menos según sea el tamaño del insecto. Una vez finalizado el proceso de digestión, se vuelven a abrir los lóbulos para dejar la trampa en condiciones de capturar nuevas presas. ¡Simplemente maravilloso!. No es extraño que hubiera quien no lo pudiera creer cuando Darwin describió este comportamiento. |
Todo este proceso es beneficioso para la planta porque esta alimentación complementa los escasos nutrientes que aporta el sustrato donde habita. Pero, aunque el movimiento de la planta durante la caza sea relativamente pequeño, el gasto energético realizado es considerable, por lo tanto es completamente desaconsejable forzar el cerrado de las trampas de forma artificial. Tampoco debemos preocuparnos si la planta cultivada no caza por sus propios medios. La Dionaea muscipula puede sobrevivir perfectamente durante meses sin capturar insectos y, por supuesto: ¡Nunca debemos alimentarlas con carne, yemas de huevo, ni ningún otro sucedáneo!. La alimentación insectívora de la planta es especialmente útil cuando la planta se encuentra en épocas de fuerte crecimiento pero, si la Dionaea no caza por sus propios medios, no pasa nada ya que utilizará el alimento fabricado por la fotosíntesis, como cualquier otra planta. Es posible que crezca más lentamente o que produzca menos semillas, pero esto será mucho menos perjudicial para ella que una alimentación inadecuada. |
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