EL VERSO
CON RIMA Y MEDIDA



 
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   AURAS MARINAS   


En esta página encontrarás las siguientes poesías:
           

          YO QUIERO SER UN VIEJO MARINERO

                    A Antonio López Quero, un excelente amigo.

            Yo quiero ser un viejo marinero,
            y navegar allende de los mares,
            cruzando el horizonte en mi velero,

            y entre brumas y luces estelares,
            antes que apunte la radiante aurora,
            que las ninfas me enseñen sus cantares.

            Yo siempre navegando hora tras hora
            por los gélidos mares. La corriente
            que a nuestra singladura se incorpora.

            Los mares tropicales. Sol caliente
            que deja sobre el aire en primavera
            una sutil fragancia transparente.

            Quiero la soledad. También quisiera
            yo ser condecorado por el viento
            y ondear con orgullo mi bandera.

            Sentir la inmensidad. ¡Qué gran evento!
            Saber que se convierte en osadía
            maniobrar el timón. ¡Y en un momento!

            Vencer el temporal con valentía.
            ¡Oh la estrella polar! ¡Oh mi velero!
            Cómo surca la extraña travesía.

            Se aproxima el otoño. ¡Qué ligero!
            Atraviesa los círculos polares.
            La aurora boreal. Yo sólo quiero

            quedarme entre las brumas de los mares.

                    Costa del Sol, septiembre de 2000

             

             

                  MI CORAZÓN PENITENTE

            Y A se acerca el otoño. Mi corazón lo siente,
            porque pesa el cansancio de su largo camino.
            Va buscando sin tregua cuál será su destino,
            aunque olvida su rumbo de una forma inconsciente.

            Se aproxima a la noche sigiloso y prudente,
            con dolor asfixiante y con el paso cansino.
            Va reptando mi vida como el fiel peregrino
            que ya lleva la angustia reflejada en su frente.

            Y aunque sigue reptando va dejando sus huellas
            en los riscos hirientes de su larga andadura,
            donde deja en el aire su fatigoso aliento.

            ¡Qué terrible suplicio! Buscando en las estrellas,
            una luz de esperanza que rompa la amargura
            de convertirse en nada sin ningún argumento.

                                                                           Equinoccio de otoño de 2000

           

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             QUISIERA SER MARINERO

            Quisiera ser marinero
            de una goleta en la mar.
            Sentirme un aventurero,
            y aunque no sé navegar,
            perderme con mi velero.

            Navegar. ¡Cuánto daría!
            Por maniobrar el timón.
            Ser bruma en la lejanía,
            y olvidar la sinfonía
            que amarga mi corazón.

            Mi velero. ¡Siempre avante!
            Navegando en alta mar,
            y aunque el singlar es constante,
            sabe que en cualquier instante,
            puede un barco naufragar.

                                                              Abril de 2001

             

            LLENOS DE PASIÓN

            Y o quiero que amanezca, vida mía,
            y poder contemplar,
            tus ojos, tu sonrisa, tu alegría,
            en la orilla del mar.

            Mirar al horizonte indiferente,
            con su tenue esplendor,
            posar un beso en tu impoluta frente,
            como prueba de amor.

            Y trémulos los dos ante la aurora,
            y llenos de pasión,
            que calcine tu boca redentora,
            mi pobre corazón.

                        Mayo de 2001

                       

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            UN JARDÍN PARA LAS OLAS

                                            A mis nietos Alfonso y Alejandro, con todo mi cariño.

            Tengo plantado en la mar,
            un jardín de caracolas
            para que vengan las olas
            por la mañana a soñar.

            Las olas en el jardín
            de estuco y plantas marinas,
            con las flores nacarinas
            de color verde y carmín.

            Las olas de espuma y sal,
            con su suave movimiento
            y la caricia del viento
            que llega del litoral.

            Se presentan cada día,
            las olas enamoradas
            de luna y sol coronadas
            con su alegre algarabía.

            Las olas con sus amores,
            los delfines de la aurora
            y el jardín que se decora
            con los más vivos colores.

            Las olas en la pradera
            de los fondos submarinos,
            con destellos matutinos
            de la tibia primavera.

                                              Sevilla, 26 de abril de 2001

             

             

            SUEÑOS DEL MAR

                                 Para Ángel Moyano, un buen amigo, con sincero afecto.


            Y o no sé cuánto daría
            por ver de nuevo la mar,
            la escollera, la bahía
            y sentirme todavía
            con ganas de navegar.

            Con las velas desplegadas,
            navegando a sotavento,
            y pasar las madrugadas
            entre las olas y el viento.

            El bramido de los mares,
            la levedad del timón,
            recordando los cantares
            que llevo en el corazón.

            Navegar en mi velero,
            bajo la noche estrellada
            y hacer siempre lo que quiero,
            que es ser un buen marinero
            sin deberle a nadie nada.

                                                    9 de diciembre de 2000

               

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                    NAUFRAGIO

            Hoy ha muerto un marinero,
            que ha naufragado en la aurora,
            cuando una ola traidora
            ha partido su velero.

            Su velero. Su ilusión
            naufragando en alta mar.
            Ya no puede navegar
            su fornido corazón.

            Su corazón que tenía
            toda la furia del viento,
            y en un terrible momento
            descuartizó su alegría.

            Porque la mar traicionera,
            siempre oculta su rencor
            y muerde como un traidor
            cuando nadie se lo espera.

            ¡Cuánto dolor! ¡Qué amargura!
            Si la existencia no es nada.
            La noche en una posada
            y una loca calentura.

                                                    16 junio de 2000

               

             

              ME SABEN MUCHO MEJOR

            Tú fuiste mi primavera
            cuando me diste tu aliento,
            por eso ahora me siento
            como se siente cualquiera,

            que ha bebido la solera
            y la esencia del amor.


            Tú eres el suave dulzor
            que desprende la ambrosía,
            y tus besos cada día,
            me saben mucho mejor.

                                               Córdoba, 25 de abril de 2001

 

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