SED DE AMOR
Tú con su eterna evasiva,
huyendo de la evidencia,
y no quieres comprender
que tu actitud me atormenta.
Porque tú eres mi esperanza,
y en tus ojos se reflejan
la paz de tu corazón
y la luz de mi existencia.
Eres fragancia de aurora,
el mástil de mi bandera,
efluvio de los jarales
y de mis sueños cadencia.
Tú sabes que eres mi aliento,
que tengo el alma sedienta,
y que la sed se me quita,
tan sólo cuando me besas
HALO DEL ALBA
Tú eres lluvia entre mis manos,
refrescante y cristalina.
Mensaje de certidumbres
y el eco de mi poesía.
Alondra que en la mañana,
como cadencia cautiva,
va entonando los arpegios
arrancados de su lira.
La luz que se reverbera
entre las olas marinas,
y ha dejado su silueta
esculpida en mis pupilas.
La sinfonía del viento
en las montañas dormidas,
bajo el dintel relumbrante
de la aurora fugitiva.
Eres el halo del alba,
curuscante melodía.
Cúspide de mi esperanza
en mi corazón dormida.
BESOS CAUTIVOS
Ese fuego de amor que te disloca
te llena el corazón de fantasía.
Una falsa y extraña melodía
y el frío sinsabor que te provoca.
Tú buscas el amor como una loca,
con ahínco, pasión y la
ardentía
de quien tiene en los labios todavía,
los besos que se escapan de tu boca.
Y toda esa pasión desordenada,
se refleja en tus ojos dulcemente.
Pero el amor no llega y de repente,
expresas el dolor en tu mirada.
Y una fragante flor enamorada
se marchita en silencio lentamente.
HOMBRES SIN AMOR
Este silencio cósmico te abruma.
Hombre fugaz de vida solitaria.
Este silencio que lo llevas dentro
y nadie en tu periplo te acompaña.
¡Qué desnudez de aliento
en tu existencia!
¡Qué soledad! ¡Qué
vida desgarrada!
Sintiendo en tu interior como tirita,
tu corazón cubierto por la escarcha.
Un hombre sin amor. Hombre de nadie,
que llevas la tristeza en tu mirada,
y no conoces el calor de un beso
que llene tu existencia de esperanza.
MUJER SIN AMOR
SOLEDAD en el alma entristecida,
y un dolor metafísico y distante.
Perdida la mirada. Indiferente.
Como una rosa perfumando el aire.
Los labios de azahar. Fuego de luna.
Amapola romántica y salvaje.
Que tiene el corazón como la alondra,
cautivo en las eternas soledades.
Con las manos al viento levantadas,
y el corazón con ritmo tremulante.
Un mástil de pasión que
en su locura,
busca y busca un amor inalcanzable.
Ya todo es soledad sin esperanza.
¡Qué triste singladura!
Y nadie sabe,
que tiene un corazón como la aurora.
¡Cómo la rosa que perfuma
el aire!
HOMBRE
Naciste de la tierra. En ella moras.
Subiéndote su savia hasta la frente.
Arcilla quebradiza y penitente.
Te duele la existencia cuando lloras.
Tu vida imprevisible la valoras.
Creyéndote vivir eternamente,
y olvidas que la vida de repente
se puede consumir en pocas horas.
Observa como asciende por tus venas,
el eco de una triste sinfonía
que busca el corazón y siempre
aterra.
La vida es como un canto de sirenas.
Una dulce y extraña melodía
que vuelve a las entrañas de la
tierra.
LA MUERTE DE UN POETA
QUEDASTE prisionero entre la nada,
en esta despiadada singladura.
Ya no puedes soñar y tu figura,
sucumbe a la sangrienta dentellada.
Has perdido sin tregua la jugada,
y en tu frente serena la cordura.
La vida sin piedad. La desventura
te conduce a la eterna madrugada.
Se ha quedado sin luz tu pensamiento,
sin sueños tu profusa fantasía.
Gélida la cadencia de tu aliento.
Has dejado tu suave melodía,
un amargo y terrible desaliento,
y el eco soñador de tu poesía.
LA LIBERTAD
Creo que la libertad
es siempre pura ilusión,
que brota del corazón
con tanta fugacidad,
que aunque parezca verdad,
siempre encierra una mentira.
Y es porque el hombre delira
cuando expresa un sentimiento,
porque cualquier argumento
depende de quien lo mira.
La libertad es volar
como vuela el pensamiento
o como acaricia el viento
las estelas de la mar.
La libertad es soñar.
Convertir en fantasía,
el dolor que cada día
nos amordaza y perjura.
Pues todo es una locura
y una falsa letanía.
SONETO AL VINO
El sol hecho fragancia y ambrosía,
su lento palpitar en la madera.
Esencia de la eterna primavera,
que llena el corazón de fantasía.
La aurora en el cristal. Su sinfonía,
transparente y fugaz, pura y austera.
Nos llena de pasión y la solera,
dejando entre los labios la alegría.
Catarata de aroma refulgente
que perfuma la brisa con su aliento,
dando fuerza vital al peregrino.
Majuelo, sombra, sol. ¡Y de repente!
se llena el corazón de un sentimiento.
¡Brindar con una copa de buen vino!