Ilustraciones

SECCIÓN 1

Aficiones e intereses:

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SECCIÓN 2

  Ilustraciones
   Historias
   Alemán

 

SECCIÓN 3

Fotos interesantes

   Dibujos en calle 3D

   Handpainting

   Arte en madera

   Arte en arena

 

SECCIÓN 4

   Chistes 1

   Chistes 2

   Chistes 3

   Chistes 4

   Jokes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Armiño

En los bosques del norte de Europa y en Asia vive un animalito llamado armiño, conocido por su pelaje, que es blanco como la nieve en invierno. Dicho animalito protege instintivamente su blanco pelo contra cualquier cosa que pueda mancharlo.

Los cazadores de pieles se aprovechan de esa insólita característica del armiño. No le tienden una trampa para atraparlo, sino que averiguan dónde vive, que es normalmente en una hendidura de una roca o en un agujero de un árbol. Ensucian la entrada y el interior con tizne. Luego, los cazadores sueltan sus perros para que encuentren y persigan al armiño. El aterrorizado animal huye hacia su casa, pero no entra por lo sucio. Antes de ensuciar su blanco pelaje queda atrapado por los perros y se deja capturar, al tiempo que preserva su pureza. Para el armiño, la pureza es más preciada que la vida!!!

 

¿Qué es más precioso para usted?

 


"Ice-cream”

En cierta ocasión cuando un "ice cream sundae" no valía mucho…un niño de 10 años entró a un hotel y se sentó en una de las mesas del restaurante. Una mesera al verlo, se le acercó y le sirvió un vaso con agua…
El niño, con gran entusiasmo, le pregunta: "¿Cuanto vale un "ice cream sundae"?
"Cincuenta centavos" le contesta la mesera, bruscamente.

El niño mete su manita en el bolsillo de su pantalón y saca varias monedas y las pone el la mesa…
Empieza a contar las monedas una tras otra…. Finalmente después de buscar en sus otros bolsillos… mira a la mesera (un poco enfadada… pues al parecer había varios clientes de ella esperando mesas)… con una mirada de inocencia le pregunta "…y el ice-cream solo, ¿cuánto?"…
Con tono de gran impaciencia, la mesera responde: "Treinta y cinco centavos".

El niño le dice con una sonrisa "voy a ordenar un ice cream solo…gracias".

Al rato, vuelve la mesera con el ice-cream en un plato y se lo deja en la mesa al niño…también le deja la cuenta y se marcha sin decir nada….

Cuando el niño terminó de comerse su ice cream, se para, paga la cuenta…y se va.

Al notar esto, la mesera rápidamente va hacia la mesa para limpiarla. Se da cuenta que, puestos ordenadamente junto al plato vacío, el niño le dejó quince centavos…. su propina.

 


Todavía no es tiempo

            Alguna una vez en Inglaterra, existía una pareja que  gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres.  Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendían vajillas antiguas.  En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita. "¿Me permite ver esa taza?" Preguntó la Señora. "¡Nunca he visto nada tan fino como eso!" En cuanto tuvo en sus  manos la taza, escuchó que la tacita comenzó a hablar.

La tacita le comentó:  "¡Usted no entiende!  Yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo.   Hace mucho tiempo yo sólo era un montón de barro amorfo.  Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me moldeó cariñosamente.  Llegó un momento en que me desesperé y le grité:  "¡¡¡Por favor,  ya déjame en paz!!!"  Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo: "Aguanta un  poco más, todavía no es tiempo." Después me puso en un horno.  Yo nunca había sentido tanto calor.  Me pregunté por qué mi amo querría quemarme, así que toque la puerta del horno. A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi amo que  me decían: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

Finalmente se abrió la puerta.   Mi amo me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara. "Así esta mucho mejor!!!" me dije a mi misma. Pero apenas me  había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintándome. El olor  de la pintura era horrible!!! Sentía que me ahogaría!!!  "Por favor detente!!!" le gritaba yo a mi amo; pero el sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía: "Aguanta un poco mas, todavía no es tiempo."

Al fin mi amo dejo de pintarme; pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno.   No era un horno como el primero, sino que era mucho más caliente.   Ahora si estaba segura que me sofocaría.  Le rogué y le imploré a mi amo que me sacara.  Grité, lloré, pero mi creador sólo me miraba diciendo "aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

En ese momento me di cuenta que no había esperanza.  Nunca lograría sobrevivir a ese horno.  Justo cuando estaba a punto de darme por vencida se abrió la puerta y mi  amo me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la primera.

Allí me dejó un momento para que me refrescara. Después de una hora de haber salido del segundo horno, mi amo me dio un espejo y me dijo: "Mírate. ¡¡¡Ésta eres tú!!!"  Yo no podía creerlo. ¡¡Esa no podía ser yo!!!   Lo que veía era hermoso!!!   Mi amo nuevamente me dijo:  "Yo sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos; pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te  hubieras estrellado.  También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color.  Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la  suficiente para que subsistieras.  Ahora tú eres un producto terminado!!! Eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar."

            Dios nunca te va a tentar ni te va a obligar a que vivas algo que no puedas soportar. Él sabe lo que esta haciendo con cada uno de nosotros. Dios es el artesano y nosotros somos el barro con el cual él trabaja. Dios nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad.

 


La Polilla

Un hombre abrió su armario y miro que salió una polilla. Al mirar al suelo vio que estaba un huevo de polilla que se movía, y por curiosidad se lo llevo y lo puso en su escritorio.
Cada vez se movía mas, y por fin una pieza del huevo se abrió. Pero por mas que se movía la polilla recién nacida no podía librarse del huevo.

Él observó por largo tiempo y notó que la polilla simplemente no podía salir. Así que decidió que sería mejor para ella el que él la ayudara. Quebró el cascarón y ésta fácilmente salió.

Al salir la polilla del cascarón, el notó que la polilla tenía algo pegado a su cuerpo que parecía como aceite, y sus alas estaban como deformadas. El hombre pensó que esto cambiaría y ella se podría ir volando felizmente. Pero esto no sucedió. Al poco tiempo la polilla murió.

Lo que este hombre no sabía era que esta polilla tenía que quebrar el cascarón por su propia cuenta. El hacer esto le ayudaría a desechar este espeso liquido de su cuerpo y le fortalecería sus alas para poder volar. Pero todo este esfuerzo no lo hizo porque el hombre se le adelantó.

Aunque las intenciones de este hombre eran buenas actuó sin conocimiento. No permitió que la polilla madurara.

 

Por eso, si sufrimos zarandeos y pruebas y pensamos que Jehová no nos ayuda, es porque, a diferencia de este hombre, Él sí esta actuando con conocimiento y nos permite madurar para nuestros haberes en nuestra vida espiritual.

Solo nos esta dejando madurar. Así, al igual que una polilla madura estaremos listos para emprender nuestro deber como cristianos.

 


El Maestro

Un estudiante universitario estaba teniendo problemas con sus estudios, por lo que decidió finalmente hablar con su profesor. El estudiante se quejaba diciendo: "Estoy estudiando mucho, hago lo mejor que puedo, pero sencillamente no puedo retener lo que leo ni lo que trato de memorizar. ¿Cree usted que sería conveniente que contratase a un tutor?"

Comprendiendo claramente el problema del joven, el instructor contestó: "No, yo no recomendaría eso en absoluto. No necesitas un maestro, ¡lo que necesitas es un alumno!" El maestro sabía que el aprendizaje aumenta cuando compartimos nuestro conocimiento con otros.

 


Respeto

Como padres deseamos estar orgullosos de nuestros hijos. Pero tal vez nuestra principal preocupación debería ser que ellos estén orgullosos de nosotros.

Después de que un escritor de un libro, recibiera un premio, la editorial le envió unas etiquetas doradas diseñadas para adornarlas portadas de los libros. Cuando su hija de 8 años la vio, le pidió que le diese unas cuantas, sin que tuviese idea alguna de lo que significaban. Las colocó al lado de las calcomanías de los personajes de tiras cómicas que tenía en la puerta de su habitación. A ella le importaba mucho más la disposición a compartirlas que lo que las etiquetas representaban.

No son nuestros logros los que influyen en nuestros hijos sino nuestro carácter. No es lo que hacemos sino lo que somos lo que cuenta para ellos. Nuestros hijos --ya sea que estén en esa edad en la que eempiezan a caminar, en la adolescencia o a principios de la edad adulta-- se impresionan más por el tono de nuestra voz que por el tamaño del contrato que conseguimos en el trabajo. Les importa más lo bien que escuchamos que lo bien que vestimos. Son las decisiones morales que tomamos, no los campeonatos que ganamos, lo que produce esa evasiva cualidad que se llama respeto.

 


El Regalo

Un muchacho joven estaba a punto de graduarse de preparatoria, hacia muchos meses que admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos, sabiendo que su padre podría comprárselo le dijo que ese auto era todo lo que quería.

Así como se acercaba el día de graduación, el joven esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el auto. Finalmente, en la mañana del día de Graduación, su padre le llamó a que fuera a su privado. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro. Enojado le grito a su padre diciendo: "Con todo el dinero que tienes, ¿y lo único que me das es esta Biblia?" y salió de la casa.

Pasaron los años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios, pero cuando supo que su padre anciano estaba muy enfermo, penso en visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su Graduación. Antes que pudiera partir para verlo, recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto, y le había heredado todas sus posesiones, por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los tramites de inmediato.

Cuando llego a la casa de su padre, una tristeza y arrepentimiento lleno su corazón de pronto. Empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenia y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. Con lagrimas, la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11 " Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, con cuánta más razón dará su Padre que está en los cielos cosas buenas a los que le piden! "Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenían una tarjeta de la agencia de autos donde había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y la palabra: PAGADO.

 

¡Cuántas veces hemos rechazado y perdido las Bendiciones de Dios porque no vienen envueltas en paquetes hermosos, como nosotros esperamos!

 


La Flauta

Cuenta la leyenda que un palito de madera se quejó una vez amargamente porque su dueño se la pasaba tallándolo y haciéndole canales y agujeros. Pero el que lo cortaba no le puso atención a las protestas del palo de madera.

Su dueño estaba fabricando una flauta de aquel trozo de ébano, y era demasiado sabio como para detenerse cuando la madera se quejaba tan amargamente. El hombre le dijo: "Pedacito de madera, sin estas hendiduras, agujeros y cortes serías un palo para toda la vida, un trozo de ébano inservible. Lo que hago ahora te puede parecer que te está destruyendo, pero en lugar de destruirte, te transformará en una flauta. Tu dulce música deleitará a muchas almas y consolará los corazones afligidos. Te tengo que cortar para poder hacerte, pues sólo así podrás ser una bendición en el mundo.

"El significado de esta corta parábola es patente: esa flauta, cuya música se mezcla tan suavemente en la orquesta, se convirtió en flauta por el cuchillo y la lima que la llenaron de hendiduras y agujeros que parecían destruirla. Sin embargo, el propósito del maestro era que llegase a ser un instrumento melodioso para alabanza de Dios.

Jehová nos está moldeando. Seamos pacientes y permitamos que su disciplina obre en nuestras vidas.

 


El Cachorro

Un tendero estaba clavando sobre la puerta de su tienda un letrero que decía: "Se venden cachorros". Letreros como ese tiene una atracción especial para los niños pequeños y, efectivamente, un niño apareció bajo el letrero del tendero.

-          "¿Cuánto cuestan los cachorros?"- preguntó.

-          "Entre $30 y 50 dólares" - Respondió el tendero.

El niño metió la mano en su bolsillo y sacó un poco de cambio, - "Tengo $2.37 dólares" - dijo - "¿puedo verlos, por favor?"

El tendero sonrió y silbó, y de la caseta de los perros salió "Dama", que corrió por el pasillo de la tienda seguida de cinco pequeñitas, diminutas bolas de pelo.

Un cachorro se estaba demorando. El niño inmediatamente distinguió al cachorro rezagado… ¡era cojo!

-          "¿Qué le pasa a ese perrito?" - preguntó.

El tendero le explicó que el veterinario había examinado al cachorro y había descubierto que le faltaba una cavidad de la cadera y que cojearía por siempre. Estaría lisiado toda su vida.

El niño se entusiasmo. - "Ese es el cachorro que quiero comprar" - dijo.

-          "NO, tu no quieres comprar ese perrito. Si realmente lo quieres, te lo voy a regalar"- dijo el tendero.

El niño se enfadó mucho. Miró al tendero directo a los ojos, y moviendo el dedo replicó: - "No quiero que me lo regale. Ese perrito vale exactamente tanto como los otros perros y voy a pagar su precio completo. Ahorita le voy a dar $2.37dólares y luego 50 centavos al mes hasta terminar de pagarlo.

"El tendero replicó: - "Realmente no quieres comprar este perrito. Nunca va a poder correr, brincar ni jugar contigo como los otros cachorritos. Al oír esto, el niño se agachó y se enrolló la pierna del pantalón para mostrar una pierna izquierda gravemente torcida, lisiada, sostenida por un gran aparato ortopédico de metal. Miró al tendero y le respondió: - "Bueno, pues yo tampoco corro tan bien que digamos, y el cachorrito va a necesitar a alguien que lo entienda."

 


El eco

                Jorge, que no sabía lo que era el eco, un día se divertía en el campo en ir montado sobre un palo de escoba, como si fuera un asno y en gritar: "¡Arre! ¡Arre!" Pero inmediatamente oyó las mismas palabras en el bosque cercano.

Creyendo que algún niño se hubiera escondido en él, le preguntó admirado: "¿Quién eres tú? "La voz misteriosa repitió inmediatamente: "¿Quién eres tú?" Jorge, lleno de furor, le gritó entonces: "Tú eres un necio. "Enseguida la misteriosa voz repitió las mismas palabras. Entonces Jorge montó en cólera y lanzó palabras cada vez más injuriosas contra el desconocido que suponía escondido; pero el eco se las devolvía con la máxima fidelidad. Jorge corrió al bosque para descubrir al insolente y vengarse de él, pero no encontró a nadie. Entonces marchó a su casa, y fue a consolarse con su mamá de lo que le había sucedido, diciéndole que un bribonzuelo, escondido en el bosque, lo había colmado de injurias.

"Esta vez te has engañado, pues lo que has oído ha sido el eco de tus mismas palabras" - le dijo la madre -. "Si tú hubieras dicho en alta voz una palabra afectuosa, la voz de que hablas te hubiera respondido también en términos afectuosos.

 

"Lo mismo sucede en la vida ordinaria. Por lo común, el proceder de los demás para con nosotros es el eco de nuestra conducta para con ellos.. Si somos educados con los demás, los demás lo serán con nosotros. Si, en cambio, somos descorteses, ruines y groseros con nuestros semejantes, no tenemos derecho a esperar ser tratados de diferente manera.

 


Las vasijas

Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Cuando llegaba, la vasija rota solo contenía la mitad del agua.

Por dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, perfecta para los fines para la cual fué creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer. Después de dos años le habló al cargador diciéndole: - "Estoy avergonzada de mi misma y meeee quiero disculpar contigo"... - "¿por qué?" le preguntó el cargador. - "Porque debido a mis grietas, solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor de lo que deberías." …. El cargador se sintió muy apesadumbrado por la vasija y con gran compasión le dijo: "Cuando regresemos a la casa del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino."

En efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final solo llevaba la mitad de su carga. El cargador le dijo:  "¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Patrón. Sin ser exactamente como eres, él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa."

 

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, por lo tanto, deberíamos utilizar nuestras grietas para decorar la mesa de nuestro Padre.

 


La Decisión

Cerca de un lago, 3 animales estaban hablando acerca de lo que harían si el león llegara. La oveja dijo que ella correría. El pajarito dijo que él volaría. Pero el pato dijo que cuando sucediera el decidiría, puesto que el podía correr, volar o nadar. El león súbitamente llegó y la oveja corrió, el pájaro voló, pero en lo que el pato decidía si correría, iba a volar o a nadar, el león se lo comió.

 

Los que no se han decidido hoy tendrán el mismo destino. El gran León, Satanás también se los comerá. Debemos decidir ahora servir a Jehová.