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Ideólogo de la Ciencia Celeste


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Las protestas de los golpistas apuntan a una dictadura tipo Pinochet

Venezuela En La Mira Imperialista

¿Se repetirá lo que sucedió el 11 de septiembre de 1973 en Chile?

"La multitud avanzaba con coraje por la avenida Urdaneta" fue así el artículo político del diario derechista La República (PERU) 14 de Abril 2002, tratando de justificar dicha protesta derechista y avalando el Golpe de Estado que llevaba a cabo la traicionera burguesía venezolana al mando del entonces presidente del FEDECAMARAS (organismo del empresariado burgués) Pedro Carmona y que realizaron en complicidad con los mandos militares de las Fuerzas Armadas, columna vertebral del sistema burgués, con la anuencia y participación indirecta del aparato de inteligencia (CIA)de la Bestia norteamericana.

Pero, al margen de la opinión del rastrero periódico, ¿Cuál fue el motivo de esta acción de la burguesía venezolana?, parar drásticamente, cuando aún era tiempo, el avance reformista de Hugo Chávez y su apoyo a los grupos progresistas venezolanos, detener su programa político de choque con la política de la EEUU, extirpar ese concepto de Gobierno Bolivariano Revolucionario y restablecer en su plenitud los mecanismos y las estructuras de una sociedad capitalista dependiente, bajo el manto protector de las FF.AA.

Este complot contra el gobierno reformista y bolivariano de Chávez fue orquestado con 2 meses de anticipación, según la revista neoyorquina NESSWEEK. Sindicalistas del partido del derechista y vendepatria Carlos Andrés Pérez, la facción militar, algunos cientos de manifestantes hijos de la burguesía y ciertos vendeobreros tomaron las calles envalentonados por los medios de comunicación, para tratar de legalizar el Golpe de Estado.

Es importante recalcar el papel cardinal que jugaron los medios de información masivos como el canal 2 (Radio Caracas), canal 4 (Venevision), canal 10 (Televen), canales privados de señal abierta que se dedicaron abiertamente a instigar a la violencia y la insurrección contra el gobierno de Chávez, utilizando los artículos 2, 57 y 58 de la constitución venezolana para defenderse de las reformas cada vez más radicales del Gobierno Bolivariano contra los intereses de la burguesía traidora venezolana. Ciertamente que era un gobierno con careta de democrático civil dirigido por un empresario del ala mas radical de la derecha venezolana (Fedecamara). Un empresario multimillonario que tenía contacto muy estrecho con los mandos militares, principalmente con la Marina, con la CIA americana y con la Embajada; pues el apoyo de EEUU se realizó en lo legal y lo ilegal, esto es, apoyo de la administración Bush y apoyo y financiamiento de la tenebrosa CIA, brazo terrorista del Pentágono. Todos los golpistas y sus militares en su afán, desesperación y con un alarde de soberbia, quisieron legalizar su "Gobierno Democrático" aduciendo que todo el pueblo venezolano así lo exigía. La confianza de estos traidores sirvientes del imperialismo norteamericano se iba fortaleciendo por el apoyo casi inmediato que hicieron los voceros de la administración Bush y por la apatía e indiferencia de los cancilleres latinoamericanos que sostenían una reunión en Río de Janeiro, haciéndose todos de la vista gorda y sepultando con su actitud traidora el acuerdo que habían hecho, hacia casi un año atrás, de no permitir ningún golpe de Estado en toda América; y que si sucediera, entonces dar su apoyo total al depuesto presidente y bloquear políticamente al supuesto gobierno golpista hasta hacerlo derrocar. ¿Lo hicieron? Ciertamente que no. ¿Por qué estos gobernantes "democráticos y respetuosos de los DD.HH." fueron cómplices de un golpe de Estado dirigido y subvencionado por el imperialismo norteamericano? ¿Por qué el felipillo Toledo acusador de violación de los DD.HH., tuvo el exabrupto de decir que Chávez "no era el santo de su devoción" en clara actitud de apoyo al golpe de Estado de la criminal burguesía venezolana?. Ciertamente, la burguesía así como las serpientes y las víboras, no tienen ningún derecho de hablar de justicia y de moral, pues son los más grandes terroristas y asesinos de niños y mujeres a través de su política rapaz y depredadora llamada neoliberalismo (Capitalismo salvaje).

Mientras en las calles miles, cientos de miles de venezolanos comenzaban a rodear el palacio de gobierno. El encontronazo con los trabajadores organizados en los llamados "círculos bolivarianos" y la población misma hizo atemorizarlos. Fueron más de 200,000 caraqueños que hicieron suya la ira de toda la nación por tan execrable golpe de Estado; golpe de Estado dirigido por lo mas cavernario, hipócrita y servil de la burguesía nacional, violando todos los principios y normas de la constitución y yéndose por encima del Congreso y de los otros estamentos del Estado burgués, despojando de sus cargos a todos los "chavistas" del aparato estatal, y no solo eso, sino que se venía una represión sangrienta contra las organizaciones progresistas que se habían estado fortaleciendo dentro del gobierno bolivariano de Chávez.

Los trabajadores de los sectores empobrecidos, los grupos progresistas y aun ecologistas gritaron sus proclamas, mostraron los puños, tomaron las calles principales y devolvieron al gobierno al depuesto presidente, el comandante Hugo Chávez. La mayoría de los soldados subalternos y toda la población de las clases sociales empobrecidas que se habían identificado abiertamente con las modificaciones del gobierno bolivariano, rodearon el Palacio de Miraflores y arremetieron contra la sede del gobierno, obligando a los golpistas traidores y vendepatria de la burguesía y a los altos mandos castrenses a arrinconarse, renunciando (si se puede decir así) al plan golpista del corrupto y traidor Pedro Carmona y toda la gavilla de secuaces y criminales que lo acompañaban. El vicepresidente bolivariano Diosdado Cabello juro como presidente temporal para solo anunciar que Chávez asumiría la conducción del gobierno. Así se escribió un capítulo mas del turbulento acontecer político que sacudió y sacude América Latina; turbulencias e inestabilidades atizados por la política fascistoide que el terrorista Bush y los criminales del Pentágono iniciaron con la horrorosa masacre, crimen de lesa humanidad, contra miles de trabajadores inocentes el 11 de septiembre del 2001 en el Trade World Center, perpetrado por La Bestia de los mil ojos, la siniestra Central de Inteligencia Americana (CIA).

Estas embestidas y desesperadas actitudes de los empresarios y los mandos militares pro-imperialistas, los partidos políticos derechistas y la clase acomodada pertenecientes a la burguesía no han cesado en querer desestabilizar al gobierno utilizando todas las argucias de todas las calañas que le son propias a esta corrupta, hipócrita y criminal clase explotadora. El pueblo venezolano sabe y lo entiende bien al igual que sus incipientes vanguardias políticas, que la gran burguesía traicionera y el imperialismo le han declarado la guerra al gobierno reformista y bolivariano de Chávez, y ésta debe aprestarse a responder las arremetidas del enemigo interno y su patrón el amo del norte. Meses después del golpe del 12 de abril, apareció en escena un grupo paramilitar tipo al que combate en Colombia (AUC), llamado Autodefensas Unidas Venezolanas (AUV) compuesto por mercenarios de las FF.AA. y FF.PP. dedicados a atemorizar a la población y desestabilizar al gobierno de Chávez. Estos terroristas mercenarios ya están operando en la selva de Venezuela y han amenazado a ministros, funcionarios y simpatizantes chavistas. Estos criminales, perros sirvientes de la derecha venezolana, tienen apoyo en logística y dinero de la CIA. En la primera semana de agosto, los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), todos pertenecientes a la burguesía enquistada en las instituciones tutelares mas importantes del Estado, en forma aberrante exculparon a cuatro oficiales golpistas, decisión que fue repudiada por toda la población. Esta actitud de los magistrados de negarse a enjuiciar a los mandos militares demuestra la falta de respeto a sus mismas leyes jurídicas venezolanas y la fragilidad del Estado al aceptar una provocación mas de los componentes de la clase explotadora para socavar y/o debilitar la estructura jurídica y política del gobierno, a la vez preparando las condiciones para otro golpe de Estado mas contundente, feroz y sin miramientos, para aplastar en sangre dichas reformas que se han convertido en una pesadilla para la política exterior de la administración Bush con respecto a su patio trasero.

Los grupos progresistas, la vanguardia venezolana y el mismo gobierno bolivariano de Hugo Chávez, deben de entender que pretender reformar todo un sistema basado en la explotación del hombre contra el hombre, no tocando los pilares en la cual descansa dicho corrupto y decadente sistema, cual es la propiedad privada sobre los medios de producción, tratando de "respetar las instituciones" creadas por la propia burguesía para defender sus intereses de clase, y querer hacer una revolución tipo Allende; es no haber aprendido los errores que la historia nos ha enseñado a los trabajadores explotados y a sus mandos dirigenciales. Ciertamente que existe una diferencia marcada entre el proceso de socialización que emprendió el gobierno socialista de Salvador Allende y la Unidad Popular y que se dio en llamar vía chilena hacia el socialismo, con las reformas o cambios que intenta hacer el gobierno bolivariano y revolucionario que lidera Hugo Chávez, reformas no sustanciales; pero que han exacerbado el odio de los grupos de poder. Pero a la vez, existe una ligazón entre los dos: el primero fue depuesto por un cruento golpe de Estado y el otro soporta los intentos de los patrones del capital, de un nuevo golpe de Estado.

La Experiencia Chilena

...la guerra no es solamente un acto político, sino un verdadero instrumento político; es la continuación de las relaciones políticas y la realización de estas por otros medios...

Karl Von Clausewitz, De la guerra.

El 11 de septiembre de 1973 se produce en Chile un Golpe de Estado desgarrador en donde las FF.AA. y FF.PP. coludidos con lo mas reaccionario de la burguesía chilena le declaran la guerra al pueblo y deciden continuar la vida política a través de la violencia. Esta guerra declarada no era mas que la culminación de una etapa de lucha de clases sociales en Chile, etapa iniciada decenios atrás y que se había cristalizado en un neto triunfo táctico de las izquierdas el 04 de septiembre de 1970, con la llegada de las fuerzas populares a través del compañero presidente Salvador Allende. Con esta victoria se iniciaba lo que se dio en llamar la vía chilena al socialismo. La izquierda pretendía, apoyado por las urnas y en las tradiciones libertarias y democráticas de la nación y del respeto irrestricto a las leyes y la constitución de las FF.AA., forjar una nueva sociedad.

La consigna era hacer reformas cada vez mas radicales hasta llegar a una sociedad socialista, era avanzar en las posiciones de poder aprovechando para ello las importantes y grandes posibilidades que significaba tener el control del gobierno en un régimen presidencialista y además contar con el apoyo de la clase trabajadora y de los sectores progresistas del país. Se trataba pues, de transformar el carácter de clase del Estado paulatinamente desde su interior, utilizando la legalidad existente y sin necesidad de su destrucción previa. Para hacer posible este proyecto político, sui generis, era preciso cumplir el Programa de la Unidad Popular y tener la respetuosidad y consentimiento de la gran burguesía chilena y la no-intromisión en la política interna de parte del imperialismo norteamericano.

El presidente Allende y la Unidad Popular lograron mantenerse y cumplir en tres años parte del programa, y esto se tradujo en una sustantiva transformación de las estructuras de la sociedad chilena. Sin embargo, la izquierda no fue capaz, no tuvo la capacidad de profundizarla por confiarse en la tradición de respeto a la constitución de las instituciones burguesas, principalmente de la castrense, olvidando las enseñanzas de los clásicos del Marxismo y de los pueblos del mundo, de la razón de ser de las FF.AA. dentro de un país capitalista dependiente. La izquierda chilena no pudo cambiar la táctica en el momento oportuno con el fin de enfrentar a las inmensamente poderosas fuerzas de la reacción interna y externa; los que habiendo comenzado las hostilidades y la subversión el mismo dia 04 de septiembre de 1970 decidieron prepararse para un golpe de estado (guerra total).

La Unidad Popular no supo cambiar en el instante adecuado la táctica política propia de la guerra de posiciones por la correspondiente a la guerra de movimientos. La derecha chilena y EEUU (La Bestia norteamericana) con una estrategia insurreccional correcta, consiguieron crear en el país las condiciones adecuadas para introducir ese cambio de táctica en su dirección política. Tomaron la iniciativa y derrotaron militarmente a la conducción política de la izquierda y al pueblo chileno, desencadenando una cruenta persecución y muerte de los mejores hijos del pueblo chileno, hijos de izquierda formados por muchos años en los quehaceres de la vida chilena. Cuadros comunistas que fueron masacrados por la plaga fascista al servicio de los explotadores. La guerra "no se materializa sino por un motivo político". Entonces ¿Cuál era el motivo para la reacción chilena? Parar drásticamente, cuando aún era tiempo, el avance arrollador de las fuerzas progresistas, detener su programa político y destrozarlo, extirpar el "cáncer marxista" y restablecer los mecanismos de una sociedad capitalista dependiente. El modelo económico que impulsó la dictadura pinochetista se inspiró en el aplicado por la dictadura de los fascistas brasileños. La dictadura militar chilena sirviendo como brazo armado de la burguesía, retrocedió al país hacia atrás, hacia el capitalismo dependiente. La gran burguesía monopolista, rural, comercial, industrial y financiera, se lanzó desde aquel fatídico 11 de septiembre de 1973 a la reconquista del poder perdido en esos últimos años, con una vehemencia incontrolable y un odio de clase, reflejado en su accionar. La dictadura pinochetista, como cualquier otra dictadura, se planteo dos objetivos inmediatos que fueron la médula de su quehacer:

1.- El exterminio físico de todos los partidos marxistas, progresistas y de las fuerzas revolucionarias chilenas.

2.- La restauración del orden capitalista, utilizando una represión cruel y sanguinaria para alcanzar el objetivo político; esto es, ampliar la base de apoyo a la dictadura bajo un modelo económico reformista burgués, que sin intentar cambiar las estructuras capitalistas de producción, las racionalice y desarrolle en lenta apertura a mediano plazo.

Como un experimento de laboratorio, esta aplicación se dio en todo país que intentó sacudirse de las garras del Aguila de Rapiña yankee. Magos del lenguaje y dueños del fusil, los explotadores de siempre trataron de envolver al pueblo chileno en una cortina de defensa de "la libertad y la democracia", tratando de justificar sus hechos de sangre con palabras sin contenido real. Y como el pueblo chileno y sus organizaciones estaban desarmadas, en el sentido de que no poseían armas por la Ley de Control de Armas, que impedía que las masas trabajadoras estuviesen armadas (Milicias Populares), el ejército, la marina, la aviación y los carabineros al mando de los traidores golpistas arremetieron contra las otras armas que poseía la clase trabajadora y el pueblo en general, es decir, contra las organizaciones populares, sus partidos, su central obrera, sus intelectuales de izquierda, sus artistas progresistas, contra el partido oficial Unidad Popular, el MIR, matando, encarcelando, torturando, prohibiendo. Nunca la burguesía chilena y el imperialismo borrarán de la memoria colectiva, las atrocidades que cometieron los gorilas fascistas, al mando del "generalísimo" sanguinario y hiena asesina Pinochet.

El pueblo venezolano y el proletariado mundial tienen que haber aprendido la lección para siempre: la vía chilena al socialismo; esto es, cambiar la sociedad a través de reformas, nunca fue una alternativa "pacifica" para llegar a la sociedad socialista. El costo fue muy alto: miles y miles de asesinados, desaparecidos, expatriados y los trabajadores y su vanguardia totalmente descabezados.

La clase trabajadora venezolana ha sido testigo en los últimos meses de las violaciones sistemáticas y a veces abiertamente provocadoras de las leyes constitucionales del Estado reformista bolivariano, por parte de la gran burguesía, los mandos militares y las facciones políticas derechistas. La prueba de ello fue el fallido golpe de estado perpetrado en abril último con apoyo del imperialismo. Y esta no se detendrá hasta cumplir su objetivo.

Como sabemos, todos los gobiernos latinoamericanos, salvo Cuba y Venezuela, se han alineado con la política fascista de EEUU. Toledo, Uribe, Duhalde, Rodríguez, Cardoso, Novoa, Battle, Lagos, Fox,... todos siguen aplicando el neoliberalismo, que no es más que un orden económico mundial que constituye un sistema de saqueo y explotación como no ha existido jamas en la historia. Este orden económico que ha fracasado, que ha conducido a la miseria al 75% de la población mundial, que ha extremado la pobreza a límites de indigencia a 1,500 millones de seres humanos en el Tercer Mundo, que ha hecho mas ricos a los ricos del Norte opulento con los del Sur desposeído, que gracias a ella ha proliferado el analfabetismo a 900 millones, que han desertado de las escuelas 350 millones de niños, que ha hecho del negocio de los medicamentos un vil negocio afectando a mas de la mitad de la población, que han lanzado al trabajo esclavista a mas de 100 millones de niños y que esta llevando a la muerte a no menos de doce millones de niños que fallecen anualmente por causas evitables, no puede y no debe continuar.

La clase trabajadora venezolana y los proletarios del Tercer Mundo deben saber que mientras el sistema capitalista siga dirigiendo nuestras vidas y nuestros destinos, nosotros no podremos salir del infierno en que vivimos, el infierno capitalista. He ahí la razón y porque es necesario destruirlo. Y esta no se hace con meras modificaciones o ciertas reformas en su estructura y superestructura del sistema, no se hace modificando o reformando esa corrupta constitución burguesa a la cual rigen a nuestros países, creyendo que los capitalistas nacionalistas o benévolos van a ayudarnos al cambio pacifico de la sociedad.

Las masas y los pueblos necesitan tener el control del Estado e implantar un gobierno de mano de hierro con los trabajadores a la cabeza. Una Dictadura Obrera Campesina; esto es, dictadura para el remanente burgués y democracia para las masas. Tenemos que hacer saltar todo el aparato burgués y transformarlo radicalmente, tomando en cuenta, principalmente, la experiencia soviética (NEP) y la experiencia China habiendo hecho un análisis concreto de la realidad concreta de porque volvieron a su vomito, al capitalismo. Los mismos que fueron y son explotados tenemos que forjar la revolución comunista. Debemos de tener claro que tenemos que sentar las bases del sistema comunista que queremos construir, sentar las bases sobre un nuevo principio, diferente al principio socialista. Mientras en el Socialismo se aplicaba el principio: De cada cual según sus capacidades, a cada cual según su trabajo; en nuestra revolución comunista el principio será: A cada cual según su necesidad, de cada quién según su capacidad; esto es, mientras haya necesidad la compartimos todos, mientras haya abundancia la disfrutamos todos. Tenemos que eliminar la propiedad privada sobre los medios de producción, la cual es la generadora de las clases sociales, del mercantilismo y del trabajo asalariado. Ciertamente que la tarea no es fácil, por la etapa fascista en la que nos encontramos. Es necesario que los cuadros comunistas y los grupos progresistas de manera firme y constante fortalezcan la lucha ideológica para expandir el pensamiento comunista. Debemos de ganar las mentes de los trabajadores y de la juventud, sedienta de ideales y planteamientos históricos concretos. El comunismo es la piedra angular para salir del infierno capitalista, y así lo van entendiendo los explotados. Nosotros los comunistas creyentes entendemos con absoluta claridad que la empresa antifascista será victoriosa, solo en la medida en que seamos capaces de cultivar el internacionalismo proletario y consolidar en el seno de los movimientos populares el luchar de frente por el comunismo.

Necesitamos una unidad cada vez más vigorosa de los trabajadores explotados. Las fuerzas del mundo viejo explotador, no abandonaran por su propia voluntad la escena de la historia. La agresión imperialista es un hecho y esta disfrazada de "cruzada humanitaria contra el terrorismo". Las burguesías nacionales de América Latina están utilizando esta misma lógica para seguir sobreexplotando "legalmente" las riquezas naturales y productivas de sus respectivos países, potenciando sus aparatos represivos legales (FF.AA. y FF.PP.) y creando las ilegales (aparatos paramilitares subvencionados y dirigidos por la CIA); todo esto porque las burguesías nacionales tienen como objetivo principal inmediato y futuro, desarticular todo vestigio de organización política sindical y popular clasista, instalar un fuerte aparato represivo en el campo y la ciudad, extirpar todo tipo de ideología marxista, étnica, fundamentalista o revolucionaria del seno de las masas, potenciar (privatizar) el sistema de acumulación capitalista; impulsar, según las condiciones objetivas y posibles, la Doctrina Maltusiana con apoyo de organismos internacionales financieros como el B.M. y F.M.I. y organismos multinacionales, principalmente la siniestra O.N.U. cueva de hipocresía y servilismo rastrero al imperialismo; además utilizan para este fin las llamadas ONGs, las cuales existen para suavizar la salvaje explotación capitalista y mejorar sus leyes en todo América Latina.

Por todas partes son derramadas las sangres de los trabajadores y explotados, los ataques contra la clase proletaria crecerán y serán más despiadadas ¿Acaso no estamos viendo como son atacados los pueblos hermanos de Cuba, Afganistán y ahora Irak? Por otro lado, las rivalidades entre imperialistas se están agudizando por la repartición de los mercados del mundo, principalmente del petróleo. Ninguno de estos obstáculos detendrán el ascenso irremediable de la clase trabajadora y de sus organizaciones de vanguardia. Hay que entender revolucionarios del mundo que la única respuesta al terror fascista, es y sigue siendo construir el Partido Comunista en cada país, para luchar por una revolución proletaria. No existe otra salida histórica para los millones de pobres que deambulan sin esperanzas y sin futuro. Por tanto no debemos intimidarnos por las dificultades de nuestra tarea. Luchemos por una sola clase, un partido y una patria planetaria.

     

 

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