Los emigrados de Nueva York celebraron una sesión el día 11 con el objeto de discutir si sería o no oportuno en los actuales momentos traer la guerra a Cuba; y el antiguo insurrecto Martí, con gran satisfacción de los oyentes, manifestó que había llegado la hora de recoger los hilos de la trama, porque el descontento que actualmente había en esta isla, no podía menos de producir sus naturales efectos, y sólo habría que esperar tres o cuatro meses para la lucha armada, agregando que sería extemporánea en atención a que los elementos que entonces irían a la guerra, tenían al presente un vago pretexto para no decidirse aún; que el partido autonomista hacía grandes aprestos para la lucha y, como España no iba seguramente a acceder a las pretensiones de los diputados cubanos, se precipitaría la crisis que él y sus amigos aplazaban para dichos planes; y por lo tanto, que era prudente y práctico esperar porque en el interin el Brigadier Ruz podría ir perfeccionando sus planes y allegando recursos.

Hubo diversidad de pareceres respecto al último extremo; pero todos convinieron en que era preciso prestar apoyo a Ruz, y nombraron en el acto un comité que se entendiera con los revolucionarios de dentro y fuera de Cuba para la organización del movimiento.

En Cayo Hueso, adonde acaba de llegar Ruz, se cree que muy en breve saldrá para esta isla al frente de una expedición, en compañía del titulado Barnet y otros cabecillas que están en Nueva York.

Dícese que en dicho Cayo se ha recibido una correspondencia de la fracción del partido autonomista que apoya a los separatistas en la que se anuncia un pronunciamiento para el día del aniversario del Zanjón, que será en febrero. Y simultáneamente el Sr. Ministro de España en Washington participa por el cable que Ruz y la Junta secreta de Nueva York esperan, para venir a Cuba, un movimiento en la provincia de Stgo. de Cuba con la cual están en inteligencia y de ella reciben auxilios.

Rodríguez La O, Raúl. Héroes de la Independencia de Cuba. Casa de la Amistad Argentino-Cubana. Lomas de Zamora, Buenos Aires, Argentina. Agosto de 1995. Págs. 152-153