tabaco y embarazo
 

 
 

Tabaco y embarazo

 
 
Uno de los grandes males de nuestra época es la contaminación ambiental. Sin embargo, existe una forma de contaminación que es más sutil, más artera, no colactiva sino individual y que atenta contra la esencia misma de la vida. La contaminación a que nos referimos adopta diversas formas, llámese alcohol, tabaco, drogas, y ellas no sólo socavan la salud integral del individuo sino que, y esto es lo más grave, sus perjuicios van más allá de nosotros, dado que pueden alterar los elementos que tienen que ver con el tabaco y embarazo de la mujer, es decir, sus órganos germinativos.
Una breve reseña sobre el tabaco y embarazo, las diferentes etapas que caracterizan el proceso de la reproducción humana y sobre la toxicología del tabaco, explicará de manera más satisfactoria el posible mecanismo de acción del tabaco y los riesgos de vulnerabilidad del organismo embrionario y fetal en el embarazo.
   
 

 

 

Tabaco y embarazo, como afecta al embrion

El huevo o germen comienza a dividirse en células cada vez más numerosas y más diminutas: células de segmentación o blastómeras. Luego aparece la cavidad de segmentación que establece la separación entre una masa procedente en su interior, el embrioblasto y una capa de células externas que rodea a aquella y que se conoce como trofoblasto. En la primera se desarrolla el embrión; la otra entra en contacto con los tejidos maternos y posibilita la alimentación del embrión en el embarazo.(tabaco y embarazo)
El paso siguiente a la mutilación celular es la formación de diferentes grupos celulares, dotados cada uno de éstos de fuerzas formativas o potencias distintas. La formación de territorios celulares diferenciados o especializados se hace en forma de lágrimas u hojas germinativas. Estas hojas, en número de tres, representan los distintos esbozos de los órganos embrionarios.
El embrión humano consta de una envoltura llamada trofoblasto, dentro de la cual se encuentra el esbozo embrionario propiamente dicho.(tabaco y embarazo)
De esa envoltura deriva el corion, membrana compuesta por una serie de excrecencias o vellosidades que entran en íntima conexión con la membrana que reviste la cara interna del útero materno o decidua, formándose así la placenta.

Esta es un verdadero conjunto de pequeños lagos sanguíneos y en ellos se nutre el embrión en el embarazo maternal tomando sustancias nutritivas y oxígeno por medio de un sistema de vasos sanguíneos (arterias y venas umbilicales); los productos de desecho siguen el mismo camino pero en sentido inverso. El intercambio nutritivo comienza a edad muy temprana. La vida intrauterina culmina alrededor de los 38 semana, momento en que se produce el parto.(tabaco y embarazo)

 

Con todos los datos aportados acerca del embrión y sus anexos, se ha querido mostrar los diferentes caminos o vías que tiene el tabaco (tabaco y embarazo) para ejercer su acción deletérea. Pensamos que así las crudas y frías estadísticas harán sentir más su realismo. Un hecho aceptado ampliamente por todos los investigadores que se han ocupado del tema tabaquismo y embarazo, es que el peso de nacimiento de los hijos de madres que fuman durante la gestación, es inferior al de los de madres no fumadoras. Más importantes son las observaciones de estaturas o tallas inferiores y menores circunferencias cefálicas en los niños de fumadora consuetudinarias.
Todo lo expresado anteriormente resume, de alguna manera, las investigaciones sistemáticas realizadas hasta la fecha.(tabaco y embarazo)
L os mecanismos, a los que se hace responsables de la acción del tabaquismo en el feto, son varios. Por un lado, el consumo de tabaco puede producir una disminución del consumo de oxígeno por parte del feto. El oxígeno es necesario para la vida celular y es algo así como la energía o el combustible que se necesita para poner en marcha los procesos de división o multiplicación celular que llevan a la formación del embrión. Posteriormente se necesita para la maduración fetal (tabaco y embarazo). El oxígeno es aportado por la sangre materna, haciéndose el intercambio con la sangre fetal a nivel de la placenta. Este elemento tan necesario para la vida es transportado en la sangre y fijado a una sustancia llamada hemoglobina. Esta es un pigmento que rellena los glóbulos rojos y que a nivel del sistema circulatorio materno de la placenta lo cede a la hemoglobina de los glóbulos rojos fetales. La combinación del oxígeno con la hemoglobina se conoce como oxíhemoglobina(tabaco y embarazo). Ahora bien, en la mujer embarazada que consume tabaco, el humo que surge de la combustión de éste contiene un gas tóxico que se conoce como óxido de carbono y que contamina el aire que inhalan los pulmones, en una verdadera competencia con el oxígeno. De esta manera será menor el aporte de oxígeno a kla sangre fetal, que se verá privada parcialmente de un elemento esencial para el crecimiento embrionario o fetal.(tabaco y embarazo)

Otra posible causa que puede determinar peso subnormal, menor talla y circunferencia cefálica del recién nacido de fumadoras crónicas es el espasmo vascular en la madre, esencialmente en el sistema circulatorio de la placenta. Esta acción nociva se ejercería por efecto de u alcaloide contenido en el tabaco que se conoce como nicotina (tabaco y embarazo). La consecuencia esencial de esos espasmos de las arterias maternas de la placenta es la alteración de las funciones de respiración, nutrición y excreción que cumple éste último órgano. El menor flujo sanguíneo provoca la disminución del aporte de oxígeno y de las sustancias necesarias para el crecimiento del embrión. Además está disminuída la excreción del anhídrido carbónico y de otras sustancias de desecho que deben pasar, a su vez, al organismo materno.(tabaco y embarazo)
También existe la posibilidad que la disminución del peso, talla y circunferencia cefálica fetal, debido a la acción del tabaquismo sobre la madre.
Es muy frecuente que los grandes fumadores, como uno de los signos de intoxicación crónica, un estado de adelgazamiento. En gran parte esto se debe a una restricción de calorías o alimentos, por una disminución o falta de apetito. Incluso puede llegarse a un adelgazamiento extremo descrito como caquexia tabáquica.
Se ha demostrado la asociación del tabaquismo con la falta de aumento adecuado del peso de la madre durante el embarazo. Y hay que tener en cuenta que el aumento del peso de la madre posee un gran efecto en el crecimiento fetal.(tabaco y embarazo)
En otros estudios se sugirió que entre las fumadoras sería mayor la incidencia de desprendimientos de placentas, con la consiguiente precipitación de los partos. Al respecto se considera el tabaquismo como una causa general de prematurez. En el tabaco y embarazo las que fuman diez cigarrillos por día, la frecuencia del parto prematuro llega al 10%, que aumenta al 13% en las que fuman 20 cigarrillos, para llegar al 30% en las que fuman 30 cigarrillos diarios.
El problema de si el tabaquismo en el padre posee influencia en el niño está mucho menos estudiado que en el caso de la mujer. De cualquier manera, veremos que dicen algunos estudios de investigadores de diversos países.

Se ha comprobado que los niños cuyos padres fumaban más de 10 cigarrillos por día presentaban una tasa de mortalidad perinatal más elevada, aún en aquellos casos en que la madre no era fumadora. Este efecto era independiente de la edad de la madre y el padre, del número de partos, el estatus social, la cantidad de anteriores abortos y nacidos muertos. Adicionalmente se comprobó una doble incidencia en malformaciones graves en niños de padres fuertemente fumadores. Es desconocido el mecanismo que provoca estos daños, aunque debe de tenerse en cuenta una influencia directa sobre el semen. Seguramente nunca imaginamos que pudiera existir una contaminación ambiental tan nefasta y sutil , en ese pequeño mundo que se está gestando y al que creíamos inexpugnable de todo cuanto acontece en la madre.(tabaco y embarazo)
 

Un destacado cirujano cardiovascular argentino, el Dr. René Favaloro, llegó a afirmar, con la autoridad que lo caracterizaba que el cigarrillo, la obesidad y el sedentarismo son, ni más ni menos, el triángulo de la muerte. Este pensamiento fue expresado en Bogotá, Colombia, durante un simposio sobre cirugía cardiaca. En consecuencia, quebrar esos tres hábitos es, si no la mejor fórmula definitiva, por lo menos un cambio para vivir más y mejor.(tabaco y embarazo)

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