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Management.
Crisis, calidad, quejas, atención.
El
artículo está orientado a las MiPyMEs
pero también puede ser aplicado por el consumidor, es más puede ser un
beneficio para el cliente no satisfecho.
Para aquellos no
muy acostumbrados a leer la palabra “management” su significado es muy
amplio, pero lo podríamos resumir en gerenciamiento, o la acción de llevar
adelante un proyecto definido, de ejecutarlo y como hacerlo. Como podrá observar, el estudio de cómo actuar es
fundamental, visto del lado de una empresa, es como un gerente representa la
imagen de la empresa, como la hace actuar, en definitiva como se construye su
accionar. Esto es management. La
globalización ha provocado grandes cambios económicos en el mundo entero.
Ha obligado a repensar actitudes, acciones, productos, servicios, en fin
casi todo. Y en ese cambio, los
consumidores se han adecuado en sus actitudes mucho más rápido que las
empresas. ¿Por qué?
Pues simplemente han observado como lograr ventajas o beneficios ante la
actitud de las empresas que desean brindar mejores servicios y mejor calidad en
sus productos. Han pensado así: “Si
la empresa XX está queriendo brindar un mejor servicio, y yo estoy comprando
ese servicio, le exigiré más”
Lo hemos hecho todos, es lógico, correcto y beneficioso ser más
exigentes. Nos llevaron a ese juego
y los consumidores hemos ganado gratis mejores servicios y productos. Claro,
hay empresas que se resisten a entrar en esa competencia, y cada día tienen más
problemas. Otras han decidido
aceptar el desafío pero lo hacen mal. ¡Y
algunas son multinacionales! Lo
que más se repite, en las empresas, es que los que están en la línea de
fuego, los que dan la cara y son la voz de la empresa, no están capacitados
para escuchar reclamos o quejas, o las escuchan pero no saben responder
correctamente. Y a decir verdad, si la empresa acepta el desafío de
escuchar los reclamos y lo hace mal, no solo pierde el sentido de orientación
en el mercado sino que desprecia un regalo muy valioso: la opinión que tienen
de ella algunos de sus clientes. Escuchar
un reclamo, valedero o no, y simplemente contestar mal o seguir haciendo lo
mismo pues no se entendió la queja solo ahuyenta al cliente, y seguro que no
vuelve más. Es sabido que son
pocos los que invierten su tiempo (muy valioso) en prepararse para una queja,
luego elevarla y estar dispuestos a escuchar que tiene que decir la empresa para
satisfacerlo. Desechar ese esfuerzo
de ayuda de un cliente, es como decirle “fuera de aquí”, es echarlo más
fuerte aún que si no aceptara recibir el reclamo. Entonces,
como empresario, sepa recibir un reclamo, prepárese, capacítese, no es
sencillo hacerlo. Hay que orientar
el reclamo, entenderlo, provocar acciones internas, solucionar el problema
creado y dar una respuesta que signifique satisfacción al cliente y
secundariamente indicarle en forma directa y fehaciente que no volverá a
ocurrir. No olvide agradecerle el tiempo dispensado, su preocupación
en hablar con la empresa para mejorarla. Es
aceptar ese regalo tan importante, valorarlo, y actuar en función del pedido. Si
como empresario no está dispuesto a hacer todo esto y a hacerlo bien, es
preferible que acepte que pronto desaparecerá del mercado y perderá sus
clientes. Alguien aparecerá
compitiendo y le quitará sus preocupaciones, incluso su empresa. Una
década atrás, todos agregaron al precio de su producto algo de servicio en el
afán de competir. Hoy los
consumidores “descuentan” que compran un producto con servicio incluido, y
piden que además sus puntos de vista sean tenidos en cuenta para la evolución
del producto y para mejorarlo, así pueden disfrutar de una mejora. Parece
muy teórico pero piense Ud. cuantas veces como consumidor ha estado en esta
situación. Seguro que fueron
varias, seguro que le gusta la idea, y que lo ha hecho y hará muchas veces más.
Es una realidad, no un nuevo sistema. Tomemos
un ejemplo. Cuando lo llaman de una
compañía telefónica para ofrecerle un plan nuevo, Ud. pide lo que necesita.
Si le ofrecen algo que no necesita responde NO, e insiste en lo que
necesita. Si ellos tienen un plan
con sus requerimientos, entonces hace el cambio, sino se queda donde está pero
esperando cambiar en cualquier momento. Y
hasta es capaz de cambiar de compañía si las veces que llamó a su proveedor
telefónico no tuvo una amable atención o no le arreglaron nada.
Esto es lo que como empresario debe vislumbrar, el alejamiento del
cliente solo por bronca por su mal servicio.
Y tomamos el ejemplo de una compañía telefónica pues si Ud. navega
Internet seguro que conoce del tema. Les
ha pasado a muchos más con su proveedor ISP de Internet, ¿o no? ¿Hacia
donde apuntar las preguntas a sus clientes?
Les damos algunas pautas por si Ud., como empresario, desea invertir en
este tipo de actitud positiva.
Como
consumidor, ya sabe como orientar su queja, ya sabe lo que debe hacer, como mínimo
el empresario, y podrá obtener los mejores beneficios.
Todo es cuestión de aprender a quejarse, en forma correcta. Resumiendo,
debería aceptar el desafío de “hablar con sus clientes”, pero antes de
hacerlo capacite a sus personal, o tercerice ese sector exigiendo y controlando
a ese proveedor tanto o más que a su principal proveedor de materia prima.
Recuerde que la imagen de su empresa está en juego en cada contacto. Dr. Jorge E. SOSA GONZÁLEZ. Derecho de Autor s/ Reg. Prop. Intelectual Nº 171.055. 19/03/01. |
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