Núm 29, II Época  - Diciembre 2000 - Edita FE-JONS  -  La Falange  


César Vidal

Julio Ruiz de Alda

Arriba España
Cristina de Asturias

Puerto Rico
Redacción

Cartas a Napoleón       elite
Emilio L. Sánchez
 

Mujeres
Redacción
      

Una mirada de Quebec a España
Otazú

Dignidad
Miguel Ángel Loma

César Vidal
José Mª Gª de Tuñón

Editorial FE

Atentado en Cantabria
Néstor Pérez

La deuda exterior
David Ferrer

Irreverencia danesa
José M. Cansino

Más de una vez estuve tentado a escribir sobre la biografía de José Antonio que un día publicó César Vidal, pero me había prometido a mí mismo no ocuparme nunca jamás de quien se hace pasar por historiador. Su último libro titulado “La estrategia de la conspiración”, vuelve a citar a José Antonio y en torno a él teje una espesa red de mentiras que se hace insoportable. En una de tantas citas recoge una frase sobre el fascismo que dice haberla pronunciado José Antonio el 25 de mayo de 1935 , frase que de ser cierta en nada le hubiera favorecido al fundador de Falange.
Inmediatamente recurro a las “Obras Completas” y ese día no figura que José Antonio haya hablado o escrito nada. Acudo al segundo tomo de “Escritos y Discursos” y veo que el 25 de mayo de 1935 habla en León, pero en ningún momento se refiere a lo que transcribe Cesar Vidal, por lo que nos encontramos ante un fraude histórico del que es muy aficionado al mismo tiempo que un gran plagiario. Recuerdo cuando asistí en Oviedo a la conferencia que pronunció el biógrafo de Buenaventura Durruti, Abel Paz, autor del mejor libro que se escribió sobre el anarquista leonés titulado “Durruti en la Revolución española”, en la que denunció que le había plagiado César Vidal cuando éste publicó “Durruti. La furia libertaria”. Por cierto, en este libro, sin motivo ni razón, vuelve a citar a José Antonio ocho veces para llamarle «fascista», parece ser que es la única palabra que sabe anteponerle.
Pero volvamos al libro de este doctor en Historia que pone en boca de José Antonio palabras que no he localizado por ningún lado. Sin embargo nada dice de los juicios sobre el fascismo que a lo largo de su corta carrera política tuvo José Antonio: “En el mundo prevalece el fascismo, y esto, le aseguro al señor Prieto que más nos perjudica que nos favorece, porque resulta que el fascismo tiene una serie de accidentes externos intercambiables que no queremos para nada asumir”, (3 de junio de 1934). Dice en otro momento: “Falange Española no es un movimiento fascista”, (19 de diciembre de 1934). Y para terminar con más ejemplos, reproduciré un párrafo de un artículo que en el mes de abril de 1936, con José Antonio encarcelado, intentó publicar sin que la censura se lo pasara porque durante la República hubo mucha censura señor Vidal o es que Vd. no se ha enterado aún, y que posteriormente, el 6 de enero de 1940, fue publicado en un diario balear: “Falange no se ha llamado jamás fascismo en el más olvidado párrafo del menos importante documento oficial ni en la más humilde hoja de propaganda”.
Vidal, olvidando una vez más que el primer paso de un historiador es no engañarse ni engañar a los demás, dice que José Antonio se despidió de Alfonso XIII algo que no es cierto y que solamente está en su mente. Le emplazo pues, a que aporte una sola prueba. César Vidal es mala gente que diría un castizo, cuando dice que fueron los falangistas los que asesinaron a la socialista Juanita Rico. Pues bien, le vuelvo a emplazar a que diga el nombre del asesino o asesinos pues de lo contrario está haciendo una acusación falsa uniéndose y apoyándose a los que invaden lo medios de comunicación para después cerrarse en banda prohibiendo toda réplica. Sin embargo yo le voy a aportar a él el nombre de quien dejó ciega a Mercedes Larios, y heridas otras tres personas, cuyos nombres respondían a Estanislao Domecq, esposo de la anterior; Enrique Pastor y Luis Reinoso López. También la misma persona sería la causante de la muerte de Miguel de Segismundo García Montilla, cuando todos los citados asistían a un acto electoral en San Fernando (Cádiz) en el que intervenía José Antonio. César Vidal con muy mala intención dice que nunca se pudo aclarar ni saber el nombre del pistolero o pistoleros que dispararon aquel día, pero sí tiene la desvergüenza de poner etiqueta a los asesinos de Juanita Rico sin, repito, aportación de pruebas. Si César Vidal se hubiera tomado la molestia de historiar, algo que casi nunca hace, se enteraría de que la mayoría de la prensa andaluza del 2 de diciembre de 1933 publicaba la noticia de que unos guardias civiles habían localizado escondido en una casa del barrio sevillano de Triana a José González Pedrosa que inmediatamente se declaró autor de los disparos cometidos durante el acto electoral de San Fernando, añadiendo además que después de una reunión que mantuvieron, el 12 de noviembre en una taberna de la Plaza de las Flores de Cádiz, doce elementos de la FAI acordaron cometer el atentado. Como se puede ver, sí se sabe la procedencia de los inductores y el nombre del asesino. Anteriormente, los días 13 y 14 de noviembre, la misma prensa andaluza daban como sospechosos de los disparos, según la fuente, los nombres de Manuel Hernández y Antonio Delgado. Y de esto tampoco se enteró el señor Vidal.
Con ánimo de seguir engañándose y de engañar se refiere a la Revolución de Octubre del 34 diciendo que la entrada en el Gobierno de tres miembros de la Ceda provocó una inmediata reacción socialista que hasta entonces venía conteniéndose a la espera de saber si la Ceda estaría o no en el Gobierno. Pensar esto es pura demagogia porque él debería de saber muy bien que una revolución como fue aquella no se prepara en un mes o dos, por el contrario lleva mucho tiempo como así lo afirma, por poner un sólo ejemplo, el que era miembro de la dirección nacional de la UGT Amaro del Rosal Díaz que en su libro “El movimiento revolucionario de Octubre”, escribe: “En el trabajo organizativo se llevaba más de ocho meses cuando estalló el movimiento. En los cuadros de organización estaban involucrados cientos de elementos pertenecientes a la UGT, al PSOE, a las Juventudes Socialistas, cada uno de ellos responsabilizado en misiones específicas y concretas”.
Para terminar con este falso historiador y no hacer demasiado largo este escrito, Vidal escribe que José Antonio fundó El Fascio y esto es totalmente falso. Sobre lo mismo, decía en su libro bibliográfico sobre el fundador de Falange, que había sido fruto del esfuerzo conjunto de José Antonio y Manuel Delgado Barreto. Ahora, en este nuevo libro, adjudica la paternidad única a José Antonio. Si leyera a Ramiro Ledesma Ramos habría visto que éste atribuye la idea de la fundación de El Fascio a Manuel Delgado Barreto, algo que admiten todos los historiadores. Incluso en el informe que el embajador italiano, Raffaele Guariglia, pasa a su gobierno sobre la creación de esta publicación no cita a José Antonio como asistente a la primera reunión sobre este nuevo proyecto que se celebró en el domicilio particular de Giménez Caballero, calle Canarias, 41 de Madrid. 
Siento pues, no disponer de más espacio porque me hubiera gustado desmontar unas cuantas mentiras más ya se puede admitir el error, incluso, si se me apura, hay derecho a él, pero con la condición de que se reconozca y rectifique a tiempo, algo que no hace César Vidal.

José Mª García de Tuñón