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Núm 29, II Época - Diciembre 2000 - Edita FE-JONS - La Falange |
Cartas a
Napoleón elite |
Madhu, el gobierno de Afganistán, ha declarado la guerra a las mujeres. Desde que el Taliban ascendió al poder, en 1996, las mujeres han tenido que usar el burqua y han sido golpeadas y apedreadas en público por no llevar el atuendo adecuado, aunque esto signifique sencillamente no usar el velo que debe cubrir sus ojos.
Una mujer fue linchada por una multitud de fundamentalistas por haber expuesto accidentalmente su brazo al ir conduciendo.Otra fue apedreada y muerta por tratar de salir del pais con un hombre que no era su pariente. No se permite trabajar a las mujeres y ni siquiera se les deja salir a la calle sin ir acompañadas por un pariente masculino. Mujeres profesionales, como doctoras, abogadas, artistas y escritoras, han sido expulsadas de sus trabajos y recluídas en sus casas. Los hogares en los que hay una mujer presente deben tener sus ventanas pintadas de tal manera que no pueda ser vista por los transeúntes. Las mujeres deben usar zapatos silenciosos para no ser oídas. Las mujeres viven en riesgo permanente de perder la vida por el fallo ms insignificante. Al no poder trabajar, las que no cuentan con parientes hombres o maridos se mueren de hambre o acaban como mendigas, aun contando con doctorados. La depresión es un mal tan extendido que ha llegado a niveles de emergencia. En una sociedad islmica tan extremista, no hay manera de conocer el índice de suicidios con certidumbre, pero los trabajadores sociales estiman que ha aumentado significativamente el índice de suicidio entre mujeres que no tienen acceso a medicamentos y tratamiento adecuados para depresión severa y prefieren quitarse la vida antes que vivir en tales condiciones. Prcticamente no existen instalaciones médicas para mujeres. En uno de los escasos hospitales para mujeres, un reportero encontró en las camas cuerpos inmóviles, casi sin vida, envueltos en sus burquas, que se negaban a hablar, a comer o a hacer nada; sencillamente se estaban dejando morir. Otras se habían vuelto locas y se hallaban en los rincones, meciéndose o llorando sin descanso; casi todas víctimas de un intenso miedo. Un médico piensa dejar a estas mujeres frente a la casa del presidente cuando se acaben los pocos medicamentos existentes, como una forma de protesta. La situación ha alcanzado un punto en el que el término “violación de derechos humanos” es redundante. Los maridos tienen poder de decisión sobre la vida o muerte de sus parientas, especialmente sus esposas, pero una multitud rabiosa tiene igual derecho a apedrear o golpear a una mujer al grado, incluso, de causarle la muerte, por haber expuesto unos centímetros de su carne o por haberlos ofendido de la manera ms insignificante. Las mujeres tuvieron una libertad relativa para trabajar, para vestir más o menos a su gusto y manejar y aparecer solas en público hasta 1996. La rapidez de esta transición es la principal causa de la depresión y los suicidios; mujeres que fueron educadoras o médicas, o simplemente estaban acostumbradas a libertades humanas elementales ahora enfrentan severas restricciones y son tratadas como subhumanas en nombre del fundamentalismo islmico de derecha. Es algo que no pertenece a su tradición ni a su 'cultura', sino que es ajeno a ellas, y es un extremismo aún en aquellas culturas en las que reina el fundamentalismo, como evidencia la condena que realizó Teherán. Todo individuo tiene derecho a una existencia tolerablemente humana, aun las mujeres de un país musulmn. |